Rosa Mora. Familiar y muy onubense, Jéssica Bayo Romero reconoce que jamás se habría imaginado llevando su actual vida. Aún así, se muestra enormemente feliz.
Maestra de Educación Infantil y técnico intérprete de lengua de signos, esta joven de 32 años reside desde noviembre de 2016 en Sandefjord, ciudad noruega conocida por su tradición ballenera.
Allí, su pareja Juan, también onubense, trabajaba desde 2015 para una empresa de reciclaje de aparatos tecnológicos: ordenadores, móviles, etcétera. Así, tras de un año de vuelos de idas y vueltas, Jéssica se decidió a seguir el camino de Juan, trasladándose a un país que, si bien, muy diferente a Huelva, le está regalando la oportunidad de vivir experiencias inolvidables. Lo más destacado: el nacimiento del primer bebé de la pareja. Huelva Buenas Noticias ha conversado con Jéssica.
– ¿En qué momento y por qué decidiste trasladarte a Noruega?
– Antes de instalarme definitivamente estuve yendo y viniendo durante casi 1 año y medio. A mi marido Juan le salió un trabajo aquí durante 3 meses en noviembre del 2015. Después le renovaron el contrato y hasta ahora. Me decidí a trasladarme a Noruega porque, a donde va uno, va el otro.
– ¿Te habías imaginado alguna vez viviendo fuera de España?
-¡En la vida! Yo era de las que decía que no quería estar muy lejos de mi familia. Soy muy casera y muy de mis padres.
– Resides en Sandefjord, ¿Cómo calificarías la ciudad?
– Pues Sandefjord es una ciudad pequeña, donde casi todos se conocen. Es una zona costera, muy bonita y agradable.
– ¿Algún rincón favorito?
– Tengo muchos rincones favoritos. ‘Enden av verden’, que puede traducirse como «el fin del mundo» es precioso. Recomiendo a todo el que pueda que lo visite.
– Acabáis de ser padres, ¿Cómo lo estáis viviendo?
– Pues ha sido algo complicado, porque no nos manejamos muy bien todavía con el idioma y, en cuestiones de médico, algunas veces es complicado. También, la sanidad es muy diferente a la de España, y eso hace que no sepas cómo actuar o a quién acudir, pero poco a poco nos vamos haciendo al sistema. El estar lejos de la familia es lo que peor llevamos, ya que nadie nos puede echar una mano y es todo para nosotros. Pero bueno, con mucha paciencia vamos sacando a nuestro niño hacia delante.
– ¿Cómo es tu día a día?
– Pues ahora es cuidar de mi hijo, ser ama de casa. Biberones, pañales, lavadoras… [ríe].
– ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención de la vida en Noruega?
– Que la vida no se hace en la calle como en España. Aquí la gente pasa mucho tiempo en casa, cosa que hasta hace poco he seguido llevándolo fatal porque, de ser de Huelva, donde estamos mucho tiempo en la calle, a mudarme a un lugar donde casi todo el tiempo se está en casa por las bajas temperaturas… la verdad es que lo he llevado un poco mal, pero bueno, una se va acostumbrando.
– Aparte de las temperaturas, ¿algún aspecto al que te haya sido complicado adaptarte?
– A que en verano casi las 24 horas del día es de día, y que, en invierno, casi las 24 horas del día es de noche.
– Y tu tiempo libre, ¿En qué sueles emplearlo?
– Pues antes de quedarme embarazada estudiaba noruego y estaba buscando trabajo. Ahora, mi tiempo libre lo dedico a descansar, estar con mi familia y disfrutar de las cosas buenas que me está dando estar aquí.
– Respecto a tu familia, ¿Qué pensó cuando tomaste la decisión de marcharte?
– No me pusieron impedimento ninguno, pero evidentemente no querían que me fuera. No me lo dijeron, pero esas cosas se ven y se saben. De todas formas, se iban haciendo a la idea cada vez que me venía unas semanas para Noruega.
– ¿Qué echas más de menos?
– Echo de menos mi familia, mis amigos, el buen tiempo, el tomarte una cerveza en una terraza, la Semana Santa… echo de menos salir por la mañana temprano y sentir el aire fresco en la cara, ¡Echo de menos todo lo de Huelva!
– ¿Cuáles son tus aspiraciones?
– Pues me gustaría encontrar trabajo rápido, y poco a poco poder trabajar de maestra en algún colegio de Noruega.
– Para terminar: un mensaje a los onubenses.
– Les animo a que salgan al extranjero una temporada larga, ya que así valoras muchísimo más a tu familia, amistades, la vida que se lleva en Huelva, que de trabajo andamos mal, pero se vive muy bien. El salir de nuestra ciudad te hace verlo todo diferente. Te refrescas cuando ya estás saturado de lo mismo, conoces gente nueva, lugares impresionantes, y vivencias que ni tú misma te creías que podrías experimentar.