Redacción. La Diputación de Huelva ha sacado a licitación la rehabilitación del Castillo de Aracena por un importe de 469.386,59 euros. La rehabilitación del flanco norte de la Muralla del Castillo de Aracena se encuentra dentro de la actuación ‘Valoración, conservación y restauración del patrimonio histórico defensivo para su adecuación a visita pública’, contemplada en el proyecto de cooperación transfronterizo FORTOURS ‘Fortificaciones de Frontera: Fomento del Turismo Cultural Transfronterizo’, perteneciente al Programa Operativo de Cooperación Transfronteriza Interreg V-A España-Portugal (POCTEP) 2014-2020. Las empresas interesadas tienen hasta el próximo 21 de junio para presentar sus ofertas
El castillo de Aracena, de propiedad municipal y declarado Bien de Interés Cultural, es una de las fortificaciones medievales que se integran en la Banda Gallega, conjunto de castillos que se localizan en las estribaciones occidentales de Sierra Morena. La actuación que se propone consiste en la intervención de restauración y valorización para garantizar su conservación y el acceso a la visita pública, con el objetivo de su dinamización turístico y cultural.
También se persigue la inserción de esta infraestructura cultural en el seno del itinerario transfronterizo del que es un referente en el ámbito de la Banda Gallega, para su difusión y divulgación conjunta como ruta cultural.
El conjunto fortificado se construye a mediados del siglo XIII, siendo en el siglo XV cuando la población comienza a expandirse extramuros, por la ladera noreste. Se mantuvo en uso hasta principios del siglo XVI, cuando fue perdiendo su función militar. El recinto fortificado de Aracena se componía de un primer anillo amurallado o cerca urbana que circundaba todo el cerro para ofrecer protección a los pobladores medievales. Entre esta muralla y el castillo se localizaban las viviendas y la iglesia prioral. El castillo de Aracena se dividía, a su vez, en dos zonas: patio de armas y alcázar, separadas por una muralla diafragma en cuyo centro destacaba la Torre Mayor, siendo ésta, el último de los reductos defensivos del castillo.
La recuperación de esta estructura defensiva y su dinamización turística a través de la conformación de rutas tiene como destino el público general, aunque también la comunidad científica, los investigadores y expertos en patrimonio, encontrarán en estas intervenciones un referente de estudio y contemplación.
Esta recuperación del flanco norte se sumaría así a la del Alcázar, cuyas visitas guiadas están teniendo una gran aceptación entre los visitantes desde que comenzó su puesta en valor y uso turístico en 2015, llegando a contabilizar más de 35.500 visitas en el pasado año, una cifra sorprendente en tan sólo dos años de apertura al turismo.