Ana Rodríguez. A pesar de los esfuerzos, cada día más constantes y patentes, por preservar y mantener nuestro patrimonio histórico, hay construcciones que el tiempo y la historia no han tratado con benevolencia. Un ejemplo de ello lo encontramos en el término municipal de Bollullos Par del Condado, donde se hayan las ruinas de lo que antaño fue el convento más importante del Condado de Niebla: el de San Juan Bautista, más conocido como de Morañina -también se puede encontrar de Moraniña.
Rescatar la memoria de esta edificación y difundirla es el objetivo que se ha marcado el bollullero y gestor cultural Luis Martín Acosta. Estudiante del Máster en Patrimonio Histórico y Cultural de la Universidad de Huelva, ha centrado su Trabajo Fin de Máster (TFM) en la realización una reconstrucción digital del convento a fin de ponerlo en valor y contribuir a su conocimiento en toda la Comarca.
Para realizar tan interesante tarea, Luis se está basando en los restos que aún se hayan en el terreno y testimonios y fotografías que ha localizado, ya que a pesar de haber consultado diversos archivos, como el de Indias, el Histórico Provincial de Sevilla, el Provincial de Huelva, los Municipales de Bollullos Par del Condado y Almonte y el del Obispado de Huelva, no ha podido localizar ningún mapa del edificio, pinturas, grabados ni otros materiales que pudieran serles útiles.
Del edificio y su historia no se conservan demasiados datos. El convento de Morañina se ubica en la zona de Los Villares de Marchenilla, a medio kilómetro del término municipal de Almonte y aproximadamente a 4 km del pueblo de Bollullos. Se fundó en el año 1400, siendo concedido por el arzobispo Gonzalo de Mena y Roelas a los religiosos de Tercera Orden de Penitencia de San Francisco. «A partir de entonces se convirtió en el más importante del Condado de Niebla», apunta Martín.
En el convento se veneraba a la imagen de Santa María de Morañina (Virgen de Consolación), un dato muy relevante según destaca el joven investigador: «sin ese fervor, no hubiera aparecido probablemente la devoción que existe hoy en Bollullos a la Virgen de las Mercedes y, en Almonte, a la del Rocío. Hay archivos y textos en los que se habla de cómo sacaban a la Virgen de Morañina en procesión y se describen las peleas de los devotos por llevarla, lo que nos recuerda a las salidas de la Blanca Paloma. Dada la proximidad geográfica y, atando cabos, probablemente los cultos a las actuales imágenes cubrieron el vacío que quedó entre los devotos cuando se llevaron a Sevilla a la Virgen de Morañina en el siglo XVI».
El convento estuvo habitado hasta la desarmotizacion de Mendizabal, momento en el que empezó a abandonarse. Fue puesto a la venta en dos partes en el siglo XIX, según recoge un artículo localizado por Luis Martín en ‘El diario de Madrid’ de 1842. Aquella información es la única en la que se hace referencia a algunas estancias y su disposición en el edificio, del que ya se había perdido gran parte.
El inmueble fue adquirido finalmente el famoso historiador, especializado en la Edad Media, Antonio Delgado Hernández. «En el Obispado de Huelva encontré un documento en el que el último sacristán de la iglesia de Morañina le comentaba al obispo de Sevilla que el nuevo dueño había mandado derribar la iglesia. Por eso no se ha encontrado resto alguno de ella. Pero resulta llamativo que un arqueólogo ordenara derruir esta parte del convento. No me encaja mucho», comenta el gestor cultural.
Antonio Delgado compró lo que era, en gran parte, el claustro agrícola, una zona que los monjes utilizaban para guardar los utensilios de las labores del campo, ya que cultivaban olivos y viñedos. El historiador reconvirtió la propiedad en su residencia de verano, aunque la familia dejó de utilizarla a partir de los años 60 del siglo XX. El edificio, actualmente propiedad de un descendiente de Delgado Hernández, sufrió serios actos vandálicos en los 80, quedando en su actual estado de ruina y abandono.
Ahora Luis Martín trabaja en la reconstrucción digital de este convento de San Juan Bautista que «debió ser un convento muy grande. Yo estoy virtualizando el aspecto del convento a finales del XIX, cuando la adquirió Delgado Hernández, pero el convento sería tres veces más grande de lo que yo estoy haciendo. Para completarlo necesitaría herramientas de arqueología de las que actualmente no puedo disponer», explica el onubense.
«Si el edificio se conservara y hubiera una cartelería adecuada y un mínimo de información, sería un sitio interesante para el turismo en Bollullos«, añade el joven, un hecho que está comprobando con la publicación de algunas de las imágenes de su trabajo en redes sociales, que están llamando mucho la atención de sus paisanos.
En suma, Luis está llevando a cabo una labor con un gran fin divulgativo: mostrar este trocito de la historia y el patrimonio olvidado de su localidad natal con la esperanza de que otros también se ilusionen y se sumen a la lucha por su defensa y preservación.