HBN / Imágenes: Canal Sur TV. La plaza del Real del Rocío, como se conoce a la explanada en la que la Blanca Paloma fue coronada canónicamente en 1919, se ha llenado en la mañana de este domingo, 20 de mayo, de devotos de la imagen para celebrar la Santa Misa Pontifical de la Solemnidad de Pentecostés, uno de los actos centrales de la romería que se realiza 50 días después de la Pascua de Resurrección.
Como cada año, este acto multitudinario ha comenzado en torno a las 10.00 horas, cuando el cuerpo sacerdotal salía del santuario de la Patrona de Almonte con dirección a la explanada del Real. La misa, que desde hace años se celebra fuera de la ermita debido al gran número de personas que asisten a la misma, ha estado presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro y concelebrada por el obispo de Huelva, José Vilaplana y los directores espirituales de las hermandades filiales.
El altar, preparado para la ocasión, portaba las insignias y simpecados de las 121 hermandades rocieras y, por supuesto, el de la Hermandad Matriz, creando un hermoso mosaico de representaciones. Eran, pues, dos más que en el pasado 2017, ya que este 2018 se han incorporado como filiales de la Matriz las hermandades de Nuestra Señora del Rocío de San Sebastián de los Reyes y Estrella de la Mañana de El Viso del Alcor.
Hermanos mayores y juntas de gobiernos de las filiales han ocupado los espacios más próximos de la explanada ante el presbiterio.
El Coro de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Bormujos se ha encargado de la animación litúrgica de la solemnidad de Pentecostés, una misa llena de sentimiento y devoción y de palabras de Fe hacia la Virgen.
Tras la bienvenida y pertinentes lecturas, el cardenal arzobispo de Madrid ha pronunciado una homilía llena de palabras de devoción a la Virgen, figura que siempre ha sido un apoyo en la difusión del Evangelio.
Al final de la homilía, tras rezar el credo, llegó uno de los momentos más esperados, el de la proclamación de la fe en el dogma de la eucaristía y los dogmas marianos y la renovación del juramento sobre el Libro de Regla de la Hermandad Matriz. Para esto último, representantes de las 121 filiales desfilaron ante el altar, ratificando su fe en nombre de sus respectivas hermandades.
La solemne función, que se ha prolongado durante más de dos horas, continuó con la celebración de la eucaristía y la comunión de los fieles, para lo cual los sacerdotes se distribuyeron por toda la explanada para administrar el sacramento, acto que duró bastantes minutos debido a la gran multitud.
El rezo del Padre Nuestro y la concesión de la paz entre los hermanos eran el preludio del final de la celebración, que se cerró con la salve rociera.
Programa. Hasta las 20.00 horas de este domingo los rocieros podrán dedicarse a la convivencia o al descanso, hasta que tenga lugar la Misa de Tamborileros, Carreteros y Coheteros en la Ermita del Rocío. Más tarde, al dar la medianoche, los devotos volverán a congregarse en la Plaza de Doñana para el rezo del santo rosario, aunque éste será más especial, pues estará presidido por la Hermandad Matriz y en él participarán todas las filiales con sus simpecados e insignias, procesionando por las calles de la aldea. A su terminación, se interpretará la Salve Solemne.
En la madrugada del domingo al lunes, un año más los peregrinos asistirán al conocido como ‘Salto de la Reja’, momento en el que la Virgen ‘llama’ a sus hijos de Almonte para que la saquen el procesión y así poder estar cerca de su pueblo. Como siempre, nunca se sabe la hora en que la Blanca Paloma comenzará su recorrido ya que, como marca la tradición y argumentan los almonteños, será “cuando Ella quiera”.
La romería culminará en la mañana del 21 de mayo, una vez se recoja la imagen -instante que tampoco tiene una hora fijada-, con el rezo de la Salve para despedir a la Reina de las Marismas hasta el próximo Rocío.