El programa ‘Ven a cenar conmigo’ de Cuatro visita Huelva la próxima semana
HBN. Según anuncia Cuatro en su página web, esta semana, ‘Ven a cenar conmigo’ se traslada a la ciudad portuaria de Huelva, donde los bomberos ya están en alerta roja. Esto se debe a que una de las concursantes tiene un pasado incendiario, literalmente.
A sus 17 años, Alexandra, intentando iniciarse en el mundo culinario, prendió fuego a su cocina y vio como las llamas devoraban encimeras y armarios sin ninguna piedad. Sus compañeros, entre el asombro y el pánico, rezarán por no acabar como la Antorcha Humana y quizás opten por esconderse un extintor en el refajo por si acaso. Esta actriz y animadora infantil es una caja de sorpresas y también llamará la atención con su discreta indumentaria y su afición al bodypainting en barrigas de premamás, disciplina artística por descubrir.
Por otro lado, Nacho es todo un ejemplo de eclecticismo. Cambia su pelo de color día sí día también, desafiando a la química y a la alopecia. Este ex político reconvertido en empresario de la noche es también un fan acérrimo de Justin Bieber. Quizás acabe cantando ‘Sorry’ cuando los invitados prueben sus elaboraciones…
Competitiva y con facilidad para la crítica, Susana se configurará como una de las aspirantes más guerreras de esta semana. Será muy exigente con sus compañeros, algo que pagará más adelante. Para elaborar su menú, secuestrará a todos los amigos de Bob Esponja y ofrecerá un menú compuesto por una amplia variedad de pescados y mariscos. Sin embargo, este fondo marino no será suficiente y sufrirá la vendetta de los invitados.
Juanjo se erigirá como representante oficial de Andalucía. Este un matador rociero hasta la médula que avasallará a sus compañeros con un sinfín de chistes malos. Sus invitados, con la habilidad de Paquirri y más de una mala cara, se librarán de ellos a capotazos.
Por último, Flavio, un dandy a la italiana, aterrizará en el concurso con el objetivo de demostrar cómo se prepara la auténtica pasta. Sin embargo, este propósito se ira diluyendo y hará gala de su talento para la ironía, convirtiendo alguna que otra cena en un Spaghetti western.