Juan Carlos Jara. El Recreativo y sus aficionados continúan sin alcanzar la ansiada tranquilidad. Ni siquiera se presiente que la misma acabará llegando en los próximos tiempos, a medio o corto plazo. Y es que el Ayuntamiento ya ha demostrado, con sus continuos vaivenes y cambios de planes sobre el Decano, que confiar en su proyecto de salvación no parece que nos vaya a conducir a otra cosa, al menos por ahora, que a malvivir buscando salvar fechas claves en las que sea imprescindible realizar determinados pagos. La supervivencia, como modo de vida del recreativismo, es por el momento y salvo cambio radical que toda la ciudad debe desear, el futuro que nos espera.
Los más de nueve meses de gestión económica y deportiva que ya le hemos conocido a Eurosamop, bajo la supuesta batuta de Juanma López, no nos han dejado muy buen cuerpo. Personalmente, nada me hace pensar por el momento que estos gestores tengan grandes conocimientos sobre cómo debe gestionarse, a nivel deportivo y económico, un club que milite en Segunda División B. Y si nos atenemos a lo que vivimos antes del pasado 30 de junio tampoco puedo conformarme con los vaivenes de los políticos y sus contradictorias declaraciones, con ver cómo un día se pone sobre la mesa la posible disolución de la entidad, como vía de salvación, y al cabo de un año se adelanta el dinero necesario para levantar el embargo de la Agencia Tributaria después de que nos hubiesen asegurado públicamente que no se contemplaba esa opción.
El futuro del Recreativo pasa por un cuidado plan en el que juegue un papel determinante la aportación de grandes expertos en materia económica, fiscal y deportiva bajo la batuta del Ayuntamiento, garante del Bien de Interés Cultural. Y aún así, el sendero que hay que recorrer se nos irá presentando enormemente complicado, pero es evidente que el futuro de la entidad no puede estar en manos de inexpertos. Llegados al punto en el que nos encontramos, el presente no nos da demasiado margen para depender ni de un grupo gestor, que ha dado muestras de no tener muy claras sus ideas, ni de una afición que exige triunfos y fichajes antes de que nos pongan sobre la mesa toda la realidad actual, incluida la recogida en el contrato con Eurosamop. El Decano necesita un plan concreto y realista que permita su recuperación real. Y todo ello, en el plazo que sea necesario y cumpliendo durante el camino con los compromisos ineludibles que deban ser atendidos.