Rosa Mora. No entendería su vida sin montar a caballo. Una afición que comenzó a serla aun sin que él fuera consciente de lo mucho que su relación con la hípica le daría en un futuro. Luis Carlos García Domínguez empezó a montar de la manera más natural posible, junto a su padre, por puro placer. Su interés por el mundo ecuestre, sin embargo, le iba pidiendo cada vez más. Así, demostrada sus competencias para esta disciplina, el beasino comenzó a competir cuando tenía tan solo 8 años. Disfrutaba con ello, que era y continúa siendo lo más importante, pero además, a su corta edad, ya destacaba por su perfecta simbiosis con el caballo.
Durante su juventud fue compaginando de manera excelente estudios reglados e hípica hasta que, llegado el momento de decidir futuro profesional, lo tuvo claro: su vida era la equitación. Su primera parada fue entonces Formades, Centro Andaluz de Formación Medioambiental para el Desarrollo Sostenible ubicado [hasta que cerrara sus puertas en el año 2014] en la aldea de El Rocío. Una fructífera estancia a nivel académico y profesional la que disfrutó este joven jinete beasino en el centro formativo almonteño, que además le facilitó una beca para estudiar en la Escuela Nacional de Equitación de Francia, localizada en ciudad gala de Samur, donde asistió a un exigente curso de tecnificación. A esta experiencia le siguió otra estancia internacional en el considerado uno de los paraísos de la doma clásica: Alemania, clave en la trayectoria profesional del jinete.
En el país germano, Luis Carlos García Domínguez aprendió durante meses junto a dos de los grandes jinetes del momento, Ingo y Susan Pape, esta última campeona mundial en doma clásica. Dos aventuras diferentes, Francia y Alemania, pero igualmente enriquecedoras. Diferentes idiomas y formas de ver y entender el mundo hípico que hicieron del onubense un jinete más completo y competitivo como a su regreso a nuestro país comenzó a demostrar. A su vuelta a España, el beasino pasó a formar parte del equipo del centro madrileño Omnium Team, trasladándose posteriormente a Benidorm cuando «fichó» por Yeguada Mile.
Tras su periplo por diferentes puntos de la geografía nacional e internacional, el beasino de 27 años aprovechaba recientemente la oportunidad que el destino le presentó para regresar a tierras andaluzas, onubenses concretamente. El jinete aceptaba un empleo en Yeguada Cordales, ubicada en una finca en el término municipal de Niebla. Precisamente con dos caballos de esta yeguada ha sido con los que el beasino ha cosechado una exitosa actuación en el CDN** Ecuestrian Weekend Ciudad de Jerez celebrado el pasado fin de semana en la Ciudad Europea del Caballo 2018. «Truco corrió las pruebas preliminar 5 años ganándola con un 77,6% y la final 5 años ganándola con un 79,6%, Twilight hacía lo propio en las pruebas preliminar 6 años ganándola con 70% y la final quedando en segunda posición con 70%. Estoy muy contento con los resultados y las sensaciones que me dieron estos caballos, mucho que mejorar pero creo que van en el camino«, expresaba Luis Carlos al término de esta competición, puntuable para el campeonato nacional.
Incansable y apasionado de su trabajo, el beasino agradece a todos cuantos les han apoyado en su camino hasta ahora. «Sin ese apoyo hubiera sido una batalla perdida. He vivido en diferentes lugares…otro idioma, otro clima.. mi familia siempre ha estado ahí, mi novia, mis amigos y, cómo no, destacar a mis entrenadores, José María Cáceres y Juan Pérez Pulido», señala el jinete a Huelva Buenas Noticias. «En Madrid -añade- Juan me ayudó muchísimo, fue un punto de apoyo muy fuerte, como un hermano. Igualmente, desde que conocí José María en Formades, su opinión siempre ha sido de gran valor para mí. Son jinetes experimentados y me fijo mucho en ellos, son mis referentes«.
¿Retos futuros? «A nivel personal todo el mundo aspira a quedar bien en el Campeonato de España, yo sueño también con acceder al Campeonato del Mundo que se celebra cada año en Holanda. Más allá de eso, aspiro a que mi trabajo dé sus frutos en los concurso en los que participamos, que las notas de los jueces se correspondan con las sensaciones que tengo con el caballo en la pista», señala el beasino.
Y escuchándolo hablar, le auguramos importantes triunfos ya que lo esencial, la ilusión por trabajar para mejorar cada día, parece mantenerla intacta.