Redacción. La Comunidad de Regantes del Chanza y el Piedras es una de las destacadas en el sistema de regadios de nuestra provincia. Además de abarcar cuatro municipios, Cartaya, Gibraleón, Aljaraque y Punta Umbría, tiene una importante masa social, con más de 1.600 comuneros, afecta a alrededor de 7.300 hectáreas. Estos datos cuantitativos van acompañados de una intensa actividad en la búsqueda de la mejora continua en las prestaciones que se ofrecen a sus partícipes, y un compromiso manifiesto y activo no solo en defensa de los intereses de su propia corporación, sino en los del conjunto del sector agrícola de regadío en esta provincia, esencial para su economía y porvenir.
Estas credenciales son patentes en su presidente, Pedro Tejada, incansable apasionado de lo que hace, y que atesora uno de los criterios más equilibrados y constructivos del ámbito del regadío onubense. Con motivo de la celebración del Día Mundial del Agua, hemos tenido la oportunidad de realizar una visita a la sede de la Comunidad, flamantes instalaciones en Cartaya, con pocos meses de uso, y compartimos charla además con el vicepresidente de la entidad, Antonio Abuin, y uno de sus técnicos, Luís de Soto.
El agua como elemento estratégico de supervivencia y desarrollo se a abre múltiples reflexiones, y las preguntas se suceden de forma inagotable cuando uno tiene interlocutores que dominan este territorio como es el caso. La importancia de la jornada internacional dedicada al agua se ve afectada, según Tejada, por la alegría que experimentan al haberse sucedido bastantes días de lluvia que han revertido en alguna medida la tendencia y que, han surgido, precisamente, cuando la consejería competente de la Junta de Andalucía estaba preparando un decreto urgente como consecuencia de la sequía. Advierte, no obstante, que no se puede bajar la guardia en este sentido, aunque el escenario de estas semanas puede casi considerarse milagroso. Para esta comunidad de regantes el agua ha de ser interpretado como algo inmensamente
valioso, que hay que reconocer y que justifica con creces la existencia de un dia mundial que la reivindique en todos sus sentidos.
La situación de sequía o, al menos, de escasez pluviométrica que veníamos padeciendo ha dado lugar, por ejemplo, a que esta Comunidad del Chanza y Piedras haya pasado de un consumo de 17 millones de metros cúbicos a 22. Consumos exhaustivamente controlados a través de contadores instalados en cada una de sus tomas de agua. En este sentido, nos recuerdan que precisamente las comunidades, como la suya, son las garantes de un uso sostenible del agua, aspecto destacado como lema en este día mundial que celebramos.
Uno de los hitos fundamentales en este año transcurrido desde el 22 de marzo anterior es la puesta en funcionamiento de la citada nueva sede. Unas dimensionadas instalaciones, modernas y funcionales, que constituyen una buena tarjeta de presentación del colectivo y su actividad. La realidad de la comunidad, aunque relativamente estable en relación a sus miembros, es dinámica, habiéndose producido variaciones en la tipología de cultivos y sus pesos relativos en el conjunto. El principal de esta comunidad es el de los cítricos, con entorno a un 40 de la superficie total. De estos casi el 40% corresponden a mandarinas, algo muy característico que aun resulta quizá desconocido para la ciudadanía onubense, el hecho de que esta zona es una potencia en mandarinas, por encima de provincias limítrofes que si se imponen en el cultivo de la naranja tradicional. Además, como nos indica Antonio Abuín, la calidad de las mandarinas de nuestro territorio es sobresaliente, por diversas razones entre las que se encuentra una gestión eficaz por parte de los agricultores y la climatología especial vinculada a la proximidad al mar.
En segundo orden se encuentra el cultivo de la frambuesa, con un 25%, seguido del fresón (15%), Arándanos (10%), Moras (5%) y otros (5%).
Esta Comunidad de Regantes del Chanza y Piedras considera un logro la realización definitiva del elenco de comuneros, una descripción precisa determinante para el control y la propia evaluación de las autoridades. Es el documento de transparencia fundamental que acredita la propia actividad de la Comunidad.
Desde el punto de vista técnico los regantes del Chanza y Piedras avanzan con firmeza. La geolocalización de todas sus superficies es un hecho y en estos momentos están concentrados en la creación de una red de fibra óptica que alcance a todas las plantaciones, un servicio al que puedan acceder todos los comuneros y que, a partir del cual, puedan desarrollarse muchas posibilidades de innovación tecnológica.
La comunidad también busca espacios adecuados para ubicar balsas de mayor tamaño y está permanentemente atenta al desarrollo de las infraestructuras externas a la misma pero influyentes en ella. Así, sigue siento objeto de ocupación la mejora del tunel de San Silvestre, conducto neurálgico que nos aseguran será determinante si las administraciones -Junta y Estado- acomenten la renovación precisa. En este sentido desde la Comunidad se aboga por el diálogo y el consenso, algo que han puesto siempre de manifiesto en todos los foros en los que han participado. En opinión de Tejada hay que agradecer la predisposición que aprecian en las Administraciones y confían en que los buenos propósitos e intenciones puedan conducir al fin deseado.
Los directivos de la comunidad, hablando de los problemas del sector, reconocen que la falta de personal para las labores agrícolas es una cuestión preocupante, a la que no favorece el sistema de ayudas que está en vigor. También creen que el sector adolece de empresas auxiliares que cubran los servicios que necesitan los productores, aunque esperan que esta carencia vaya desapareciendo con el tiempo. Otro elemento que, a su juicio, lastra la actividad del sector es el deficiente reparto del valor añadido, de modo que al agricultor realmente no llega la parte importante de los beneficios, como debería ser lo justo. Hay muchos márgenes comerciales que no se controlan en detrimento de los agricultores onubenses.
La Comunidad tiene como filosofía el hacer las cosas bien, asumir retos alcanzables y centrarse en los mismos para llegar a ellos con seguridad. Como ejemplo nos ponen la reciente sede, y también las labores realizadas para llevar el agua desde el sur al norte de su territorio, algo materializado con mucho esfuerzo y que pretende ampliarse en un futuro próximo. En paralelo a los hechos la Comunidad se entrega a la divulgación de la cultura del agua, a la promoción de la gestión sostenible de este bien elemental. Y esto se plantea internamente, entre los propios comuneros, y en la relaciones con el entorno. Entienden que la Administración ha de estimular sus esfuerzos moderando los cánones del agua, en justa correspondencia con los avances en eficiencia que las comunidades onubenses están poniendo de manifiesto. En este sentido, Pedro Tejada, reconoce que en nuestra misma comunidad autónoma hay comunidades que no tienen el control del agua que aquí se verifica. En esto entiende, con orgullo, que se destacan las comunidades de regantes de la provincia de Huelva.
Además, es destacable que la Junta de Andalucía y los regantes están en conversaciones para avanzar en la sostenibilidad del agua en nuestra comunidad de modo que, de cara al plan hidrológico que a partir de 2021 sustituirá al actual en vigor, la percepción y conocimiento real de consumos y necesidades por parte de los agricultores sea tenida en cuenta.
La visión de Tejada y sus colaboradores es optimista. Y lo es fundamentalmente por la responsabilidad como valor que atribuye a sus comuneros. A ello se le suma el equipo profesional que trabaja en la Comunidad, un muy buen equipo según su presidente, trabajadores de distinto perfil y responsabilidades pero que todos generan ilusión en el horizonte de la entidad. Todas estas fortalezas se canalizan en la ejecución de decisiones en la Junta Rectora, de la que el presidente se siente especialmente satisfecho.
