S. D. Las finales no se juegan, se ganan. Este famoso dicho, tan utilizado en el mundo del fútbol, pero que puede ser válido para cualquier deporte, lo utiliza a voluntad propia, y muy bien por cierto, el CB San Juan. Y es que el cuadro sanjuanero, en una lucha cruenta contra la lógica, se empeña, partido a partido, en hacer bueno aquello también conocido del ‘impossible is nothing’. El 83-76 con el que regaló a su gente ante el CB Novachool es una prueba de ese acto de fe.
Este CB San Juan está hecho de una pasta especial. Condenado por mor de sus propios errores en una primera fase para olvidar -o no- a ocupar la última plaza de este grupo de Permanencia, se está resistiendo a entregar la cuchara, y eso que además del imponderable de su posición en la tabla, ha tenido que apechugar con el nada despreciable detalle de tener que jugar los tres primeros partidos de esta fase fuera de San Juan del Puerto. Y para colmo, el cuarto se ha tenido que ir a Gibraleón, ‘porque llovía’.
Y a Gibraleón se llevó ese cargamento de fe para seguir en la brecha. Ante un rival que, ganando, ponía tierra de por medio con el descenso, la presentación de cartas credenciales dijo mucho en favor del CB San Juan. Porque suyo fue el primer cuarto, en ataque y en defensa, empleándose con las ganas del que está herido pero que quiere sanar: 25-18 para empezar.
La historia tuvo un guión parecido en el segundo cuarto, aunque a arreones. Aquí se vio otro Novaschool, quizás herido en su orgullo por la casta local. Lo cierto es que, poco a poco, las diferencias de estrecharon… hasta que otra vez la tormenta perfecta del CB San Juan hizo de las suyas para volver a tomar distancias: 47-36, al descanso.
El partido pudo/debió acabar en el tercer cuarto. El que valió para que el equipo de Celes Vizcaíno confirmara todo lo bueno que había hecho hasta entonces. Por tierra, mar y aire -dentro y fuera de la pintura-, el cuadro de San Juan se trabajó a gusto una renta sólida, que fue de 13 puntos al término de este tercer cuarto: 67-54.
Aunque la historia tuvo final feliz, los fantasmas de una nueva derrota en los estertores y con todo a favor sobrevolaron el pabellón de Gibraleón. Esa conversión ‘Jeckyll-Hyde’ que tanto ha castigado al CB San Juan este año -y lo que le puede costar- hizo posible que el rival se creciera, que amagara con dar, con dar el golpe de efecto y ganar el partido. Porque después de disfrutar de rentas sólidas, el cuadro de San Juan vio que tenía que ganar otra vez el partido cuando el marcador se colocó 76-73 y un minuto, eterno, por delante.
Pero sólo fue un susto. Esta vez no hubo drama, sino que el CB San Juan amarró la victoria -acto de fe- ante el incómodo Novaschool (83-76), que deja la puerta entreabierta al milagro. De momento este caminante hace camino al andar.
CB SAN JUAN, 83 (25, 22, 20 y 16): Álvaro López (8), Antonio Rodríguez (11), Carlos Fernández (10), Samu Ceada (19), Sebas Domínguez (5) -cinco inicial-; Pablo Martínez (6), Javi Rodríguez (15), Juanma Campos (0), David Moreno (2) y José Lagares (7).
CB NOVASCHOOL, 76 (18, 18, 18 y 22): José Sevado (6), Fran Montiel (5), Guille Palma (15), Dani Amado (13), Anastasio Vázquez (8) -cinco inicial-; Pablo Villanueva (5), José Antonio Berdugo (9), Jaime Fernández (2), David García (9) y Gora Gueye (4).
Árbitros: Víctor Rafael González Banderas y Carlos Grande Claver. Eliminaron por cinco personales a Samu Ceada.
Incidencias: Partido de la cuarta jornada de la Fase de Permanencia en el grupo Dd e la Liga EBA, disputado en el pabellón municipal de Gibraleón.