Benito A. de la Morena (Físico). El reciente deceso de uno de los más brillantes científicos del siglo XX está pasando a la historia, como tantos y tantos eventos que no se publicitan en las emisoras televisivas de las que el “pueblo” se nutre.
La gran masa ciudadana no sigue con interés estas noticias; saben que Stephenera un parapléjico que sabía mucho y ahí queda resumido el esfuerzo de tantos años de pensamiento cosmológico de un señor, que intentó conocer cómo empezó este atrevido viaje que está realizando el Universo.
The big bang theory, trece mil millones de años desde que una pequeña esfera de enorme densidad explosionó y expandió a los confines del “mundo” múltiples tipos de partículas diferentes, algunas de las cuales aún ni siquiera hemos descubierto y cuyas leyes físicas de comportamiento también desconocemos, y fue a ese “sencillo” dilema, al el que el Profesor Stephen Hawking dedicó toda su vida.
Quizás su desgraciada y severa enfermedad degenerativa, como lo es la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), fue para la ciencia y la humanidad el resorte “afortunado” que permitió que su mente, no dañada, pudiera concentrarse casi exclusivamente en sus teorías y llegar a conclusiones científicas tan complejas y revolucionarias.
Tuve la suerte de escucharle en directo cuando vino a la Expo de Sevilla; estaba a escasos diez metros de mí, ¡tan cerca y tan lejos! Y me fui feliz y triste, feliz por haberle podido escuchar en vivo y triste por no poder transmitirle lo que pensaba de su inteligencia. ¡¡Fue un gran impacto emocional!! que me sirvió para redoblar esfuerzos en las humildes investigaciones científicas que estaba desarrollando en el INTA.
Ya no te tenemos entre los “vivos”, has iniciado el tránsito hacia ese desconocido mundo que estudiaste, quizás ahora tengas respuesta a tu supuesto ateísmo y la lástima es que no nos puedas transmitir si has encontrado a Dios.
Que en Paz Descanses, querido Stephen.
Huelva, 15 marzo, 2018
1 comentario en «Adiós querido Stephen»
Con Don Benito de la Morena aprendí a valorar la investigación atmosférica, paseando entre los pinares del INTA. Él me enseñó lo cerca que está la Ciencia de nuestros «problemas» cotidianos.
Pero también me enseñó a recuperar mi vieja apetencia por la Ciencia cercana.
Hoy me ayuda a compartir la dureza de la pérdida indeseable de mentes como la de Stephen Hawking. Y lo que significa (O debería significar) una reflexión callada sobre un deseo que no nos atrevemos a confesarnos: Nos gustaría estar (Momentáneamente) con Stephen Hawking, para que nos enseñe algo que nos trae inquietos desde … siempre.
¿Qué hay después?.