Ana Rodríguez. En la Unidad de Aparato Digestivo de los Hospitales Juan Ramón Jiménez e Infanta Elena ha entrado un torbellino procedente de las marismas almonteñas. Ella es Ana Bejarano, doctora responsable de esta Unidad, una mujer que, en poco más de un año en el cargo, se ha convertido en el motor y el corazón del servicio sanitario que atendió a más pacientes en 2017.
Doce meses le han bastado a la médico para poner en marcha varios proyectos para mejorar la asistencia a patologías digestivas que han resultado del agrado, no sólo de los pacientes, sino también de las instituciones públicas. Prueba de ello es que recientemente, la Unidad que encabeza ha recibido el Premio Huelva-Junta, dentro de los actos de celebración del pasado Día de Andalucía, por «su labor entregada a sus pacientes y por impulsar nuevas dinámicas y circuitos de trabajo que han permitido aumentar considerablemente las prestaciones para los ciudadanos de Huelva».
En la Unidad de Aparato Digestivo, compuesta por medio centenar de profesionales, este reconocimiento ha sido muy bien recibido. «Fue una grata sorpresa», admite la doctora onubense, «un premio maravilloso al esfuerzo, al trabajo en equipo, a la vocación de servicio público que tenemos, al compañerismo, a acercar el Servicio a la ciudadanía… Todos estamos contentísimos y lo hemos recibido con satisfacción. Es un impulso para seguir creciendo y mejorando en atención a nuestros pacientes, que es nuestra razón de ser y nuestra motivación».
La renovación que ha vivido en los últimos meses la Unidad de Digestivo se aprecia en varios aspectos. Uno de ellos es la reorganización del Servicio, en el que se han creado unidades monográficas de todas las patologías más importantes, como atención a la enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedades hepáticas, enfermedades bilio-pancreáticas, cáncer de colon y recto… Un sistema de trabajo más similar al que utilizan los hospitales modernos.
Cuando ocupó su actual cargo, Ana Bejarano quería que el Servicio se abriera a atención primaria, la puerta de acceso de la ciudadanía a la salud pública. Con atención primaria han puesto en marcha fundamentalmente dos proyectos en el último año. Uno es el denominado circuito rápido de signos de alarma de cáncer de colon, una iniciativa pionera en Andalucía que podría llegar a implantarse desde Huelva en otras ciudades. Consiste en que los propios médicos de cabecera puedan solicitar directamente una colonoscopia cuando ven en el paciente algún síntoma que les haga sospechar que padece cáncer de colon. Este sistema está permitiendo, como explica Ana Bejarano, «reducir los tiempos de respuesta. Podemos ahorrarnos hasta dos meses en diagnosticar, algo muy importante en cánceres como el de colon, en los que cuanto antes lo abordemos, mejor será el pronóstico de la enfermedad».
También con atención primaria, la Unidad lleva a cabo desde 2017 un proyecto para atender a pacientes con dispepsia, la patología digestiva más prevalente entre las personas que acuden al Servicio. Este trastorno tiene como principales síntomas las digestiones pesadas, lentas, con ardor, flatulencias y movimiento intestinal, y en muchas ocasiones está asociada a infección por la bacteria Helicobacter pylori. En este sentido, Bejarano afirma que «el mayor numero de pacientes que atendemos derivados de atención primaria es por dispepsia. Por ello, ahora se le ha dado a los médicos de atención primaria la posibilidad de pedir la prueba para diagnosticarla y tratarla, reduciendo así el número de derivaciones al Servicio de Aparato Digestivo y aumentando la capacidad de resolución a los pacientes por parte de sus médicos de cabecera».
En el último año, la Unidad de Aparato Digestivo ha puesto en marcha dos nuevas técnicas. Una de ellas es la ecoendoscopia, que combina la endoscopia y la ecografía, y que está permitiendo reducir tiempos en el diagnóstico de la enfermedad tumoral digestiva y evitando que los pacientes tengan que desplazarse a otras provincias para realizar esta prueba. Este último beneficio también es aplicable a la implantación de la manometria-phmetria, una técnica indicada para diagnosticar trastornos motores del esófago y de la enfermedad por reflujo.
En otro orden de cosas, la Unidad está colaborando con Pediatría en la implantación de la endoscopia pediátrica y ya ha consolidado la sedación de pacientes sometidos a procedimientos endoscópicos, los cuales son molestos y a veces dolorosos. «No queríamos que las salas de endoscopia fueran salas de tortura. Cada vez hay fármacos mejores, seguros, que ayudan a que el paciente esté relajado y sin dolor. Mejoran su confortabilidad, la seguridad y la resolución diagnóstica, pues al estar sedado se está más quieto», explica la doctora de Almonte.
A este respecto, el próximo mes de abril los hospitales Juan Ramón Jiménez e Infanta Elena se convertirán en centro organizador de uno de los cursos de sedación en endoscopia que imparte la Sociedad Española de Endoscopia Digestiva. Será la primera vez que un curso de estas características se organice en Huelva y en un hospital público, y una de las pocas ocasiones en las que Andalucía será su sede. Por ello, Bejarano manifiesta estar muy contenta, ya que profesionales pertenecientes a unidades de digestivo de otras provincias españolas vendrán a Huelva a formarse.
Tras los logros del pasado año, Ana Bejarano tiene en mente nuevas metas para su Unidad este 2018. La primera de ellas, en línea con uno de los objetivos de la Unión Europea para los próximos años, es conseguir erradicar la Hepatitis C en la provincia de Huelva en colaboración con atención primaria. La doctora considera que en este momento se dan todos los factores para curar y erradicar esta enfermedad, primera causa de trasplante hepático y de muertes por infección en España y en casi todos los países desarrollados.
La idea de la almonteña es empezar realizando un cribado de Hepatitis C en poblaciones de riesgo, cribado que irían ampliando progresivamente a toda la población. «Desde hace dos años tenemos tratamientos con pocos efectos secundarios y que prácticamente aseguran la curación en casi el cien por cien de los pacientes. Es el momento perfecto para acabar con este lacra», admite Bejarano.
La otra gran meta que se plantea la responsable de Digestivo de Huelva es, como ella misma reconoce, «acabar con toda la lista de espera que tenemos en consultas. Tenemos tres frentes principales de demora: la derivaciones desde atención primaria, endoscopias y resultados. Hemos solucionado los dos primeros, pero todavía no el de resultados. Para el paciente que tiene algo grave no hay demora, pero con las pruebas normales sí hay algo de demora. Solucionar este problema es mi próximo objetivo de aquí a dos o tres meses«.
En su ánimo también está seguir mejorando todas las unidades monográficas creadas, acreditar la de enfermedad inflamatoria intestinal… ¿Pero todo esto cómo se logra y en tan poco tiempo? Ana Bejarano lo tiene claro: «el secreto está en saber motivar a tu equipo. Yo soy la primera que trabajo y cuando ven que te esfuerzas y que el proyecto ilusiona y se consiguen resultados, los demás se enganchan. Todos somos compañeros, nos ayudamos entre nosotros y colaboramos con otros servicios. Ésa es la manera de sacar los proyectos adelante».
Esta sabiduría práctica es algo que la profesional ha aprendido con el paso de los años y la experiencia. Tras hacer Medicina en la Universidad de Sevilla, la almonteña trabajó en el 061 en Cádiz durante año y medio y se presentó al MIR, eligiendo la especialidad de digestivo por su diversidad y variedad de técnicas.
Hizo la especialidad en el Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva para estar cerca de su familia, pues se considera muy apegada a los suyos. Luego comenzó a trabajar en el Infanta Elena con el objetivo de poner en marcha en el centro la técnica endoscópica, imprescindible para explorar vías biliares y pancreáticas. «Por entonces sólo se realizaba en el Juan Ramón y eso demoraba mucho las pruebas. Así que le presenté mi proyecto a la dirección del hospital y lo aceptaron», recuerda la doctora.
Después de siete años en el Infanta Elena, dos másteres -uno en Patologías Alimentarias y otro en Biosimilares en la enfermedad inflamatoria intestinal- y numerosas publicaciones y exposiciones en revistas y congresos, en enero de 2017 propusieron a Ana relevar al anterior jefe de Unidad de Digestivo. Bejarano aceptó el reto, aunque al principio le daba un poco de vértigo dada la complejidad del Servicio.
A finales del año pasado, se ganó oficialmente su jefatura, después de meses de trabajo y buenos resultados que fueron toda una motivación. Un año que en números se traduce en que el Servicio que coordina realizó un 45% más de pruebas endoscópicas que en 2016 y atendió a 8.747 pacientes derivados de atención primaria, un 30% más en relación a 2016.
Qué duda cabe que la doctora ha supuesto un soplo de aire fresco en una de las unidades con más demanda asistencial del sistema sanitario onubense. Su labor aún tendrá que dar muchos buenos frutos, sumando a los ya alcanzados en favor de la atención al ciudadano.