Rosa Mora. Desde los 17 años reside fuera de casa, pero esta está siendo su primera experiencia en un país extranjero. La onubense Julia Rodríguez reconoce que hace exactamente un año sus planes de futuro más inmediatos no pasaban por vivir fuera de España. No obstante, siempre abierta a nuevos proyectos, tras conocer sus posibilidades para acceder a una beca de lectorado en Irlanda, fue a a por ella. «Una profesora de la Universidad me habló de ellas y, en cuanto vi que cumplía los requisitos, no me lo pensé dos veces«, señala a Huelva Buenas Noticias esta joven graduada en Estudios Ingleses, natural del municipio serrano de Aracena.
Así, tras cursar el Máster Universitario en Profesorado en Enseñanza Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanzas de Idiomas (MAES), puso rumbo a Irlanda, concretamente a Limerick, tercera ciudad más poblada del país [tras Dublín y Cork], que atrae la atención de miles de visitantes por su majestuoso castillo del Rey Juan del siglo XII, situado a orillas del río Shannon, así como por ser la localidad donde pasó su infancia el escritor ganador de un premio Pulitzer, Frank McCourt, autor de Las cenizas de Ángela, basado en su juventud en esta ciudad irlandesa.
Julia llegaba a Irlanda en agosto del pasado año. Desde entonces da clases de español en la Universidad de Limerick, una experiencia de la que nos habla en esta entrevista:
– ¿Siempre quisiste dedicarte a la docencia?
– Mentiría si dijera que sí. La verdad es que, mi interés por la docencia comenzó en las prácticas de la carrera, cuando me di cuenta que, además de que se me daba bastante bien dar clase, me encantaba.
– Y la experiencia docente hasta el momento, ¿Cómo la valoras?
– Puedo decir que soy una privilegiada, porque he trabajado en casi todos los ámbitos en relación a la docencia: academias preparatorias para exámenes oficiales de Cambridge y Trinity, un instituto (durante las prácticas del Máster), y en la Universidad. Y por el momento, estoy encantada. Obviamente, tengo preferencias, pero en general, me encanta mi trabajo.
– ¿Estaba en tus planes trabajar fuera de España?
– Hace un año mis planes eran terminar el MAES y prepararme las oposiciones de 2018, porque veía que no tenía otra cosa que hacer, pero en realidad me veía demasiado joven como para presentarme a unas oposiciones. Necesitaba irme un tiempo y conocer cosas nuevas, así que cuando supe que me habían cogido para este trabajo, me hicieron la persona más feliz del mundo.
– Resides en Limerick, ¿Cómo describirías la ciudad?
– Pues no es especialmente bonita, aunque sí diferente a lo que acostumbramos a ver en España. Las ciudades por aquí son más pequeñas, y las personas no suelen vivir en pisos o edificios altos. El centro de las ciudades, donde encuentras las tiendas importantes, las grandes empresas y hoteles, es pequeño. La mayor parte de la ciudad está dividida en barrios, cada uno con sus centros comerciales, zonas verdes y grandes casas familiares, donde vive la mayoría de la gente. De hecho, yo vivo en una casa gigante que comparto con cuatro personas más.
– ¿Algún rincón favorito?
– Mi barrio es increíble. Vivo en Castletroy, el barrio donde está la Universidad. Castletroy está lleno de zonas verdes increíblemente bonitas, donde, cuando sale el sol, la gente aprovecha para irse a leer, a correr, a andar o a pasear al perro. Los días soleados aquí son muy agradables, porque el paisaje es espectacular.
– ¿Cómo es tu día a día?
– Por lo general, la vida en Irlanda es muy tranquila, y yo no lo soy para nada. Durante la semana, me levanto temprano, voy a trabajar normalmente desde las 10.00 hasta las 16.00, con mi parada para comer algo, aunque los martes y jueves tengo que hacerlo a las 11, así que desayuno fuerte y luego como a las 16.30. Después, llego a casa, me cambio, voy a correr por mi barrio y cuando vuelvo hago algunos ejercicios. Alrededor de las 19.00 suelo irme a tomar algo al Starbucks de al lado de mi casa con amigos, o algunos miércoles voy al cine, que es el día más barato. Aquí en Irlanda la gente suele irse a dormir muy pronto, a eso de las 22.00, pero yo sigo manteniendo mi horario y, como mínimo, hasta las 00.30 estoy despierta viendo series o leyendo.
– ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención de la vida en Limerick?
– Sin duda, la vida nocturna. Es una ciudad pequeña, por lo que pensaba que iba a aburrirme. Pero me equivocaba, aquí hay un ambientazo increíble, y los irlandeses son muy pero que muy fiesteros, además de simpáticos y amables. Sí que es cierto que hay que salir antes, porque los bares cierran a eso de las 3 de la mañana, pero bueno, si te quedas con ganas de más, siempre puedes buscar un ‘afterparty’ al que ir después.
– ¿Algún aspecto al que te haya sido complicado adaptarte?
– Pues la verdad es que pensaba que la cuestión del tiempo iba a ser complicada para mí, pero no ha sido así. No voy a negar que hay semanas que no para de llover, y eso influye en mi estado de ánimo, pero también intento estar siempre ocupada, y lleno mi agenda de planes constantemente para así evitar caer en la desesperación.
– Y tu tiempo libre, ¿En qué sueles emplearlo?
– Si los irlandeses son fiesteros, yo lo soy aún más. Mi tiempo libre lo empleo en salir, ir de bares con mis amigos, y lo más importante, viajar. Esta zona de Irlanda es maravillosa, y estoy aprovechando para viajar tanto como puedo. Cuando termine de recorrer todo esto, empezaré a moverme hacia el norte.
– Respecto a tu familia, ¿Qué pensó cuando tomaste la decisión de marcharte?
– Obviamente, sabían que me iban a echar de menos, pero todos se alegraron. Es una oportunidad única en la vida que, además de ayudarme a crecer profesionalmente, lo está haciendo también a nivel personal. Llevo desde los 17 años viviendo fuera de casa, pero nunca había vivido fuera de España. Es una oportunidad para empezar de cero en un país en el que nadie te conoce, sí, pero también, si te pasa algo, únicamente te tienes a ti misma para arreglar las cosas, porque tu gente está a más de 2000 km de ti, así que aprendes a arreglártelas y solucionar los problemas completamente sola.
– ¿Qué echas más de menos?
– Echo de menos muchas cosas. Por ejemplo, una cosa tan simple como las aceitunas que te ponen con la cervecita en las terrazas de los bares (la “patá al olivo” tan común por esta zona), el sol, la gente en la calle y no metidos en bares… Pero especialmente, lo que más echo de menos es la comida. Allí hay muy buena verdura, pero el pescado y la carne, además de ser todo un lujo, son mucho peores que los que encuentras en Huelva.
– ¿Cuáles son tus aspiraciones?
– Pues pretendo quedarme por aquí otro año más haciendo lo que estoy haciendo ahora, y después quiero volver a España para prepararme, esta vez sí, las oposiciones para 2020. En un futuro, espero no muy lejano, seré profe de inglés.
– Para terminar: un mensaje a los onubenses.
– A los onubenses les diré que Huelva es un paraíso, por todo lo que tenemos: sus playas, su sierra, su gastronomía, y su gente, entre otros. Pero también es importante vivir otras experiencias, y de esto he sido consciente yéndome fuera. Para saber lo que tenemos aquí, para poder valorar la riqueza de nuestra tierra, también tenemos que vivir otras experiencias. Para mí, la vida debe ser un continuo aprendizaje, y vivir fuera te hace crecer, conocer otras culturas, aprender a ser tolerante, y ver el mundo con otros ojos.
2 comentarios en «La experiencia de la aracenense Julia Rodríguez como profesora de español en Irlanda»
Eres un ser genial Julia espero todo te salga muy bien, estoy muy orgulloso por ti
Julia y Sara, dos primas valientes!!!!!