Rosa Mora. Creció entre acordes y pentagramas. Su abuelo y su padre, apasionados por la música, son en parte responsables del amor que a día de hoy Helena Cuaresma siente por esta disciplina del arte. No obstante, fue ella quien, llegado el momento, decidió iniciarse en ese camino, siendo conquistada desde primera hora por la energía que desprenden los instrumentos de percusión. Así, el Aula Municipal de Música de Aroche, su pueblo natal, fue su primera escuela, determinante para su salto al Conservatorio de Sevilla.
El entusiasmo que la onubense Helena Cuaresma siente por la música es similar al que siempre sintió por la docencia, vocación que la llevó a cursar los estudios de Magisterio Musical en la Hispalense. Mientras realizaba las prácticas curriculares de esta formación universitaria en el colegio Carmen Benítez de Sevilla, la arochena tuvo la oportunidad de descubrir un proyecto que marcó un antes y un después en su trayectoria profesional: el Proyecto de Educación Musical Infantil de la Fundación Barenboim-Said, iniciativa que busca fundamentalmente educar a través de la música, para la que Helena Cuaresma trabaja desde el año 2009 en el centro escolar José María del Campo de Sevilla. Junto a este, son muchos otros los proyectos en los que la músico onubense está plenamente involucrada. Por un parte, es docente en el Aula Municipal de Música de Aroche -donde dio sus primeros pasos como alumna-, e imparte asimismo formación en el Centro de Profesorado de Aracena, entidad que está apostando por una educación musical en Infantil. Y, por si todo ello fuera poco, en 2010 creó junto a unas compañeras la Asociación MusiClap, proyecto que, a través de diferentes iniciativas, persigue fomentar el interés por la música entre los más pequeños.
En relación a Aroche, Helena dirige el grupo musical Arucci Percussion que ameniza el Festival Romano de Diana cada año en julio. De todo ello, nos habla en esta entrevista concedida a Huelva Buenas Noticias en la que también cuenta su experiencia durante varias semanas en Senegal, viaje enriquecedor en muchos sentidos.
– ¿Cuándo comienzas a interesarte por el mundo de música? El crecer en una familia de música influiría…
– En mi casa siempre me ha rodeado la música, mi abuelo era saxofonista y mi padre es músico autodidacta, aprendió a tocar la guitarra siendo niño. Fueron muchísimas las noches que mi padre nos dormía a mi hermano y a mi tocando y cantando con su guitarra. Lo recuerdo con nostalgia y doy gracias por ello. Crecer en un entorno musical de esta forma, me ha ayudado a sentir la música como hoy día la siento.
Mi formación comenzó en el Aula de Música de Aroche, mis profesores me formaron para poder presentarme a la prueba de acceso en el Conservatorio en Sevilla en la especialidad de percusión y mis padres apostaron por llevarme varios años de Aroche a Sevilla para que pudiera realizar mis estudios de manera profesional. Estaré agradecida de por vida con ellos por tal sacrificio, no es fácil vivir en pueblos pequeños y que el conservatorio de música más cerca esté a una hora de camino, o como en mi caso a hora y media.
– ¿Por qué la percusión?
– Cuando se creó la escuela de música en Aroche, mi padres insistía en que me apuntara, pero yo prefería jugar al fútbol. Una tarde pasando por la puerta de la clase donde se daba percusión, escuché una batería, tuve claro que yo quería aprender a tocarla y no dudé en matricularme para recibir clases.
En mi caso, creo que fue el instrumento el que me eligió a mí. Mis amigas estaban apuntadas al aula de música pero con otros instrumentos, yo no lo había hecho aún porque ninguno me había llamado la atención, no sabía que había percusión. Al dar mi primera clase, tuve claro que era mi instrumento y que había elegido bien. Me gustaba tanto que estudiaba con mi caja sorda y tocaba a diario. La batería fue el primer instrumento en llegar a casa. Siempre ha sido fácil tener instrumentos musicales en casa por la pasión que mi padre tiene también a la música.
– Respecto a tu vocación docente, ¿Siempre lo tuviste claro?
– Sin duda alguna. También me viene de familia porque mi padre es maestro. Tuve la suerte además de que el aula de música de Aroche apostara por mí siendo una niña para dar clases de percusión, tenía tan solo 17 años cuando comencé a tomar contacto con la docencia. Varios años después pude completar la formación cursando Magisterio Musical en la Universidad de Sevilla.
– Pronto conociste el Proyecto de Educación Musical Infantil de la Fundación Barenboim Said, ¿Qué supone a los niños?
– Tuve la suerte de realizar prácticas en un colegio donde estaba implantado el Proyecto de Educación Musical Infantil de la Fundación Barenboim-Said. Durante este tiempo pude observar el maravilloso trabajo llevado a cabo a diario con los niños y niñas de tan temprana edad. Desde entonces quedé enamorada de este proyecto y su objetivo, educar a través de la música. Han pasado 9 años desde que comencé a trabajar como especialista de educación musical en esta Fundación, despertando el interés y amor por la música y potenciando esta formación musical en el alumnado los primeros años del proceso educativo.
– Como enamorada de la música, será toda una satisfacción formar parte de esta Fundación…
– Para mí es un privilegio formar parte de un proyecto pionero en España en su género, donde la enseñanza musical se incluye dentro del horario lectivo como una asignatura más del currículum escolar. Tengo la suerte de poder impartir música a 150 niños cada día, eso es mucha música y el proceso que se sigue y el resultado es maravilloso. No deja de sorprenderme la capacidad para expresar su musicalidad, como oyentes, como creadores, pero sobre todo como músicos, el alumnado toma contacto de primera mano con la música y tiene la experiencia de sentirla de forma activa. A través del juego les acercamos al universo musical e instrumental. El proyecto de Educación Musical Infantil de la Fundación Barenboim–Said ha marcado toda mi carrera profesional, he aprendido a diario de cada alumno y alumna que ha compartido las clases conmigo, de forma cognitiva, de forma social y de forma emocional hemos aprendiendo juntos, ellos de mí y yo de ellos. Se han llevado la música para siempre consigo tras este contacto en su etapa infantil. Y yo sé que soy la docente que soy hoy día, gracias a cada uno de ellos.
– Una materia, la música, quizás no valorada lo suficiente en el sistema educativo, ¿Cuál es tu impresión?
– Creo que la música no está considerada como se merece. A nivel educativo nos queda mucho camino por recorrer, pero, por suerte, cada vez son más los profesores que están realizando una labor reconocida sobre la importancia de la educación musical. Me parece escaso el número de clases de música a la semana y su duración, debería ser una asignatura troncal, pero no solo eso, creo que además se debería apostar más por una correcta y adecuada formación del profesorado.
Por supuesto, creo que no sólo deberían ser 23 colegios andaluces los que tienen la suerte de contar en sus centros con el proyecto de educación musical infantil a diario de la Fundación Barenboim- Said, esto debería darse en cualquier centro educativo. Dotando de una formación a ese profesorado de la etapa infantil, edad en la que el aprendizaje cobra tanta importancia. Muchos de los alumnos que durante su etapa infantil han cursado música cada día, tienen la necesidad de seguir vinculados con la música de igual modo pero, por desgracia, se encuentran que ésta pasa a un segundo plano. Espero y confío que poco a poco la situación cambie. Gracias a especialistas en educación musical con vocación y apasionados de su trabajo se está creando una red que hará recapacitar sobre la importancia de ésta en nuestro sistema educativo.
– Convencida de la importancia de incentivar la formación musical en las aulas creaste con dos compañeras la Asociación Músico Cultural MusiClap, cuéntanos, ¿Qué persigue?
– La Asociación MusiClap nace en 2010 con la idea de fomentar el interés por la educación musical y llegar a través de ella a más niños mediante proyectos educativos musicales como talleres, cursos, convivencias o los conciertos didácticos. Estos últimos son el proyecto estrella, llevamos siete años acercando la música a los más pequeños y a día de hoy han sido más de 30 mil niños los que han podido ser partícipes de nuestro espectáculo en diferentes provincias andaluzas así como en una gira especial realizada en Colombia. Sobre todo en el ámbito infantil, creemos que es muy importante que lo que se transmita y se realice para este público a nivel musical esté especialmente cuidado y adaptado a su proceso madurativo. Nuestro objetivo es seguir llenando de música a tantos niños y niñas.
– Trabajas como maestra en Sevilla, pero Aroche sigue estando muy presente en tu día a día, ¿No es así?
– Sí, el aula de música de Aroche, apuesta por un profesorado natural de allí. Los que habíamos sido alumnos cuando el aula de música nació, ahora somos compañeros y profesores. Se está realizando un gran trabajo, contamos con más de 120 alumnos y tenemos todo el apoyo del Ayuntamiento y el calor del pueblo. Allí es donde he nacido y he compartido mis primeras nociones musicales, es mi casa, son mi familia, antiguas alumnos ahora son amigos y aunque no ha sido fácil muchas veces por querer seguir formándome y no disponer de tanto tiempo, han estado siempre ayudándome en decisiones y comprendiendo mi situación. Han permitido que pudiera seguir creciendo como músico y como docente y eso hace que siga tan unida a ellos.
Actualmente, además tengo la suerte de compaginar mi actividad profesional como percusionista en la Orquesta Sinfónica de Triana, algo que el Aula de Música y la banda Municipal también lo permite. Me siento afortunada de seguir trabajando en mi pueblo natal en la escuela de música donde aprendí mis primeras notas y poder pertenecer a una gran Orquesta como es la Sinfónica de Triana. Una Orquesta con un gran equipo humano.
– Asimismo, cada verano participas en la ambientación musical del Festival Romano de Diana
– Así es, el Festival de Diana de Aroche, está creciendo a pasos agigantados, junto a un grupo de alumnos de percusión del aula de música, comenzamos dando vida musical a las visitas guiadas con figurantes, pero cada año hemos ido sumando en número de participantes, puesta de escena, instrumentos y en arreglos musicales. El grupo de músicos es natural de Aroche y este año hemos comenzado a trabajar a lo largo de todo el curso para ampliar nuestro repertorio. Estamos muy animados y motivados por el resultado de nuestra participación en el último festival y queremos apostar por un trabajo musical argumentado y cada vez más rico musicalmente. Como objetivo, me gustaría formar un grupo de recreación de música romana. Estamos trabajando para ello.
– Por otro lado, muy especial ha sido tu experiencia en Senegal, ¿Qué te llevó hasta allí?
– África siempre ha sido especial para mí sin saber muy bien por qué, como percusionista además me parece fascinate la riqueza musical que en ella podemos encontrar. Considero que allí nace todo, es el origen, el ritmo es un lenguaje más, la música allí está en el alma de cada habitante. El verano pasado tuve la oportunidad de viajar al Kafountine, al sur de Senegal en la región de Casamance y pasar dos semanas conviviendo con un grupo de personas y músicos que me enseñaron todo sobre su forma de vida. Lo planeé como un viaje cultural, musical y solidario, un curso de danza y percusión. Pero allí pude encontrar algo más que eso, me ha cambiado para siempre a nivel personal y emocional. Por eso me gustaría volver cada vez que pueda, para enriquecerme de toda su cultura, que además, me permite trasladar luego a mis alumnos y me permite unir los dos mundos. Enseñar una canción africana que ellos mismos me han dado allí, es también hablar de una situación que existe y de hacer que los alumnos tomen conciencia y valoren más su forma su día a día.
– Estancia en África que te marcó hasta el punto de organizar un evento en Aroche para colaborar con ellos, ¿No es así?
– Sí, así es. Allí he podido conocer a personas maravillosas, me he traído grandes amigas, una de ellas es fundadora de la Asociación Baolar, asociación que está realizando una grandísima labor, tras ver el trabajo y toda la ayuda que llega a través de ellas, me era imposible no planear algo para aportar mi grano de arena. Un vídeo elaborado para recaudar fondos me hizo pensar en organizar un taller benéfico. Ha tenido muy buena acogida por el pueblo de Aroche y otros pueblos de la Sierra de Huelva, puesto que han sido más de 60 niños y niñas los que se han llenado de canciones y ritmos africanos, regalos directos que los niños me dieron allí. Además han aprendido mucho de África, que existen niños con más necesidades que ellos y que debemos ser felices con menos. Ser solidarios, y hospitalarios. Confío en que será el primero de muchos talleres de este tipo en el que ganamos todos. Por compartir música y solidaridad.
– ¿Cuáles son tus aspiraciones?
– Sueño con hacer crecer la educación musical en la etapa infantil, me gustaría compartir recursos musicales con otros docentes, y ayudarles en su formación. He comenzado hace un año en el Centro de Profesorado de Aracena que están apostando por una educación musical en infantil. Para mí es un verdadero placer descubrir que llega alguna actividad musical a un aula de cualquier colegio gracias al interés de su profesor por formarse en éste ámbito tan importante. Creo que en cierta medida, todos podemos ofrecer música a quienes nos rodean y si somos educadores, ésta no puede faltar para el desarrollo integral del niño. Con más experiencia o menos, sabiendo cómo llegar al alumnado a través de la música, podemos hacer que una toma de contacto sea de calidad si la formación es la correcta. Por otro lado, me gustaría seguir investigando sobre la música comunitaria, en la cual he desarrollado mis últimos estudios, me parece muy interesante saber que todos por igual podemos formar parte de un colectivo musical sin importar la edad, la experiencia o la cualidad de cada persona. La inclusión de la etapa infantil en este tipo de proyectos desarrollados en mi centro en los últimos años ha hecho que quiera profundizar en un tema tan importante para que cada vez sean más los alumnos que puedan disfrutar de este tipo de experiencias.
-Muchas gracias.