La experiencia del maestro onubense Alejandro Real Peguero en Vietnam

Alejandro Real Peguero reside desde hace dos años Vietnam.
Alejandro Real Peguero reside desde hace dos años Vietnam.

Rosa Mora. Dicen que las mejores decisiones son las que se toman sin pensarlo demasiado. Sabiendo de la experiencia de una compañera que se encontraba en Vietnam, tras finalizar un máster de Educación para el Desarrollo el onubense Alejandro Real Peguero puso en una balanza los pros y contras de mudarse a la capital vietnamita, y tan solo una noche le costó decidirse. «Lo único negativo era estar muy lejos de mi familia pero, por lo demás, solo había cosas positivas. Ver las cosas desde la distancia y pensarlo fríamente, sin darle muchas vueltas, es como creo que deben tomarse las mejores decisiones», explica el maestro onubense. 

En Sapa, pueblo en el norte de Vietnam, donde nunca pierden su sonrisa.
En Sapa, pueblo en el norte de Vietnam, donde, según el onubense, nunca pierden su sonrisa.

Su periplo por el sudeste asiático comenzó hace dos años. Con residencia en Hanoi, Alejandro Real ejerce como docente en una Escuela Internacional donde enseña español e inglés, pero con la peculiaridad de utilizar una metodología bastante innovadora: el drama y el teatro son sus recursos pedagógicos preferidos.


Festival de Cine de Huelva

Con anterioridad residió en Nicaragua. En la imagen En una de las escuelas más pobres de Granada, Escuela Pablo Antonio Cuadras, en Nicaragua.
Con anterioridad, Alejandro residió en Nicaragua. En la imagen, en una de las escuelas más pobres de Granada, Escuela Pablo Antonio Cuadras, en Nicaragua.

Vietnam no es la primera experiencia internacional de este joven onubense. Con anterioridad ha vivido en Italia, Austria y Nicaragua, estancia, esta última, que le marcó profundamente. De todo ellos nos habla en esta entrevista: 

– Cuéntanos, ¿Dónde trabajas actualmente?
– Estoy en una escuela internacional, enseño inglés y español a niños a través del drama y del teatro. Para los más pequeños imparto una metodología activa en el que pongo al niño en situaciones reales que les sirva para su vida, pero sin olvidarme del mundo de fantasías que le motiva, sobre todo a los más pequeños. (Por ejemplo, en un mercado, un conejo regateándole al tendero que es un oso). Veo que tiene muchas similitudes con el concepto de filosofía de Reggio Emilia, el cual el niño es el principal protagonista. Busco siempre una innovación de la educación para no aburrirme como docente y dependiendo del grupo me adapto a las circunstancias económicas y culturales. Por ejemplo, aquí en Vietnam cuando alguien muere, en símbolo de duelo se ponen un papel en la cabeza, así que estas cosas hay que tomarlas en consideración para no molestar a nadie.


Puerto de Huelva

Gracias al PLOCC de Huelva, el onubense contribuyó a recaudar dinero para la compra de material escolar que fueron enviados a los alumnos del colegio Pablo Antonio Cuadra, de Nicaragua.
Gracias al PLOCC de Huelva, el onubense contribuyó a recaudar dinero para la compra de material escolar que fue enviado a los alumnos del colegio Pablo Antonio Cuadra de Nicaragua.

– ¿Siempre quisiste dedicarte a la docencia?
-Siempre he estado concienciado con la desigualdad en el mundo,  y la educación es uno de los factores más importantes. Ser docente es una profesión en la que todos los días aprendes algo nuevo, y lo que me llama la atención es que aunque haya trabajado con niños en diferentes partes del mundo,  todos ellos piensan y actúan de la misma manera. Los niños no son racistas, ni homófobos, ni nada por el estilo, solo buscan la felicidad, da igual el contexto en el que vivan. Los adultos tendríamos que tomar ejemplo de ellos y no al revés.

– ¿Estaba en tus planes trabajar fuera de España?
– Sí, aquí tengo la oportunidad de poder estar cerca de Filipinas, Camboya, Tailandia, Birmania… ¡Muchos sitios a los que tengo que ir todavía!

Visita a Lao Chai, poblado de la etnia Hmong.
Visita a Lao Chai, poblado de la etnia Hmong.

– Resides en Hanoi, ¿Cómo describirías la ciudad?
– Es una ciudad caótica, dónde puedes ver a una familia vietnamita en una moto con cinco gallinas y un cerdo. Aún así, no van a perder su sonrisa.

– ¿Cómo es tu día a día?
– Por mucha rutina que tenga, en Vietnam pasan cosas nuevas todos los días. El otro día iba con mi moto y me paró un policía para multarme, me preguntó de dónde era y le dije que de España. Me empezó a decir que le encantaba el fútbol y que era un seguidor del FC Barcelona, que si Messi por aquí, que si Iniesta por allá. Después me preguntó qué de qué equipo era, y yo que solo soy del Recre, le dije que “del Barcelona desde chiquitito”, hasta  me puse a cantarle el himno. No es que no me haya puesto la multa, ¡Es que me llevé un amigo Facebook!

Ha sabido adaptarse a la sociedad vietnamita.
Ha sabido adaptarse a la sociedad vietnamita.

– Antes de llegar a Vietnam has vivido en otras ciudades del extranjero, ¿No es así?
– He estado viviendo en otros sitios, como Italia o Austria, pero el lugar que más me marcó fue mi etapa en Nicaragua. Fue allí, en una de las escuelas más pobres de Granada, Nicaragua, dOnde me di un bofetón de realidad. Con ganas se puede hacer mucho, ya que a mi llegada a España, gracias al PLOCC de Huelva, pudimos llevar a cabo una jornada de sensibilización y recolecta para material escolar en la escuela donde estuve. Pequeños actos hacen grandes cosas.

– ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención de la vida en Hanoi?
– ¡Que aquí no hay chocos fritos ni habas ‘enzapatás’! [ríe]. Siempre que voy a un bar con mi vietnaspaenglish  lo pido, y en todos sitios me dice el camarero- ¡Sí, sí, ahora se lo traigo! Pero después cuando viene  y veo el plato, solo hay arroz blanco. ¿Qué le vamos a hacer? ¡Habrá que seguir intentándolo! 

Siendo entrevistado para un canal deportivo vietnamita, donde habló del problema de la desaparición del Recreativo de Huelva.
Siendo entrevistado para un canal deportivo vietnamita, donde habló del problema de la desaparición del Recreativo de Huelva.

– ¿Algún aspecto al que te haya sido complicado adaptarte?
– Lo que más me costó adaptarme, es que aquí en el norte de Vietnam comen  rata, perro, gato, serpiente… Vamos, todo lo que se mueva [ríe].  Y ver que yo echo de menos a mi perro, y aquí lo tienen en la cocina para comérselo, pues como que choca. Después tienes que adaptarte a otras cosas que me llaman la atención. Aquí tienes que quitarte los zapatos para entrar en cualquier lugar porque de otra manera es mala educación, pero no es mala educación ponerte al lado de alguien que está comiendo para cortarte las uñas. Te tienes que acostumbrar a ver hogueras por todos lados, porque aquí queman “dinero falso”. Creen que le van a llegar a sus fallecidos. Hay que tener cuidado cuando vas con la moto, aparte de la humareda, porque te pueden aparecer por todos lados ¡Tienes que caerte unas cuantas veces para aprender eso!

Visita a Lao Chai, poblado de la etnia Hmong.
Visita a Lao Chai, poblado de la etnia Hmong.

–  Y tu tiempo libre, ¿En qué sueles emplearlo?
– Ahora estoy enfocado en sacarme un nivel avanzado de francés -tener novia francesa ayuda imagino [ríe]-. Creo que la experiencia por el sudeste asiático está llegando a su fin, así que habrá que buscar opciones en otro lugar. Quiero antes de irme hacer un proyecto de educación para el desarrollo con una organización local de discapacidad visual.  Quiero introducir la enseñanza a través del teatro y, aunque haya barreras como la del lenguaje por ejemplo, espero poder contar con traductores.

–  Respecto a tu familia, ¿Qué pensó cuando tomaste la decisión de marcharte?
. Por suerte, tengo una familia muy especial, que de siempre me han apoyado. Tengo tres hermanos mayores y es una ventaja, porque aparte de que puedo aprender de ellos, al ser el cuarto como que siempre he podido hacer lo que me plazca. Es lo que tiene ser el pequeño.

Situación geográfica de Vietnam.
Situación geográfica de Vietnam.

– ¿Qué echas más de menos?
– A mi familia sobre todo. A mis sobrinos, padres, hermanos… Dicen que uno se acostumbra con el tiempo a las despedidas, pero yo creo que es al revés. Cada vez que tengo que decirles “hasta luego”, se va haciendo más duro. También me siento muy orgulloso de tener las raíces choqueras que tengo, así que también echo de menos caminar por la playa, criticar los fosfoyesos, el cielo azul de Huelva, el guiso de chocos, agobiarme en el Holea, la alegría de la gente…

El onubense, en Huelva, junto a sus sobrinos, a quienes echa de menos.
El onubense, en Huelva, junto a sus sobrinos, a quienes echa de menos.

– ¿Cuáles son tus aspiraciones?
– Pues mis aspiraciones no son otras que seguir siendo feliz esté donde esté y pensar el futuro sin olvidarme del presente. Dar mi granito de arena a este mundo a través de la educación y sobre todo estar aprendiendo siempre.

– Para terminar: un mensaje a los onubenses. 
– Cada más sitios que veo, más valoro mi tierra, mis playas, mi gente… Como se come y vive en Huelva, pocos sitios en el mundo. Aún así, siempre es bueno salir fuera y aprender a valorarlo ¡Si alguien necesita cualquier cosa, por aquí estamos!

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