Rosa Mora. «Viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente», afirmó el escritor y humorista estadounidense Mark Twain. Una visión que comparten las personas apasionadas por descubrir otras culturas y formas de vida, como es el caso de nuestro protagonista: Juan Manuel Belmonte Lozano. Licenciado en Ciencias Políticas y Administración por la Universidad de Granada con másteres en Derecho Constitucional y en ‘Historia de Europa, el mundo mediterráneo y su difusión Atlántica’, el onubense, que actualmente se encuentra en su tercer año de Doctorado en Ciencias Jurídicas y Políticas [en la línea de Derechos Humanos y Desarrollo] ha participado recientemente como cooperante en un proyecto desarrollado por Cruz Roja en Burkina Faso, país de África occidental que limita al noroeste con Malí, al noreste con Níger, al sur con Costa de Marfil, Ghana, Togo y Benín.
Su carácter aventurero ha llevado a Juan Manuel a aprovechar las oportunidades que su formación le ha ido brindando en relación a vivir en el extranjero. Así, mientras estudiaba en la Universidad de Granada, el onubense ha realizado estancias de investigación en Bélgica y México, países que se suman a la larga lista de estados a los que ha viajado por el simple hecho de conocer otros rincones del mundo, enclaves tan dispares como EEUU, Argentina, Siria o Líbano.
Voluntario de Cruz Roja desde hace algo más de dos años, su estancia en Burkina Faso ha sido su primera experiencia internacional de carácter humanitaria. Algo más de dos meses en el país africano, suficientes para hacerle replantearse su futuro laboral. Huelva Buenas Noticias ha conversado con el onubense:
– Recientemente has estado en Burkina Faso formando parte de un proyecto de cooperación internacional, ¿En qué consistía?
– El proyecto -aún está activo- está orientado al empoderamiento de las mujeres recolectoras y productoras del karité y sus derivados, en las provincias de Sissili y Ziro, al sur de Burkina Faso, a escasos kilómetros de la frontera con Ghana. A tales efectos, la Cruz Roja Burkinabé, con el apoyo de Cruz Roja Española, apoya con personal cualificado, mobiliario y recursos, las labores de recolección y producción de manteca karité de la Federación Nununa, que es la cooperativa que agrupa a las mujeres anteriormente mencionadas
– ¿Cuáles fueron tus funciones exactamente?
– Dentro de este proyecto, mi función era la de apoyar a un consultor para la realización de un Plan de Comercialización Exterior para la Federación Nununa. En tal sentido, mi labor se desarrolló tanto en Ouagadougou como en Léo, sede de la cooperativa, y puede resumirse en los siguientes puntos. Por una parte, búsqueda de información sobre la Federación Nununa relativa a las mujeres que la componen, necesidades corporativas, sociales y económicas, problemas en la cadena de producción, entidades y otras ONGs que les colaboran. Dichas actividades se realizaron sobre el terreno y en contacto directo con el personal local, es decir, en Léo, sede de la Federación Nununa. Por otro lado, me encargaba de la búsqueda de información jurídica en materia de importaciones/ exportaciones; leyes y normas que regulan las entidades de interés socio-comunal en Burkina Faso, organismos nacionales de comercio. Asimismo, otra de mis funciones consistía en mantener reuniones constantes con el consultor, a fin, no solo de compartir las susodicha información, sino de elaborar el Plan de Comercialización, teniendo en cuenta los principios que rigen el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media LunaRoja.
– ¿Cuál es tu vinculación con Cruz Roja Huelva?
– Mi vinculación voluntaria con Cruz Roja empezó hace unos dos años y medio. Mi intención era la de poder estar más cerca de los problemas reales de la gente y sentir que, a través de mi ayuda y mi acción, podía aportar mi granito de arena para mejorar la situación de personas en situación de vulnerabilidad. Asimismo, buscaba nuevos vínculos y amistades, nuevos retos, nuevas oportunidades…
– ¿Qué te animó a unirte a este proyecto internacional?
– Bueno, los proyectos internacionales son siempre una opción para los voluntarios del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. En mi caso, desde que entré en la institución, ésta siempre fue una interesantísima opción. No en vano, poseo el perfil que, de alguna u otra forma, me lo permite: Lic. en Ciencias Políticas y de la Administración, hablo inglés y francés, tengo formación en cooperación al desarrollo, he viajado bastante -incluyendo países en situación de conflictos- y he realizado estancias de investigación en otros países -europeos y latinoamericanos-, me encanta cooperar y ayudar…
– Cuéntanos, ¿Qué destacarías de Burkina Faso?
– La gente, sin duda. Al principio estaba un poco temeroso pero era normal. No sabía lo que me iba a encontrar. Sin embargo, me sorprendió como, con tan poco: Burkina Faso es uno de los países más pobres del mundo, son tan alegres y felices. Esto te hace reflexionar porque, normalmente, aquí tendemos a equiparar riqueza material y felicidad. Tener este tipo de experiencias abre la mente y te enseña a ver que, en efecto, lo más importante no es la riqueza material, sino la vida misma, el ser feliz y agradecido con lo que tienes ¿Qué te ha llamado más la atención? Supongo que la escasa urbanización de sus ciudades y municipios. Me encantó ver cómo, incluso en la capital, te daba la sensación de estar viviendo en el campo. Es obvio que te sientes más cerca de lo natural. Otra de las osas que me sorprendieron de verdad es ver cómo, a pesar de haber un 60% musulmanes y un 30% cristianos, la religión no es motivo de disputa, divergencias o conflicto. Es más, en muchos casos, unos nacen musulmanes y se cambian a cristianos o viceversa. Esto es algo único en el mundo.
– ¿Se ha tratado de tu primera experiencia en África?
– Mi primera experiencia en África fue en Marruecos, pero no como cooperante o delegado, sino como estudiante de doctorado en una conferencia sobre integración multicultural. Ahora bien, si consideramos las diferencias culturales, el Magreb y el África Subsahariana son bastantes diferentes.
– Y además de África, has tenido la oportunidad de disfrutar de otras estancias en el extranjero…
– Así es, he realizado estancias de investigación en Bélgica y México cuando estudiaba en la Universidad de Granada y, dada mi enfermiza pasión por viajar y conocer culturas, he viajado a muy diferentes y diversos países: Argentina, Uruguay, Chile, Bolivia, Estados Unidos, Siria, Líbano, Turquía, Bulgaria, Hungría, Serbia, Italia, Francia, Holanda, Inglaterra, Escocia, Polonia, Alemania, Portugal…
– Imaginamos que con los idiomas te desenvuelves bien…
– Por lo general, bastante bien. Aunque no perfectamente, me desenvuelvo bien en inglés y francés, y también hablo un poco de italiano y portugués. La verdad es que me encantan los idiomas.
– ¿Con qué te quedas de la experiencia vivida en Burkina Faso?
– Me quedo con la ilusión. Me ha gustado tanto la experiencia que no me importaría repetir en algún otro país africano y/o del mundo en general. Además, me llevo una grata impresión del trabajo humanitario y de la cooperación al desarrollo que realiza la Cruz Roja Española
– ¿Cuáles son tus aspiraciones?
– Actualmente tengo el doctorado entre manos y, si todo va bien, espero poder acabarlo pronto. No obstante, y a pesar de poder continuar con la carrera académica, haber realizado el voluntariado internacional en Burkina Faso, ha hecho que repiense mi futuro laboral: no me importaría trabajar en el ámbito de la cooperación al desarrollo.
– ¿Recomendarías a los lectores a unirse este tipo de proyectos?
– Totalmente. Te abre la mente, te enseña a ver que lo importante no está en las formas culturales, sino en las personas mismas. No importan las diferencias religiosas, raciales, étnicas y/o de género. Cuando tienes una experiencia tal, tu percepción acerca de la realidad cambia. Por ejemplo, aprendes a agradecer y valorar las posibilidades que se tienen en el mundo occidental, por ejemplo la sanidad, la organización burocrática y el orden, la seguridad jurídica, la justicia, al tiempo que valoras más a las personas por el mero hecho de ser.
– Muchas gracias.