Enrique Nielsen. El 13 de abril de 1935, Huelva se levantaba con la noticia en su prensa local de la detención en la estación de trenes de la capital, de una joven alemana llamada Margarita Stein, también conocida como Agente 330, y catalogada por las autoridades como una peligrosa espía.1
Huelva por su situación estratégica y por sus recursos mineros ya se convirtió durante la I Guerra Mundial en un auténtico hervidero del espionaje alemán y del contraespionaje aliado. Fueron muchos los episodios e incidencias que se dieron en nuestra capital y provincia. Después de las experiencias pasadas, se preguntaba acertadamente el diario La Provincia, si Huelva era un nuevo campo para el espionaje internacional.
Pero, ¿quién era Margarita Stein? En base a la información que aportaba su pasaporte, nació el 22 de agosto de 1910 y procedía de una localidad alemana perteneciente a la región de Baviera. Bien parecida, simpática, con ojos azules, manos muy cuidadas, la joven hablaba perfectamente el castellano, el francés, el inglés y chapurreaba algo el italiano. Las autoridades se quedaban asombradas al escucharla, porque para lo joven que era, poseía una gran cultura e importantes conocimientos sobre la problemática social que sacudía Europa. También era muy hábil dibujando y mostraba un comportamiento muy astuto en los interrogatorios, despistando a sus interlocutores con continuas evasivas y negativas.
Según su testimonio, con tan sólo diecinueve años de edad, entró en nuestro país, huyendo de los malos tratos de su familia. Trasladaba un relato en el que la desgracia la acompañaba, en el que aparecía como una mujer bohemia o incluso, como una mendiga. Vivía de la caridad de los demás, sobre todo de hombres que se le cruzaban en su vida. No aclaraba en ningún momento a qué se dedicaba, y mantenía que le gustaba viajar por España y por Andalucía, debido al clima y a la luz de nuestra tierra. En sus relatos también contaba cómo había salido en varias ocasiones de España, para desplazarse a Italia, Francia o a su país de origen, Alemania.2
En el transcurso de estas idas y venidas, fue detenida y encarcelada por las autoridades españolas en diversas ocasiones, apareciendo reflejados algunos de estos hechos en la prensa española durante un periodo de siete años, desde mayo de 1929 hasta junio de 1936.
Comencemos por el mes de julio de 1931. Después de los diversos conflictos sociales acaecidos en Andalucía, especialmente en Sevilla, los servicios de la Guardia Civil se intensificaron, especialmente en las carreteras. Margarita Stein fue localizada en esas fechas, en una carretera de la provincia de Córdoba, siendo detenida y conducida al Puesto de la Guardia Civil ubicado en la localidad de Pedro Abad. Los agentes la describieron como una joven rubia, de aspecto no vulgar, que portaba tan sólo como equipaje, un maletín en su mano derecha. Manifestaron que cuando intentaban ahondar en el interrogatorio la chica rompía a llorar, no explicando en ningún momento de manera clara y categórica el motivo de su estancia en la provincia de Córdoba. El Comisario de Vigilancia que la atendió, D. Constantino Vado no quedó ni mucho menos satisfecho con su declaración. Finalmente, el gobernador civil ordenó ingresarla en la cárcel de Córdoba bajo la sospecha de que se tratara de un agente provocador o un agente comunista. Varios días después fue puesta a disposición del cónsul alemán.3
Hagamos un inciso y recordemos que, en España, tras la Dictadura de Primo de Rivera, se impuso como régimen político la II República, un periodo no exento de dificultades, en el que la agitación social tuvo gran protagonismo. El aumento de la conflictividad social se fundamentó en motivaciones políticas e ideológicas, o en la estrategia adoptada por las distintas organizaciones obreras.4 Por lo que no era extraño que las autoridades reaccionaran así ante un personaje como el que tratamos.
Continuemos con el recorrido por las noticias en la prensa española. El 25 de marzo de 1933 se celebró en el Cuartel del Regimiento nº 27 de Cádiz un Consejo de Guerra contra nuestra protagonista, por insultos a la autoridad militar, cuando desembarcaba en Puerto Real y se negó a que un carabinero le registrara su equipaje. Finalmente también se ordenó su ingreso en prisión.5 Desconocemos el desenlace de este acto judicial, pero con fecha 8 de junio de 1934, Margarita Stein se registró como una artista procedente de San Sebastián, ocupando la habitación nº 5, en el famoso Gran Hotel La Perla en Pamplona, un hospedaje en el que se alojaron personajes muy importantes de la época, un establecimiento con mucha historia, inaugurado en 1881 y que en la actualidad sigue prestando sus servicios.6
Y dos años después, nuestra supuesta espía vuelve a ser noticia, aunque en esta ocasión, siendo su foto, portada de una revista de tirada nacional. Estando presa en la cárcel del Puerto de Santa María, se fugó y fue detenida posteriormente en San Fernando, cuando conversaba con varios marineros en las cercanías de las dependencias militares de la localidad. Se daba la circunstancia que varias semanas atrás la fuerza pública dio el alto a un mendigo que marchaba por unas salinas, procurando no hacerse visible en los caminos. El desconocido huyó, pero en la fuga perdió un pequeño zurrón. Dentro, entre trapos, pedazos de pan y pitillos rubios, se encontró un misterioso mensaje escrito en un papel: No actúe en ese sector. Ahí trabaja ya con gran provecho nuestro Agente 330. Nada se volvió a saber de aquel fugitivo y nadie sabía quién era el agente misterioso. Lo cierto es que dada la cercanía en fechas de la huida del mendigo y de la detención de Margarita, la prensa española comenzó a nombrar a Margarita Stein como la Agente 330.
Presa en la vieja cárcel de Cádiz, y acusada de ejercer el espionaje en la provincia gaditana, recibió la noticia de su expulsión de España. Ya en el vagón que la conduciría a la provincia onubense, Margarita Stein se reía al ver la expectación que producía su presencia en los andenes de la estación gaditana. Fue trasladada a Huelva el 28 de marzo de 1935, para ser conducida el 5 de abril al punto fronterizo con Portugal de Rosal de la Frontera.7
Pero pocos días después, la joven logró burlar la vigilancia de nuestros puestos fronterizos y volvió a Huelva en ferrocarril, siendo detenida, como ya comentamos, en la estación ferroviaria onubense, antes de montarse en un coche con la intención de dirigirse a Barcelona. Según informaciones trasladadas por un diario de Madrid, la alemana estaba considerada como un peligrosísimo miembro de enlace del partido comunista y se sospechaba que fuera el Agente 330, a quien venían buscando las Policías de media Europa. Margarita quedó puesta a disposición del gobernador civil, el cual puso en conocimiento del tema a la Dirección General de Seguridad, para que decidiera qué hacer.8
En cualquier caso, en las entrevistas que dio a la prensa, incluida la realizada por el redactor del diario de La Provincia, Casimiro Moreno, la chica negaba siempre y de manera efusiva, ser una espía; y contaba una y otra vez, las desventuras que había vivido los últimos años.
Durante unos días la pista de nuestra protagonista se pierde para reaparecer, esta vez, en La Coruña. ¿Se habría fugado de nuevo? o ¿volvió a ser expulsada al vecino Portugal? La cuestión es que el 26 de abril entró en una peluquería en la ciudad de los espejos, para que le arreglaran el pelo. Una de las dependientas la reconoció, dado que había visto su foto publicada en la Revista Estampa. Poco después cuando se hallaba en un café cercano, escribiendo una carta, fue nuevamente detenida. El contenido de la carta no fue desvelado por las autoridades. El gobierno civil de La Coruña se puso en contacto con el de Cádiz y tras la conversación mantenida entre ambos se decidió que ingresara en prisión.
La noticia volvió a correr como la pólvora por los diversos medios de la prensa española. Los periódicos se pusieron en contacto con el cónsul alemán en La Coruña, el cual manifestó a los medios que, en su opinión, las autoridades españolas estaban incurriendo en una equivocación, puesto que el caso de esta mujer era el de una pobre perturbada que nada tenía que ver con organizaciones dedicadas al espionaje. Margarita permaneció presa hasta el 2 de junio, fecha en la que embarcó en el trasatlántico alemán General Artigas, con destino al puerto de Hamburgo.9
De esta forma parecía que se daba por concluido el manido caso de la joven alemana, pero nada más lejos de la realidad, porque un año después de su partida hacia Alemania, varios periódicos españoles recogían la noticia de la detención, una vez más, de una espía reclamada por la Dirección General de Seguridad: Margarita Stein. La detención se produjo a finales del mes de junio de 1936 en Córdoba, a escasos días del comienzo de la sangrienta Guerra Civil.10
En el caso de que fuera una agente comunista o alemana, con el estallido de la Guerra Civil, estar en territorio del bando equivocado la pondría en un duro aprieto. De cualquier forma, la última noticia localizada hasta ahora, en la que se nombra a Margarita, data del mes de enero de 1937, en un diario francés. Se trata de un artículo que analizaba la ocupación de territorios españoles en África por parte de súbditos alemanes y su relación con las fuerzas dirigidas por el general Franco. En el mismo, se manifestaba que los alemanes que viajaban a lugares como Ceuta, Tetuán o al Rif, no volvían. Se preguntaban si era necesario nombrarlos, y a continuación se exponía una lista de súbditos germanos entre los que se encontraba la joven de la que hablamos.11
Tras lo expuesto hasta ahora, hagamos un breve resumen. Margarita Stein intentó siempre trasladar el mismo testimonio, pero comparando las diferentes fuentes se aprecian contradicciones, e incluso, falsedades. No cabe duda que tenía un especial interés por Andalucía, ya que muchos de los incidentes descritos se produjeron en provincias andaluzas como Cádiz, Córdoba o Huelva. De hecho, su pasaporte fue tramitado en el consulado alemán de Málaga. También hay que destacar que Andalucía en aquellas fechas, fue tierra de muchos incidentes obreros. De ahí las acusaciones recibidas. Por otra parte, no es entendible que se tratara de una supuesta indigente sin medios, como así proclamaba, cuando en las fotografías que se muestran en este artículo, vemos una mujer con manos y cejas muy cuidadas, bien peinada y con una vestimenta y calzado, más propio de un nivel social alto. Una joven inteligente, astuta, con dominio de varios idiomas, excelente dibujante y con gran cultura, que había llegado a fugarse de una prisión. Y, por último, no nos olvidemos de todas las ocasiones en las que esta joven quedó a disposición del consulado alemán de turno, sin que ello impidiera que en el futuro continuara con sus andadas.
Concluyendo y a falta de nuevos datos, ¿con qué versión nos quedamos?, ¿era una perturbada? o ¿aquella imagen que trasladaba formaba parte de un disfraz? Y en el caso de que resultara ser una espía, ¿para quién trabajaba? Margarita Stein, sigue generando un gran número de interrogantes, continúa siendo todo un enigma.
NOTAS
- La Provincia,13 abril 1935 p. 4
- La Voz, 25 julio 1931 p.11; Estampa, 13 abril 1935; La Provincia, 13 abril 1935
- La Voz, 25 julio 1931 p.11; Diario de Córdoba, 29 julio 1931 p. 1; Política, 25 julio 1931 p. 3
- Forner, Salvador. «El movimiento obrero en la II República». Anales de Historia Contemporánea, no 5. Universidad de Murcia, 1986, p.170
- El Noticiero Gaditano, 25 marzo 1933 p.2
- granhotellaperlablog.com; copia del libro de registro del Gran Hotel La Perla, cortesía de Fernando Hualde.
- La Época, 14 marzo 1935 p.6 y 12 abril 1935 p.6; Estampa, 13 abril 1935 pp.3-6; La Provincia, 13 abril 1935 p.4
- Ahora, 13 abril 1935 pp.12 y 20
- La Voz, 26 abril 1935 p.1; Diario de la Marina, 17 mayo 1935 p.13; Diario de Córdoba, 2 junio 1935 p.3
- Guión, 26 junio1936 p. 4; La Voz, 25 junio 1936 p. 12
- Gazette de Bayonne,12 enero 1937 p.4