Un delicioso paseo por conventos y monasterios, veinte joyas del patrimonio de Huelva

Estas construcciones venían a acoger la vida contemplativa de las diferentes órdenes religiosas. / Foto: pinterest.
Estas construcciones acogían la vida contemplativa de las diferentes órdenes religiosas. / Foto: pinterest.

Mari Paz Díaz. La rica historia de Huelva ha dejado huella en su patrimonio, a veces olvidado y otras, en cambio, habiendo sabido mantenerse durante siglos, siendo testigo del cambio de los tiempos y del paso de diferentes generaciones, permaneciendo inalterables en el paisaje de la provincia. Es lo que ha sucedido, sin duda, con muchos de los monasterios y conventos onubenses que se construyeron para albergar diferentes órdenes religiosas. Edificios que respondieron a la forma de vida de otro tiempo y que, en la gran mayoría de los casos, han dejado atrás su actividad religiosa para convertirse en emblemas del patrimonio artístico y arquitectónico de Huelva, en ocasiones, habiéndose reconvertido para otros usos, como puede ser su explotación como recursos turísticos y/o hosteleros.

Este tipo de edificaciones entraron en decadencia tras las desamortizaciones del siglo XIX. / En la imagen, el claustro del antiguo convento de San Francisco de Moguer. / Foto: cervantesvirtual.com
Este tipo de edificaciones entraron en decadencia tras las desamortizaciones del siglo XIX. / En la imagen, el claustro del antiguo convento de San Francisco de Moguer. / Foto: cervantesvirtual.com

Una nueva realidad que vino a imponerse especialmente en el siglo XIX, cuando entraron en decadencia, a pesar de la importancia económica y urbanística que alcanzaron, debido a las desamortizaciones, como sucedió especialmente con la de carácter eclesiástica aprobada por Mendizábal (1836 – 1837), que supuso que un gran número de conventos pasaran a manos del Estado o de particulares. Medidas que afectaron de forma importante a Andalucía, una de las regiones con mayor índice de población religiosa. Sus consecuencias fueron que muchos de los edificios religiosos, a pesar de su interés artístico, fueron abandonados, quedando en estado ruinoso, lo que dio lugar, con el tiempo, a que se transformaran en edificios públicos.


Festival de Cine de Huelva

Un patrimonio único. / Foto: Monasterio de La Rábida.
Un patrimonio único. / Foto: Monasterio de La Rábida.

Una riqueza arquitectónica que, quizás por conocida, a veces no se le da el valor que posee, de ahí que hayamos querido realizar un recorrido por los principales monasterios y conventos de la provincia de Huelva, teniendo como guía el registro del Instituto de Patrimonio Histórico (IAPH), así como otras fuentes. Un paseo virtual en el que os invitamos a conocer mejor estas auténticas joyas de la arquitectura onubense:

Imagen del Convento Jesús y María de Aracena. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).
Imagen del Convento Jesús y María de Aracena. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).

1. Convento de Jesús y María (Aracena). Esta edificación del siglo XVIII, situada en el centro de la localidad serrana, ha sido convertido en un hotel de cuatro estrellas con spa, por lo que es un claro ejemplo del uso turístico de este tipo de construcciones en la actualidad. De la estructura de este convento de unos 250 años de antigüedad, lo mejor conservado, sin duda, era su iglesia. 


Puerto de Huelva

Imagen del hotel. / Foto: hotelopia.
Imagen del hotel. / Foto: hotelopia.

Un monumento, por tanto, que ejemplifica a la perfección el destino actual de muchos conventos y monasterios españoles, puesto que fue restaurado para convertirlo en un hotel de cuatro estrellas, en el que se han respetado el claustro, la iglesia y los jardines.

Convento de Santa Catalina Mártir en Aracena. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).
Convento de Santa Catalina Mártir en Aracena. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).

2. Convento de Santa Catalina Mártir (Aracena). Aunque no sea un dato documentado, todo parece indicar que este convento se construyó sobre una antigua sinagoga judía, si bien otros autores defienden que se trataba de una antigua mezquita, iniciándose su construcción en el siglo XIV. Un edificio en estilo gótico-mudéjar, que, desde el 21 de febrero 1536, pertenece al Convento de religiosas Carmelitas, monjas de la rama femenina del Carmelo.

Interior del convento aracenense. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).
Interior del convento aracenense. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).

Su iglesia, de arcos transversales y planta rectangular, está formada por tres naves, con cuatro tramos y cabecera plana. Destaca su portada principal, construida el año 1500 en ladrillo rojo, contrastando con el fondo blanco de la fachada. En su interior alberga una escalera con acceso al primitivo coro, situado en la zona superior de los dos primeros tramos de las tres naves. Actualmente, este recinto forma parte del ámbito de clausura. En época barroca se añadió un camarín al presbiterio y en 1909 se construyó la capilla contigua a éste. Esta Iglesia está inscrita como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2008.

El Convento de La Merced de Ayamonte, un hito mercedario en el litoral onubense. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).
El Convento de La Merced de Ayamonte, un hito mercedario en el litoral onubense. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).

3. Convento de la Merced (Ayamonte). Ubicado en la zona de La Ribera, este edificio de 1640, creado por el mismo fundador de la iglesia, por Pedro Pérez Mestre, Alguacil Mayor de la Inquisición y Sindico de la villa de Lepe, se convirtió en poco tiempo en el centro económico de la ciudad, siendo uno de los vestigios más importantes del establecimiento de la Orden mercedaria en el litoral onubense, tanto que está considerado un hito fundamental de la ciudad. No en vano, este convento se configuró durante siglos como una parte esencial de la trama urbana de Ayamonte, a pesar del proceso de decadencia al que se vio sometido tras la desamortización. Una situación que resulta más llamativa si tenemos en cuenta el gran valor estético de este convento, en el que destacan, sobre todo, su torre, las pinturas murales del crucero y el retablo mayor, prueba de la cercanía de Portugal, puesto que fue pintado por el siglo XVIII por el pintor portugués Diego de Sousa e Sarre, responsable de las pinturas murales del crucero e iglesia. 

Interior del Convento de La Merced de Ayamonte. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).
Interior del Convento de La Merced de Ayamonte. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).

La fachada principal es muy sencilla, dividida en tres cuerpos, con una portada adintelada. Por su parte, la iglesia del antiguo convento es de planta de cruz latina. Este edificio, en la actualidad, es la sede canónica de la Real Hermandad de Jesús Cautivo, Cristo de la Buena Muerte y María Santísima del Rosario, imágenes ubicadas en un retablo de mármol que se encuentra en una capilla de planta rectangular, situada en el quinto tramo del templo. En el exterior, junto al lado de la Epístola, se encuentra el claustro del antiguo convento, de planta cuadrada, en cuya planta baja está la sede de la Agrupación de cofradías y hermandades de la ciudad de Ayamonte, mientras que la planta alta del claustro acoge el Museo de la Agrupación de cofradías y hermandades de la ciudad de Ayamonte. Por último, en una parcela situada en la confluencia de la calle Jovellanos con calle Huelva se encuentra la Biblioteca Pública, cuya sede formaría parte del antiguo convento. En definitiva, un magnífico edificio, que ha recibido diversas restauraciones a lo largo de su historia y que está inscrito como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2012.

Detalle de la portada de la iglesia del ex Convento de San Francisco en Ayamonte. / Foto: IPCE.
Detalle de la portada de la iglesia del Convento de San Francisco en Ayamonte. / Foto: IPCE.

4. Convento de San Francisco (Ayamonte). Fundado en 1527 por doña Leonor de Manrique y Castro y don Francisco de Zúñiga y Guzmán -aunque otras fuentes hablan de su creación en el año 1417 por la casa de Béjar-, un siglo después, en 1648, fue cuna de la conspiración en la que participó el Marqués de Ayamonte, que sería decapitado. Un edificio que se vio directamente afectado por el Terremoto de Lisboa de 1755, siendo abandonado tras la Desamortización de Mendizábal. Inscrito como BIC desde 1931, fue declarado Monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional. En la actualidad, es una típica casa de vecinos.

Imagen de la Iglesia del antiguo Convento de La Merced de Ayamonte.
Imagen de la Iglesia del Convento de La Merced de Ayamonte. / Foto: ayamonte.es

Lo que sí se conserva bien es la Iglesia de San Francisco, que posee una portada renacentista del siglo XVI, donde está la Sagrada Reliquia del Santo Sudario, que trajo Francisco de Guzmán, Marqués de Ayamonte, en el año 1578. Este templo cuenta con una bella techumbre de madera de lacería mudéjar policromada, típica de la escuela sevillana del siglo XIV. El retablo del Altar Mayor, de autor desconocido, data de finales del siglo XVI. A los lados del presbiterio, existen pinturas que representan los escudos de armas del Marquesado de Ayamonte y de la casa de Béjar.

Interior el Convento de las Hermanas de la Cruz de Ayamonte. / Foto: Turismo de Ayamonte.
Interior el Convento de las Hermanas de la Cruz de Ayamonte. / Foto: Turismo de Ayamonte.

En Ayamonte también podemos citar el Convento de las Hermanas de la Cruz, antiguo convento de las clarisas, que fue llevado a cabo por Doña Isabel de Zamora en el año 1639, aunque, a partir de 1878, lo compartieron con las hermanas de la Cruz, siendo Ayamonte fue la segunda ciudad de Andalucía donde se estableció esta congregación religiosa. Este edificio ha tenido que ser renovado y, en parte, reconstruido, pues estaba en bastante mal estado de conservación debido al terremoto de Lisboa y a los saqueos sufridos durante la Guerra Civil. En 1936 se creó en el edificio de la calle Santa Clara, perteneciente al convento, una escuela particular de niñas que ha estado funcionando como tal hasta hace muy poco tiempo. 

Convento de La Merced en Cartaya. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).
Convento de La Merced en Cartaya. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).

5. Convento de Mercedarios Descalzos de la Santísima Trinidad o Convento de la Merced (Cartaya). Un edificio situado en el centro del municipio cartayero, que fue construido sobre un anterior convento, levantado entre 1624 y 1628, por la Duquesa de Béjar para la Orden de Trinitarios de Ntra. Sra. De la Merced, pero que debió ser derribado tras verse afectado por terremotos y vendavales en el siglo XVIII. Siendo así, la construcción del nuevo convento comenzó en 1774 y se terminó en 1778, siendo promovido por el General de la Orden Mercedaria Descalza Fray Miguel Ramón de San José. Su actividad fue bastante corta, puesto que los frailes sólo pudieron permanecer en este convento entre 1778 y 1820, cuando fue desalojado. Y, aunque los monjes volvieron en 1823, su exclaustración definitiva se produjo en noviembre de 1835. Fue vendido en el año 1846 y, un año después, en 1847, el Ayuntamiento de Cartaya compró la capilla y la cedió a la Parroquia, que la tenía como propia en 1860, hasta que la vendió en pública subasta en 1917. Está inscrito como BIC desde 2008, además de tener la declaración de Interés Local.

Detalle de la torre campanario del templo cartayero. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).
Detalle de la torre campanario del templo cartayero, conservada entera gracias a una restauración. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).

El edificio estaba constituido por los tres espacios habituales en este tipo de cenobios, como son el convento, iglesia o capilla, la construcción más antigua, y huerto, que ya se encuentra edificado. No en vano, a lo largo de su historia, ha recibido varias remodelaciones y cambios de su estructura original, siendo muy similar a otro templo de Cádiz. Tanto es así que la única fachada que mantiene un estilo definido es la principal, distribuida en dos plantas separadas por una cornisa. En general, es uno de los edificios más emblemáticos de la localidad, donde resalta la torre campanario, construida a finales del siglo XVII, de tipo gótico-mudéjar, adosada al convento y al templo.

El Convento del Vado ha sido fundamental en la historia de Gibraleón. Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).
El Convento del Vado ha sido fundamental en la historia de Gibraleón. Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).

6. Convento de Madre de Dios del Vado (Gibraleón). Fue fundado por los Duques de Béjar y Marqueses de Gibraleón, don Francisco de Zúñiga y Sotomayor y su mujer doña María Coronel de Guzmán, en el año 1587 y ocupado originariamente por la Orden de Santo Domingo, siendo uno de los conjuntos arquitectónicos más importantes de la localidad olontense, no sólo por su trascendencia histórica, sino por el interés artístico del mismo. El conjunto monacal se vio seriamente afectado durante la Guerra Civil y, en la actualidad, ha sido reformado y se utiliza como centro cultural. 

Otra perspectiva del Convento del Vado. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).
Otra perspectiva del Convento del Vado. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).

Del edificio original se conserva su iglesia, cuya estructura es similar a la de las iglesias conventuales sevillanas de finales del siglo XVI y principios del XVII, es decir, con planta rectangular con una sola nave, presbiterio y coro a los pies. La capilla mayor es el elemento de mayor importancia, contando en la cubierta del templo una bonita armadura mudéjar. Cuenta con un rico patrimonio artístico-religioso, llamando la atención también el artesonado de madera. En el exterior del edificio, y más concretamente en el muro de la Epístola, se encuentra la única portada existente en la actualidad.

El Convento de las Madres Agustinas, el primero de cuatro conventos edificados en Huelva, siendo el único que mantiene su actividad. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).
El Convento de las Madres Agustinas, el primero de cuatro conventos edificados en Huelva, siendo el único que mantiene su actividad. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).

7. Convento de Santa María de Gracia o Convento de Madres Agustinas (Huelva). Es el primero de los cuatro conventos que se construyeron en la ciudad de Huelva, siendo el único que se mantiene abierto por las Reverendas Madres Agustinas. Su construcción se llevó a cabo entre 1510 y 1700 en estilo gótico – mudéjar, edificándose sobre una necrópolis árabe, hoy situado en pleno centro de Huelva, al encontrarse en la Plaza de las Monjas. Fue fundado para las Agustinas Calzadas, hijas en su origen del convento de San Leandro de Sevilla, monjas de clausura que se encontraban bajo la protección de doña Elvira de Guzmán y Maldonado, condesa de Niebla. De su estructura original, conserva llamativos restos, como el claustrillo mudéjar y un patio de entrada, sustentado por columnas de mármol genovés de orden toscano con arcos de medio punto en ladrillo visto.

Imagen del interior del convento onubense. / Foto: huelva.es
Imagen del interior del convento onubense. / Foto: huelva.es

También debemos destacar su iglesia, que adquirió su imagen actual en 1618 con la creación de la capilla del altar mayor, siendo restaurada en 1951, cuando se crea su cúpula actual. Luego, en 2003, vuelve a ser restaurado por Carlos Barranco, recuperando el embellecimiento de la fachada, según el proyecto de Pérez Carasa.

El Convento de La Merced de Huelva, actual sede de la Facultad de Empresariales de Huelva. / Foto: IAPH (Antonio Morano).
El Convento de La Merced de Huelva, actual sede de la Facultad de Empresariales de Huelva. / Foto: IAPH (Antonio Morano).

8. Convento de la Merced (Huelva). Actual sede de la Facultad de Ciencias Empresariales y de la Catedral de Huelva, este bello conjunto está formado por la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced y el convento, ubicados en el centro de la ciudad de Huelva. Es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura barroca en Huelva, fundado como cenobio de Mercedarios Descalzos por Alonso Pérez de Guzmán, Duque de Medina Sidonia, en 1605, si bien, el actual edificio data del siglo XVIII, pues el anterior presentaba un estado ruinoso tras el Terremoto de Lisboa de 1755. A pesar de ello, esta comunidad eclesiástica se disolvió antes de la Desamortización de Mendizábal de 1835, lo que ha motivado que este emplazamiento haya tenido diversos usos, como ha sido el de cuartel (1842), Instituto Provincial y la Escuela Normal, sede de la Diputación Provincial de Huelva, Hospital Provincial y, desde 1988 hasta hoy, fue cedido a la Universidad de Huelva.

Su Iglesia es sede catedralicia desde la creación de la Diócesis de Huelva en el año 1953. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).
Su Iglesia es sede catedralicia desde la creación de la Diócesis de Huelva en el año 1953. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).

De hecho, este edificio es propiedad de la Diputación onubense desde 1863, que adquirió todo el edificio conventual, incluida la iglesia, templo que alcanzó el rango de catedral en 1953, cuando se constituye la Diócesis onubense. Una iglesia que también ha sufrido cambios a lo largo de su historia, como sucedió en 1942, cuando se construyó el cuerpo trasero de tres plantas y semisótano, y en 1957, cuando se levantó la tercera planta del este edificio de planta rectangular organizado en torno a dos patios gemelos, de sección cuadrada y porticados. Por su parte, la iglesia de Nuestra Señora de la Merced fue levantada en 1606 y, aunque en 1968 fue clausurada al culto, fue restaurada entre 1971 y 1977. El templo se encuentra ubicado en la zona occidental del convento.

El Convento de la Luz, en Lucena, es un edificio de gran belleza. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).
El Convento de la Luz, en Lucena, es un edificio de gran belleza. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).

9. Convento de Nuestra Señora de la Luz (Lucena del Puerto). Se trata de un monasterio de los Jerónimos que ostenta el mismo título. que fue construido a inicios del siglo XVI. En su edificación intervinieron una familia de Palos, Pardo de Quirós Auñón, que inició la obra en terrenos y con dinero propio, aunque luego fue perfeccionado por los Portocarrero de Moguer. A finales del siglo XVI, su propietario, el moguereño Diego de Oyón y su mujer, María de Cárdenas, lo ceden a la Orden de San Jerónimo, con objeto de construir un nuevo convento en honor de Nuestra Señora de la Luz, su actual edificio. Tras más de tres siglos de vida claustral, con la desamortización de Mendizábal, en 1836, los monjes jerónimos abandonaron finalmente el monasterio, que desde entonces permanece en manos privadas.

Interior de la Iglesia del Convento de la Luz. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).
Interior de la Iglesia del Convento de la Luz. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).

Con restos de la época paleolítica y de un convento de los siglos XIV- XV, este edificio posee planta rectangular y una sola nave, aunque a los lados se abren naves de capillas, tres en cada lado, que ocupan hasta el tercer tramo del templo. Va rematada por un ábside. Las capillas poseen planta cuadrada y se abren a la nave por medio de arcos apuntados. Su iglesia se cubre con bóvedas de crucería góticas de gran belleza en las que llama la atención su dibujo geométrico. Está declarado BIC desde el año 2010.

Convento de San Francisco de Moguer. Foto: IAPH (Fernando Alda).
Convento de San Francisco de Moguer. Foto: IAPH (Fernando Alda).

10. Convento de San Francisco (Moguer). Se trata de un complejo conventual fundado entre 1337 y 1338, muy destruido por las ocupaciones posteriores, del que sólo permanece tal cual la iglesia y el claustro, como consecuencia de varios saqueos y expolios, como los perpetrados por los franceses, la Desamortización de Mendizábal, que supuso el abandono del edificio, o la Guerra Civil. En su interior destaca su claustro central de dos cuerpos, obra del último cuarto de siglo XVI. En parte de sus terrenos se construyó el antiguo colegio Pedro Alonso Niño. Su iglesia, de estilo manierista, posee una sola nave con capilla mayor y sin capillas laterales. También destaca su espadaña, compuesta por dos cuerpos superpuestos con arcos de medio punto. Está inscrito como BIC desde 2016.

La espadaña es uno de los elementos más característicos de este convento moguereño.
La espadaña es uno de los elementos más característicos de este convento moguereño.

Su construcción se realizó al quedar pequeño en el siglo XV el también convento franciscano moguereño del Corpus Christi, por lo que los señores de Moguer, Pedro Portocarrero y su mujer, Juana de Cárdenas, lo mandaron construir, lo que pone de manifiesto la importancia de la comunidad franciscana en Moguer, siendo inaugurado en 1482, aunque las obras continuarían en el XV, y posteriormente reparado en el XVI, el XVII y tras el Terremoto de Lisboa. Su propiedad pasó a ser pública en el año 1836, presentado un importante estado de ruina en el XIX. Su recuperación definitiva se produjo en 1992, cuando se rehabilitó la iglesia y el claustro, así como el resto de dependencias, que hoy acogen la Biblioteca Iberoamericana y Archivo Histórico, poniendo de manifiesto la vinculación colombina de este convento. No en vano, este cenobio llegó a contar con la biblioteca más rica de toda la provincia de Huelva durante la Edad Moderna.

La Capilla del Corpus Christi de Moguer forma parte del primer cenobio masculino moguereño.
La Capilla del Corpus Christi de Moguer forma parte del primer cenobio masculino moguereño.

11. En esta línea, aunque no aparezca recogido como convento en el registro del IAPH, podríamos hablar de la Capilla del Hospital del Corpus Christi de Moguer, también declarado BIC, que forma parte de la historia de la localidad desde el siglo XIV, puesto que formó parte del Convento del Corpus Christi, primer cenobio masculino que se levantó en Moguer, fundado en 1337 por Alonso Jofre Tenorio y su esposa, Elvira Álvarez, aunque, posteriormente, fue el Hospital del Corpus Christi. Un conjunto del que sólo se conserva la iglesia y la espadaña, una obra mudéjar que, durante el siglo XX, fue una antigua Estación Enológica, decorada con azulejos cerámicos de Triana y ejecutada en 1915 al estilo regionalista propio del arquitecto que llevó a cabo la obra, como fue el arquitecto Aníbal González. En la actualidad, este bello edificio ha sido reconvertido en el Teatro Felipe Godínez de Moguer, un proyecto que se llevó a cabo en los años noventa del pasado siglo, junto con la restauración de la Capilla del Hospital.

El Monasterio de Santa Clara de Moguer es un lugar con gran valor patrimonial e histórico. / Foto: cervantesvirtual.
El Monasterio de Santa Clara de Moguer es un lugar con gran valor patrimonial e histórico. / Foto: cervantesvirtual.

12. Monasterio de Santa Clara (Moguer). Declarado Bien de Interés Cultural desde 1931 y con cerca de diez mil metros cuadrados de extensión, el Monasterio de Santa Clara fue fundado por don Alonso Jofre Tenorio, almirante de Castilla y I señor de Moguer, y por su esposa doña Elvira Álvarez, entre octubre de 1337 y abril de 1338, para religiosas franciscanas, que habitaron su clausura hasta 1903, cuando la ocuparon las Esclavas Concepcionistas del Divino Corazón. Desde 1956 hasta 1975 residieron en él los Padres Capuchinos. En la actualidad, este monumento es sede del Museo Diocesano de Artes Sacro de Huelva. En su iglesia se encuentra el panteón familiar de los Portocarrero, señores de Moguer. Además de su belleza, este cenobio moguereño destaca por ser un Lugar Colombino, puesto que Cristóbal Colón lo visitó el 16 de marzo de 1493 al volver de su primer viaje, lo que ha dado lugar a la conmemoración del Voto Colombino.

El claustro de las Madres de Santa Clara, uno de los espacios más llamativos del cenobio. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).
El claustro de las Madres de Santa Clara, uno de los espacios más llamativos del cenobio. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).

Desde el punto de vista arquitectónico, el monasterio se compone de dos cuerpos: el sector conventual y el templo. La iglesia constituye el último ejemplar de toda una serie de templos gótico-mudéjares derivados de la arquitectura alfonsí. El resto del edificio amalgama piezas de diferentes estilos, desde el mudéjar al barroco. Entre sus espacios más destacados se encuentran un pequeño claustro mudéjar, el claustro grande o de las Madres, considerado como el más viejo de Andalucía y la Sillería de Coro, realizada hacia el año 1370 por artesanos nazaríes, traídos ex profeso desde el reino de Granada para trabajar en este edificio, una obra única en todo el mundo.

El Convento de la Virgen de la Milagrosa de Nerva pertenecía a la Compañía Minera de Riotinto. / Foto: IAPH (Rafael Aguilera).
El Convento de la Virgen de la Milagrosa de Nerva pertenecía a la Compañía Minera de Riotinto. / Foto: IAPH (Rafael Aguilera).

13. Convento, Colegio y Capilla de la Virgen Milagrosa (Nerva). Se trata de un edificio de principios del siglo XX, que sigue el estilo propio de las construcciones industrialistas de finales del XIX, con ladrillo visto y rejas de hierro forjado. Pertenecía a la Compañía Riotinto, pero le fue cedido el convento a las hijas de la Caridad, que aún hoy día albergan sus aposentos. También pertenece al convento el edificio anexo de huecos de ventanas recercados por ladrilletas vistas, tradicionales de la cultura inglesa. La construcción presenta dos plantas.

Monasterio de La Rábida, un lugar colombino por excelencia. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).
Monasterio de La Rábida, un lugar colombino por excelencia. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).

14. Monasterio de Santa María de la Rábida (Palos de la Frontera). Este conocido monumento colombino de Huelva parece tener sus orígenes en la época fenicia, dejando huellas en su estructura la presencia romana y árabe, pasando luego a manos de los Templarios, hasta que fue fundado por el padre San Francisco. Su construcción se produjo en el primer cuarto del siglo XV sobre un solar en el que ya existía la iglesia y la casa, siendo fundado por fray Juan de la Rábida y convirtiéndose en todo un símbolo de la historia colombina tras recibir la visita de Cristóbal Colón a la Rábida para conseguir apoyos a su proyecto descubridor. Su importancia patrimonial e histórica ha provocado que sea BIC desde 1967.

Estuvo a punto de ser derribado tras ser abandonado en el siglo XIX. / Foto: IAPH (Fernando Alda).
Estuvo a punto de ser derribado tras ser abandonado en el siglo XIX. / Foto: IAPH (Fernando Alda).

Tras momentos de prosperidad durante los siglos XVI y XVII, su estructura se vio afectada por el Terremoto de Lisboa de 1755, aunque su ocaso se vive en el siglo XIX, puesto que fue saqueado y clausurado tras la invasión francesa de inicios de ese siglo. Un momento desastroso que, incluso, llegó al Gobierno a decretar su derribo, que fue evitado por el Gobernador Alosno. Finalmente, en 1930, el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes crea un Patronato especial para el cuidado de este monasterio, situado en la desembocadura del río Tinto, por donde Huelva se abre camino hacia el mar, lugares, todos ellos citados por Cristóbal Colón en su diario de viaje. Su estructura exterior presenta líneas muy humildes y sencillas, aunque nos llaman la atención detalles como la portada de acceso a la iglesia, de estilo gótico, o la espadaña, construida entre la portería y el patio mudéjar, uno de sus espacios más bellos y conocidos. El conjunto se articula en torno a tres núcleos principales: la iglesia-santuario, el claustro de la portería y el de la clausura. Tampoco podemos olvidar las pinturas murales de Daniel Vázquez Díaz, que se conservan en sus paredes.

Convento de María Auxiliadora en Puebla de Guzmán. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).
Convento de María Auxiliadora en Puebla de Guzmán. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).

15. Convento de María Auxiliadora (Puebla de Guzmán). Situado en pleno centro de la localidad, este edificio de estilo barroco presenta unas líneas sencillas y sobrias, propias de las beatas franciscanas que lo ocuparon, pertenecientes a la Orden Tercera de San Francisco. Sus orígenes, primero como beaterio, según se ha podido certificar documentalmente, se remontan a comienzos del siglo XVIII, si bien, sus dependencias fueron ampliadas posteriormente. A medidos del siglo XIX, su iglesia se encontraba en estado de ruina, prueba de las dificultades económicas por las que atravesaba la congregación. Este cenobio estuvo abierto hasta 1936, cuando se cerró hasta su reapertura en 1939, momento en el que, tras una rehabilitación, pasó a llamarse convento de María Auxiliadora, permaneciendo ocupado durante quince años, hasta que el progresivo deterioro del edificio obligó a su abandono a mediados del siglo XX.

Interior de la iglesia del convento, restaurada en 1987. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romer).
Interior de la iglesia del convento, restaurada en 1987. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romero).

En esta edificación destaca su iglesia, de una sola nave, cubierta con un artesonado neomudéjar y cabecera constituida por una trama de planta cuadrada, así como una espadaña de un solo cuerpo y dos vanos semicirculares, coronado por un frontón triangular partido. En su interior podemos admirar en casi toda la parte inferior de la iglesia, un zócalo de azulejos con motivos geométricos y florales, posiblemente realizados en Portugal a mediados del siglo XIX. Por su parte, la zona conventual se encuentra muy deteriorada, con claustro cuadrangular con arcos rebajados. La capilla fue restaurada en 1987 gracias al impulso de los vecinos, mientras que una parte del solar fue cedida para la construcción de un centro de día para la tercera edad. En definitiva, una construcción sencilla y elegante, que fue declara BIC en 2016, siendo uno de los escasos ejemplos de arquitectura conventual barroca en la provincia de Huelva.

El Convento de Santa Catalina de Trigueros. / Foto: juntadeandalucies.es
El Convento de Santa Catalina de Trigueros. / Foto: juntadeandalucies.es

16. Convento Colegio de Santa Catalina (Trigueros). El Colegio de la Compañía de Jesús de Trigueros fue fundado bajo la advocación de Santa Catalina por el hidalgo Francisco de la Palma y Araujo, clérigo de primera tonsura, natural y vecino de esta localidad, al finalizar el segundo tercio del siglo XVI. Se trata de la única construcción de la Compañía de Jesús en tierras onubenses y la sexta en orden de antigüedad de las fundadas en la provincia jesuítica de Andalucía, habiendo estado habitado por algunas figuras destacadas del jesuitismo y evangelizadores de América. Además, la comunidad mantuvo una escuela anexa al conjunto, en la que recibieron formación muchos individuos naturales de Trigueros y de los pueblos del entorno, teniendo incluso una imprenta desde fechas tempranas.

Interior del templo.
Interior del templo.

La iglesia del Colegio, que es la principal pieza constructiva que se conserva, posee una marcada impronta del renacimiento veneciano, sobre todo en lo que respecta al exterior. De hecho, es el único ejemplo del estilo renacentista veneciano en la provincia de Huelva. Desgraciadamente, este convento se vio seriamente afectado tras el Terremoto de Lisboa, lo que se unió a la expulsión de los jesuitas de España en el año 1767. Todo ello provocó el progresivo abandono de este precioso conjunto arquitectónico, a pesar de su importancia artística, donde encontramos un magnífico templo con bóveda de cañón y arcos fajones que parten de pilastras. Afortunadamente, en 2014, el Ayuntamiento de Trigueros compró el inmueble, con el objetivo de rehabilitarlo, según el proyecto del arquitecto Antonio López. Es más, el Consistorio acaba de anunciar que el Ministerio de Fomento destinará 800.000 euros a esta restauración. Una actuación que permitirá darle un uso cultural al este edificio, declarado BIC en 2008.

Fachada del antiguo convento del Carmen de Trigueros.
Fachada del antiguo convento del Carmen de Trigueros.

17. Convento del Carmen de Trigueros. En Trigueros también debemos resaltar la existencia del exconvento de Ntra. Sra. de Consolación, un edificio del siglo XVI propiedad del Ayuntamiento triguereño, que desde 1998 forma parte de la oferta cultural del municipio como Centro Cívico. Una antigua residencia conventual, que se dispone en torno a un bello claustro central, que se fundó bajo la tutela de las Hermanas Carmelitas Descalzas Misioneras. Un templo que, tras abrirse al culto en el año 1596, alcanzó su máximo esplendor en el siglo XVIII, quedando abandonado en el siglo XIX como consecuencia de las desamortizaciones.

El Convento del Carmen, un buen ejemplo del patrimonio de Trigueros.
El Convento del Carmen, un buen ejemplo del patrimonio de Trigueros.

Su imagen actual dista mucho del edificio original, como consecuencia de múltiples reparaciones a causa del deterioro y por diversas circunstancias, puesto que, tras la desamortización, cayó en manos privadas que lo convirtieron en bodega y vaqueriza, cambiando su fisonomía. No sucedió lo mismo con la iglesia, que quedó abierta al público, conservando su rico patrimonio, mermado en gran parte durante la Guerra Civil. Posteriormente, Salud Berges reconstruyó el inmueble en los años cuarenta y trajo una pequeña comunidad de carmelitas misioneras, que fundó un colegio femenino, abierto hasta los años sesenta, cuando las monjas se mudaron al nuevo edificio. Problemas causados por el terremoto de 1969 obligaron a su cierre, hasta su recuperación municipal a finales del siglo XX, siendo hoy en día un baluarte de la actividad cultural y social de Trigueros.

El Convento de  Villalba del Alcor cumple 400 años. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romer).
El Convento de Villalba del Alcor cumple 400 años. / Foto: IAPH (Francisco Javier Romer).

18. Convento de San Juan Bautista o Convento de Clausura de las Madres Carmelitas Descalzas de Villalba del Alcor. Se trata de un edificio barroco andaluz que ocupa casi una manzana completa, fundado por García Jiménez Franco en 1618, con lo que este año se conmemora el cuarto centenario de su fundación, una fecha que será celebrada en la localidad con una programación especial. Declarado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía como Conjunto Histórico-Artístico, al ser el único de estas características que perdura en el Condado. En el siglo XVIII sufrió varias remodelaciones, mientras que también se vio afectado por el terremoto de Lisboa de 1755 y hubo que rehacer la espadaña, la cúpula y el molino de aceite.

Este convento de Villalba del Alcor es el único de estas características que se conserva en el Condado de Huelva. / Foto: villalbadelalcor.es
Este convento de Villalba del Alcor es el único de estas características que se conserva en el Condado de Huelva. / Foto: villalbadelalcor.es

De su estructura, podemos comentar que está conformada por una residencia con dos claustros y organizada en torno a tres patios, así como la iglesia, con una cubierta de artesonado mudéjar y un retablo mayor, dedicado a San Juan Bautista y la Virgen del Carmen, destacando también la fachada principal. Desde este convento sale en procesión una imagen de la Virgen del Carmen en agosto.

Junto a estos conventos y monasterios onubenses, debemos llamar la atención sobre fuentes documentales que nos hablan de otros cenobios que existieron en la provincia de Huelva, ya desaparecidos, fundados en su mayoría por los franciscanos, entre los que podemos destacar, tal y como ha estudiado el investigador Manuel Jesús Carrasco Terriza, los siguientes, con los que podríamos continuar la enumeración:

Capilla de las Monjas de Lepe. / Foto: verpueblos.com
Capilla de las Monjas de Lepe. / Foto: verpueblos.com

19. Capilla de las Monjas o Convento de la Piedad de Lepe. Esta capilla está ubicada en la calle las Monjas, cerca de donde estuvo ubicado el ya desaparecido Convento de la Piedad. En la cúpula puede verse la imagen de la Virgen de la Soledad y los frescos de Francisco Sánchez, que representan a los cuatro evangelistas, las espadañas de la parroquia y del convento y un rompimiento de gloria con el Espíritu Santo.

Restos del antigo convento de Bollullos. / Foto: bollullos.es
Restos del antiguo convento de Bollullos. / Foto: bollullos.es

20. Convento de San Juan de Moraniña en Bollullos Par del Condado. Se trata de una construcción medieval situada a varios kilómetros del casco urbano, en el término Los Villares de Marchenilla, edificada sobre la antigua ermita rural de San Juan de Moraniña. Un cenobio que se fundó en el año 1400 por la Tercera Orden de Penitencia de San Francisco con la ayuda de Enrique Pérez de Guzmán y Castilla, segundo conde de Niebla. En él se dio culto a la imagen de Santa María de Moraniña, titulada de Consolación, que focalizaba la devoción de toda la comarca durante los siglos XV y XVI. Posteriormente, en 1602, la comunidad de franciscanos decidió trasladarse a un nuevo convento construido en Sevilla, llamado Nuestra Señora de Consolación, siendo enajenadas las tierras y el edificio bollullero abandonado. Y, aunque años más tarde volverían los monjes, la imagen de la Virgen se quedó en Sevilla. Sí podemos citar el caso de la apertura en Bollullos de una casa rural, ubicada junto a este convento franciscano, que lleva por nombre ‘El Mirador del Covento’.

Otra imagen que nos lleva a Escacena del Campo. / Foto: escacena.es
Una imagen que nos lleva a Escacena del Campo. / Foto: escacena.es

21. Convento Santa Ángela de la Cruz en Escacena del Campo. Se trata de un antiguo convento de las Hermanas de la Cruz construido en el primer tercio del siglo XX que, actualmente, se dedica a residencia de ancianos, si bien, parece ser que también hubo en la localidad, en el siglo XVI, un antiguo cenobio dedicado a San Antonio. El actual, es una sencilla construcción de dos plantas.

La bella portada, lo único que se conserva del antiguo convento de Cumbres Mayores.
La bella portada, lo único que se conserva del antiguo convento de Cumbres Mayores.

22. Antiguo convento de Franciscanas Clarisas (Cumbres Mayores). Un cenobio fundado en el año 1.467 por bula del Papa Paulo II con el título de ‘Nuestra Señora de la Consolación’, reedificado en 1515 bajo la tutela de la Catedral de Sevilla. Un edificio de gran belleza del que hoy tan sólo se conserva su portada, conocida por su singularidad y un amplio alfiz, si bien en las viviendas de alrededor pueden observarse restos del convento, así como una lápida que pone de manifiesto su fundación, actualmente sita en la sacristía de la iglesia parroquial. Un convento que alcanzó una gran importancia en toda la comarca y que trajo una gran riqueza a la localidad. A pesar de ello, entró en decadencia en el siglo XIX, desapareciendo, poco a poco, su espacio en favor de nuevas viviendas.

Del mismo modo, también podemos citar los conventos de otros municipios onubenses, como sucede con: 

Imagen del antiguo convento de Aroche. / Foto: qrturismohuelva.org
Imagen del antiguo convento de Aroche. / Foto: qrturismohuelva.org

23. Convento Cilla de los Jerónimos (Aroche). Prueba del rico patrimonio de Aroche, en este municipio encontramos el Convento de ‘La Cilla’, que data de 1634, perteneciendo a la Orden de los Jerónimos. Un bello edificio que mantuvo su actividad religiosa hasta el siglo XIX, cuando, tras la Desamortización de Mendizábal, se convirtió en casa de vecinos. Lo cierto es que este emplazamiento ha tenido diversos usos a lo largo de la historia, pasando a ser desde un centro agrícola, en el que se contaba con un molino de aceite, a acoger una cárcel durante la Guerra Civil.

Interior de este antiguo convento de Aroche.
Interior de este antiguo convento de Aroche.

En la actualidad, este antiguo convento acoge el Centro de Recepción de Visitantes, el Museo Arqueológico, el Museo del Rosario y el punto de información del Parque Natural. Un espacio, por tanto, muy llamativo para la localidad serrana, que ha sabido dar una nueva vida a este centro.

Convento de la Congregación de Santa Ana (Alosno).
Convento de la Congregación de Santa Ana (Alosno).

24. Convento de la Congregación de Santa Ana (Alosno). Casa-Palacio donada por la Condesa de Barbate en el año 1.951 a esta congregación religiosa. Un edificio sencillo, que se remata con una pequeña espadaña, bajo la que hay un retablo cerámico de 1940, que representa a Santa Ana enseñando a leer a la Virgen. 

Antigua Iglesia del Carmen de Paterna. / Foto: huelvapedia.
Antigua Iglesia del Carmen de Paterna. / Foto: huelvapedia.

25. Convento de los Carmelitas Descalzos (Paterna). Su origen mudéjar aún se percibe en la antigua Iglesia del Convento de los Carmelitas Descalzos, del año 1696. Y es que, de este edificio, sólo se conserva parte de la fachada de esta antigua Iglesia del Carmen, ubicada en la Plaza de los Padres. 

Ermita de la Virgen de Socorro de Rociana.
Ermita de la Virgen de Socorro de Rociana.

26. Convento de los Dominicos (Rociana). La Ermita de la Virgen de Socorro, del siglo XVIII, fue el primer Convento de Dominicos en el Condado de Huelva, fundado sobre 1580,  aunque el edificio actual es de 1749, en el que destaca su capilla mayor, que ocupa el ábside semicircular al que se abre el camarín que preside la imagen de la Virgen del Socorro, decorado con azulejería y pinturas de Antonio Paniagua.

Actual de Casa de la Cultura de Rociana, construida sobre un antiguo convento.
Actual de Casa de la Cultura de Rociana, construida sobre un antiguo convento.

En Rociana también podemos citar la Ermita de San Bartolomé, actual sede de la Casa de la Cultura Odón Betanzos Palacios, que fue levantada en el siglo XVIII sobre los restos de un antiguo convento dominico del siglo XV, anexo al cual existió probablemente el primer cementerio de la población. Un edificio derribado parcialmente en 1982 debido a su estado de ruina y abandono, por lo que, del original, sólo se conservan la cúpula barroca de media naranja y la portada. Esa bella cúpula está decorada con frescos del pintor onubense Juan Manuel Núñez Báñez.

Convento Ntra. Sra. Del Carmen de La Palma. / Foto: turismolapalmadelcondado.es
Convento Ntra. Sra. Del Carmen de La Palma. / Foto: turismolapalmadelcondado.es

27. Convento de Ntra. Sra. del Carmen (La Palma del Condado). Construido a finales del siglo XIX, no adquirió su utilidad religiosa hasta 1942. Su fachada se articula en dos pilastras rematadas por un frontón triangular y una cúpula que cierra el edificio. En el interior destaca su capilla de planta cuadrada con elementos de inspiración neobarroca. El Altar Mayor llama la atención por acoger una escultura de la Inmaculada Concepción, obra anónima del siglo XVII, que se relaciona con la escuela granadina de Alonso Cano.

La gran mayoría de estas construcciones entraron en decadencia en el siglo XIX. / Foto: cumbresmayores.es
La gran mayoría de estas construcciones entraron en decadencia en el siglo XIX. / Foto: cumbresmayores.es

Por lo general, según Carrasco Terriza, las fundaciones de conventos se situaban «en Tierra Llana onubense (costa y campiña), en la línea de comunicación Sevilla – Huelva – Portugal, enclavándose en diversos señoríos jurisdiccionales: marquesado de Ayamonte (Ayamonte y Lepe), señorío de Palos, condado de Niebla (Huelva y Bollullos) y tierras realengas de Sevilla (Escacena, Cumbres Mayores)», siendo prioritarios los hombres de la mar, de ahí los conventos de Ayamonte, Moguer y Huelva, así como los de La Rábida y Lepe.

En 2014 se inauguró un nuevo convento en Cumbres Mayores.
En 2014 se inauguró un nuevo convento en Cumbres Mayores.

Por último, no podemos dejar de llamar la atención sobre el hecho de que, el pasado año 2014, se inauguró un nuevo convento en la provincia de Huelva, como es el Convento Cumbres Mayores, para acoger a religiosas carmelitas, Madres Carmelitas Descalzas, procedentes de una congregación peruana, para lo que se levantó un edificio de 1.500 metros cuadrados bajo la advocación de la Divina Misericordia y a San José. Clarisas que han alcanzado fama internacional por sus confecciones en crochet, que están siendo demandas por artistas de la talla de Lady Gaga.

Un rico patrimonio onubense. / Foto: IAPH (José Morón).
Un rico patrimonio onubense. / Foto: IAPH (José Morón).

En definitiva, las enormes vicisitudes que han tenido estos edificios a lo largo de los siglos no han impedido que gran parte de la provincia de Huelva conserve un rico patrimonio, que forma parte de nosotros mismos. Una riqueza que debemos valorar y disfrutar. ¿Estáis de acuerdo?

1 comentario en «Un delicioso paseo por conventos y monasterios, veinte joyas del patrimonio de Huelva»

  1. El de la Luz de Liucena, es el único MONASTERIO que hay en la
    Provincia de Huelva, El de la Rabida es CONVENTO.
    La diferencia entre convento y monasterio solo la marca la forma de vida, los religiosos de convento vivían de lo que pedían. Los de monasterio vivían de su trabajo, generalmente agrícola.

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