Antonio J. Martínez Navarro. A Francisco Gómez Gutiérrez lo nacieron en el Puerto de Santa María (Cádiz) el domingo 11 de agosto de 1935, y he dicho “lo nacieron”, (parodiando a Leopoldo Alas “Clarín”, autor de la celebérrima novela “La Regenta” y ovetense de corazón, pero él decía que “le nacieron”, indebidamente, en Zamora), ya que él siempre se ha considerado onubense por los cuatro costados. Pero, resolvamos este galimatías: Su padre, onubense, era ante todo un tritón, un auténtico hombre de mar, tanto es así que estuvo mucho tiempo en los prácticos como maquinista. Pero estando a las órdenes de Arcadio Aragón, prestigioso armador onubense, en el yate “Punta Umbría”, construido en los astilleros de Conrado Moreno de Isla Cristina en 1929 y no siendo rentable económicamente esta canoa en el trayecto Huelva- Punta Umbría y viceversa, se lo llevó al Puerto de Santa María porque en aquellas fechas un barco que realizaba el trayecto del Puerto a Cádiz se incendió y quedó inútil para el servicio y coincidió que trasladándose para aquella eventualidad el matrimonio al pueblo gaditano allí nació.
Tenemos que añadir que Paco Gómez se vino del Puerto a Huelva para vivir con sus tíos cuando apenas tenía un par de meses. Su tío, Antonio Méndez Villares, suministrador a los barcos surtos en la bahía onubense, había llegado a Huelva en el año 1912, había estado navegando durante toda su vida dando la vuelta al mundo unas cuantas veces al servicio de la Compañía inglesa “Cunard Star Line”. Y le contaba a su sobrino cómo había pasado por las vicisitudes de navegar con niebla y lluvia, donde nada se veía y, para evitar un accidente fatal, el barco tenía que avanzar con sumo cuidado; visto en muchos puertos del mundo barcos descargando café, cacao y azúcar, en uno de aquellos barcos había participado en la “carrera del té” entre los puertos chinos y los británicos, competencia comercial y profesional entre armadores, capitanes y tripulaciones, al servicio de la cual se crearon los veleros más veloces que jamás han sido: los “clippers” (en inglés, y en argot del “turf”, nombre dado a los caballos vencedores) verdaderos galgos de mar, donde todo, incluso las condiciones marineras para afrontar temporales, y desde luego la comodidad, había sido sacrificado a la rapidez; las carreras de la lana a Australia y para llevar el Nitrato de Chile e incluso llevó, como pasajeros, a Norteamérica a los “culis” o chinos que hicieron la línea del ferrocarril a San Francisco.
Debemos añadir que Antonio Méndez Villares fue el propietario de aquella canoa tan importante para la historia náutica de Huelva como fue “La Dolores” y el yate “Punta Umbría”.
Aquella familia vivía en la calle General Franco, (actual Marina), número 10, y siempre ha tenido la añoranza de aquella de nuestra ciudad lejana, callada bajo el templado sol y entre las sombras de la noche, donde una ráfaga llegaba de la ría, cargada de la aroma de la misma, en los crepúsculos y peinaba las enredaderas. Frente a su casa estaba la de Aguilar, que también era Consignatario de buques, el almacén de una tienda de comestibles de gran prestigio, “La Montañesa”, la Casa de Echevarria, que también le suministraba artículos a los barcos; a unos metros el bar “Suizo Chico”, que afortunadamente sigue ocupando en la actualidad el mismo sitio; el estanco de Mariquita, la Casa “Azqueta”, que también suministraba a los barcos y nadie podía elevar su queja por no poderse afeitar o cortarse el cabello, ya que había dos peluquerías para poder elegir; la Escuela de Comercio que se situaba en la planta primera, en la planta baja vivía Manuel Pérez Millares, nacido en Huelva en 1936, político, abogado y profesor universitario español que fue Ministro de Trabajo entre 1980 y 1981; por cierto, su padre, Félix, que trabajaba en la fábrica de manganeso que poseía el popular “Antoñito”, era el artista que confeccionaba los impresionantes carteles que se exhibían en el Gran Teatro…
Sus inicios en la enseñanza los tuvo en los Maristas, en el curso 1941-42, cuando se situaba el Colegio en la calle de la Fuente; en 1944 este Centro educativo pasó a la calle San Andrés, al antiguo Asilo de Ancianos Desamparados edificio que habían adquirido los Maristas y, en ese mismo curso, con ocho años, hizo la Primera Comunión en la propia Capilla del reiterado Colegio.
Tras realizar el Bachillerato medio, hizo la carrera de Comercio en el centro que tenía como director a don Manuel Domínguez Martínez, y Delineación. Su gran pasión por el mar le hace conseguir su primer título en la Escuela Náutica Pesquera de Huelva, a los veinte años, siendo más tarde Patrón de embarcaciones deportivas, Patrón de Yates y llevar, en aquellos años setenta, ochenta y noventa, como actividad independiente la de Monitor de Vela.
Sus comienzos laborales los tuvo, cuando tenía 16 años de edad, empezando a trabajar en el estudio que tenía en la calle San José, don Ricardo Anadón Frutos, ya que su tía era amiga de la señora del citado y excelente arquitecto; después, trabajó con don Juan Miguel Rodríguez Cordero, otro magnífico arquitecto, que tenía su Estudio en la calle Ricos… Su horario laboral era muy exigente, ya que por la mañana comenzó a trabajar para Celulosas y por la tarde con don Juan Miguel Rodríguez. Y cuando tenía dieciocho años de edad don Carlos Cerdán, prestigioso arqueólogo que vivía en la Vía Paisajista, lo hizo de plantilla en Celulosas. En este sentido, Paco Gómez vivió el génesis de la empresa, ya que con Celulosas estuvo cuatro años en la calle Rico, frente a la Clínica del galeno Sanz de Frutos, y en ese periodo de tiempo de Comisión Gestora de Celulosas pasó a ser Empresa.
Francisco Gómez Gutiérrez es socio fundador del Real Club Marítimo de Huelva y vocal de vela en sus inicios con Monsalvete y Fausto Arroyo. Conserva con especial orgullo su primer carnet de socio de la citada entidad. A lo largo de años su embarcación “Eolo II” ha estado fondeada en una boya del Club Marítimo.
A su mujer, Pepita Pulido Pulido, hija de Huelva, la conoció en 1960 y tras tres años de noviazgo contrajeron matrimonio en 1963 en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. De esta unión nacieron Ana José, Francisco, Maribel y Rocío.
Décadas de probo empleado en la Empresa Celulosas y en 1989, con cinco años de antelación de su jubilación, se planteó que haría cuando llegara ésta. Se jubila en 1994 y siendo un volcán de actividad necesita entretenerse, estar ocupado y como su afición le había llegado porque se había criado entre barcos, al margen de que su tío, como ya hemos referido, le hablaba de los recios temporales, de las crudas borrascas y gigantescas pirámides de olas embravecidas que había tenido que afrontar en sus viajes, de sus interminables peripecias y singladuras marítimas, por eso le gusta tanto la Geografía y la Historia, decide dedicarse plenamente a la construcción de modelos o maquetas de barcos a escala y existiendo dos grandes corrientes en el modelismo naval desdeña el modelismo navegable y dedica todas sus energías en el modelismo estático.
Comienza a hacer maquetas de los barcos de la Copa de América desde el inicio de aquella competición en 1851 hasta el siglo pasado.
En 1994 estuvo en Cádiz en la concentración de buques de escuela. Allí empezó a recopilar, adquirió todos los libros que había sobre este tipo de embarcaciones y comienza a elaborar de modo totalmente artesanal y con suma precisión y perfección llenando tres baldas o estanterías de un extenso y alto mueble con las maquetas de los buques escuelas.
Todas estas construcciones han tenido lugar en lo que podíamos considerar “Astilleros” de Paco Gómez, situado en un altillo que tiene encima de su vivienda ex profeso para tal menester y que él llama “Santa Sanctórum”. Así, con una constancia y una inteligencia admirables, ha llegado a constituir una colección de reproducciones que la convierte en compendio de la historia náutica de Huelva y de las que construye cada una de las piezas: desde las cuadernas hasta las velas: barcos pesqueros, veleros, galeones y todo tipo de navíos que surcaron y surcan los mares, barcos del Norte, como atuneros, y del Mediterráneo como llauts y menorquinas, yates, clippers, barcos de pesca, barcos de pesca de la sardina, barcos con toldos, embarcaciones de recreo, goletas, galeones, veleros… Asimismo, le encanta hacer barcos tradicionales a lo largo de la Historia. De esta forma, en su colección existen barcos griegos, fenicios, cartagineses, trirremes romanas, cárabos árabes, naos portuguesas, barcos de guerra de diversas Armadas y todos ellos con una fidelidad arqueológica de los mismos. También es artesano con gran número de botes que inundan de elegancia con su esbeltez muchas estanterías de su espaciosa vivienda.
Entre los barcos al que tiene un aprecio especial podemos citar a la nao “Victoria”, que dio la vuelta al mundo; la galeota “Huelva”, que en el siglo XVIII fue el terror de los piratas berberiscos; una colección de barcos de pesca portugueses, el “Isla de Saltés”, el vapor “Agustín Romeu”, el laúd “Quijote”, el Juan Sebastián Elcano, buque escuela de la Armada española y en el que se ha recreado y realizado también el gemelo de este barco que tiene nacionalidad chilena denominado “Esmeralda”, actualmente es el tercer velero más grande del mundo (considerando la altura y la longitud)…En total el número de barcos supera el millar, sin olvidar numerosos detalles marineros tales como timones, salvavidas, cordajes marineros etc.
En los años finales del siglo pasado e iniciales de la centuria actual realizó, tras el permiso correspondiente, un exhaustivo trabajo de investigación en Capitanía para obtener datos sobre las diversas canoas que hicieron el servicio entre Punta Umbría y Huelva y viceversa y allí se encontró con datos sobre otros buques onubenses, veleros…
Deteniéndonos en las maquetas de las canoas de Punta Umbría, éstas tienen una historia debidamente documentada y contrastadas por el citado trabajo en el Archivo de Capitanía. Toda esta labor de investigación hizo posible la publicación de la obra titulada “Historia de las canoas de Punta Umbría” que realizó con el historiador Antonio José Martínez Navarro, que suscribe este trabajo.
Lo atractivo y la riqueza de sus maquetas le han hecho exponer en diversas ocasiones. Así, en 1998 realizó una Exposición con más de cien maquetas en El Terrón; y poco después en el Museo Provincial con similar número de miniaturas de barcos.
En el año 2001 el Área de Turismo de la Diputación Provincial de Huelva, Unidad de Gestión de La Rábida organiza, del 15 de marzo al 30 de junio, unos Talleres de Oficios Artesanales dirigido por Francisco Gómez Gutiérrez que tuvo el programa siguiente:
Taller de aparejos y cabos.
(De martes a viernes, de 11.00 horas a 14.00 horas).
Curso sobre las artes de navegar.
(Miércoles y jueves, de 17.00 horas a 19.00 horas).
Este Curso de Navegación tenía como contenido:
Historia de la Navegación
- Evolución del barco
- Evolución del barco y los pueblos
Técnicas de Navegación
- Navegación astronómica
- Navegación costera
- Meteorología y Oceanografía
Construcción Naval y Teoría del Buque
- Construcción Naval
- Teoría del Buque
Prácticas
- Construcción de maquetas: nudos, aparejos.
- Vídeos
En el folleto informativo del Curso, impreso en Artes Gráficas Girón, S. L. se decía de Francisco Gómez Gutiérrez:
<<Con este párrafo hemos querido inaugurar este año el monográfico dedicado a la navegación dentro de los Talleres de Oficios Artesanales. Llevado de la mano de Francisco Gómez Gutiérrez, hombre soñador, tenaz, luchador, gran amante de la mar, y, sobre todo, un apasionado de la Marinería Naval.
Francisco capitanea sus propios barcos, barcos que pasan desde la época fenicia hasta los veleros actuales, desarrollando un trabajo en miniatura verdaderamente espectacular que da paso, a una gran colección de Artesanía Naval en miniatura.
Cascos de barcos de diferentes tamaños y colores, muchos terminados y guardados en un orden exquisito y, otros en proyecto; rodea su pequeño estudio donde tras su jubilación como delineante, pasa hora tras hora dedicado a ello por completo. Escuchando sus explicaciones es fácil trasladarnos a otro mundo, a otras épocas; en la que la navegación estaba considerada un Arte, el Arte de navegar a la Etima, de coordinar perfectamente agua, cielo y tierra por medio de un gran trozo de madera que flotaba.
La última colaboración literaria de Paco Gómez ha sido para la revista del Real Club Marítimo de Huelva titulada “El Balneario”, publicada en base a la XLV Semana Náutica Internacional Colombina que se celebró como un acto más del programa de las Fiestas Colombinas de 2017.
El artículo se titulaba “Pinceladas del recuerdo” y en ella hacía un alarde de anécdotas y vivencias suyas y de los primeros años del Club Marítimo de Huelva.
A lo largo de los años Paco Gómez ha tenido una ilusión que compartimos muchos: Que con sus más de mil maquetas navales se constituya un Museo y del que estamos seguros una aluvión de visitas, ya que para los turistas de la Huelva marinera el Museo sería un paso obligado y atractivo para reconocerle sus méritos en sus relaciones con el mar.
Las Exposiciones histórico-naval celebradas en El Terrón y Museo de Huelva, por los extraordinarios éxitos alcanzados deberían ser las cariátides donde descansará el futuro Museo Naval de Huelva. Así, el Excmo. Ayuntamiento, la Diputación Provincial o la Autoridad Portuaria de Huelva, o los tres organismos aunando esfuerzos, recogiendo de buen grado las palpitaciones del sentir general de la opinión pública debería de dar un paso al frente y apostar seguro por su instalación.
Esta Sección o Museo seria la encarnación del alma onubense, una revolución de sus facultades anímicas innatas, un fervoroso enaltecimiento de los buques y de sus hijos que se atrevieron a tutear al dios Neptuno, descubrir un Nuevo Mundo y bajar en sus incursiones pesqueras hasta las latitudes más bajas del continente africano en busca de cumplir los contratos que exigían miles de cazones, dando a la capital una actividad industrial y comercial que llevó durante varios siglos, a un considerable y creciente desarrollo de riqueza y prosperidad.
Por todo lo que significa el Mar para Huelva, por ser un futuro punto de interés para los visitantes, por su bajo costo y por tantas otras razones nuestra capital se ha hecho acreedora al Museo de Miniaturas Naval de “Francisco Gómez Gutiérrez”. Que así sea.
3 comentarios en «El Museo de Miniaturas Naval de Francisco Gómez»
TOTALMENTE DE ACUERDO. UN RESULSIVO MÁS EN HUELVA. HAY MUCHOS GRANDES AFICIONADOS Y VERDADEROS PROFESIONALES DEL MODELISMO QUE NO DUDARÍAN EN COLABORAR.
SÓLO QUEDA QUE NUESTRO ALCALDE O EL PUERTO RECOJAN EL GUANTE.
¿QUÉ TAL EN LOS ESPACIOS QUE SE PRETENDEN HABILITAR EN EL MUELLE, EN LA NUEVA LONJA, O EN EL TINGLADO? ¿Y EN UN REMOZADO MERCADO DE SANTA FE?
En Palos de la Frontera ya existe un museo de miniaturas Naval en el edificio que en tiempo de Colón era el Hospital de La Misericordia. ¿Es necesario repetir otro museo de lo mismo?
Hola. viendo fotografia antigua de Huelva se ve perfectamente la gran actividad de barcos que habia. se vivia cara a la ria
Yo, creo que Huelva se merece tener un museo maritimo como cualquier provincia costera. Saludos.