Rosa Mora. Químico e investigador por vocación, en su niñez, Miguel Ángel García Sevillano también quiso ser músico. Dos disciplinas que curiosamente comparten un denominador común: ambas exigen de un alto despliegue de constancia e infinitas horas de dedicación. Finalmente se decantó por las ciencias, decisión de la que hoy se muestra más que orgulloso.
En la actualidad, este joven de 31 años trabaja como supervisor de laboratorio en Minas de Aguas Teñidas. Al regresar de la ciudad alemana de Geesthacht donde el onubense realizaba una estancia de investigación, Miguel Ángel García analizó el mercado laboral. Encontró entonces una oferta para el trabajo que en estos momentos felizmente desempeña. Tan solo un condicionante en su búsqueda, su empleo tenía que estar relacionado con el análisis de metales, y así terminó siendo.
Pasar a formar parte de la empresa privada supuso un giro en la carrera profesional de este onubense natural de Nerva. Ya mientras cursaba la licenciatura en Química en la Universidad de Huelva comenzó a sumergirse en el apasionante mundo de la investigación, un campo que, aunque reconoce sacrificado, le ha reportado un sinfín de alegrías y satisfacciones. Una constante entrega que le ha hecho ser merecedor de algunas distinciones. Una de ellas fue el Premio Extraordinario de Doctorado en Ciencias que recibía el pasado año y, recientemente un galardón por parte de la Academia de Ciencias, Artes y Letras de Huelva. Con motivo de este último reconocimiento, Huelva Buenas Noticias ha conversado con el onubense.
– ¿En qué momento decidiste que querías cursar los estudios de Química? ¿Fue fruto de una decisión vocacional?
– Desde pequeño tenía claro que quería ser científico. Tenía especial interés por juegos relacionados con experimentos químicos, incluso algunos de estos juegos me lo regalaron en más de una ocasión. Sin embargo, la música siempre ha sido mi pasión, desde los ocho años soy oboísta, y cuando comencé mis estudios de Bachillerato me decanté por la rama de artes con la idea de continuar con conservatorio hasta convertirme en un oboísta profesional. No obstante, a los pocos meses de comenzar el primer curso de Bachillerato fueron mis padres y la Jefa de Estudios en aquel entonces del instituto de Nerva, I.E.S. Vázquez Díaz, quienes consiguieron convencerme que los mío era la Ciencia y mis pensamientos cambiaron de forma radical.
– ¿Algún campo específico por el que sienta predilección?
– Sin duda en el campo que me he especializado, el análisis químico de especies metálicas fundamentalmente, aportando a la comunidad científica numerosas metodologías analíticas con alta sensibilidad, reproducibilidad y buena precisión y exactitud, enfocadas principalmente al uso de analizadores y detectores atómicos y moleculares de última generación basados en la espectrometría de masas.
– Y el dedicarse a la investigación, ¿Lo tuvo siempre claro?
– Sinceramente no, antes de ingresar en el grupo de investigación ‘Análisis Medioambiental y Bioanálisis’ desconocía realmente este mundo. Este desconocimiento quizás se deba a la poca información que se recibe antes de ingresar en la Universidad y la poca actividad investigadora que se desarrolla actualmente en España, sobre todo en la empresa privada, si nos comparamos con otros países de la Unión Europea. Cuando decía “yo quiero ser químico” siempre lo relacionaba con el análisis, nunca con la síntesis, de ahí que desde que comencé con mis estudios universitarios en Ciencias Químicas tenía especial interés por este campo, quizás este fue el motivo principal por el que el profesor José Luis Gómez Ariza, mi director de Tesis Doctoral, me ofreció participar como alumno interno en su grupo de investigación en el tercer curso de la titulación. Realmente fue a partir de entonces cuando se incrementó aún más mi interés por la investigación, es cuando realmente comencé a descubrirla y disfrutarla.
– Como científico ha abordado diferentes materias, ¿Qué proyectos destacaría de todos en cuantos ha participado?
– Siempre he tenido un interés especial en el desarrollo de metodologías analíticas innovadoras con alta sensibilidad, reproducibilidad, exactitud y precisión basadas principalmente en el uso de la espectrometría de masas elemental y molecular, estas metodologías una vez validadas era aplicadas en diferentes campos de investigación, como la epidemiología, toxicología y medio ambiente. De todo esto, me decantaría por los estudios de integración de tecnologías –ómicas, especialmente la metalómica y metabolómica, relacionados con el efecto toxicológico de metales tóxicos en micromamíferos como el ratón de laboratorio Mus musculus y el ratón de vida libre Mus spretus y la extrapolación de los resultados obtenidos en los ratones de laboratorio sometidos a dosis controladas de metales tóxicos -como el arsénico, mercurio y cadmio, principalmente- al medio ambiente, haciendo uso de ratones de vida libre capturados en zonas afectadas por contaminación metálica como consecuencia de la actividad agrícola, industrial y minera que se desarrolla en los entornos del Parque Nacional de Doñana. Estos estudios han sido realmente los más destacados en toda la producción científica de mi trayectoria como investigador, aportando numerosas publicaciones a la comunidad científica en importantes revistas internacionales con alto índice de impacto como Environmental Science & Technologies, Analytical Chimica Acta, Metabolomics, entre otras. Asimismo, me han permitido realizar un gran número de aportaciones a congresos nacionales e internacionales, y por último, y no por ello menos importante, estos estudios también me han brindado la colaboración con otros grupos de investigación, donde he tenido la fortuna de conocer investigadores a los que nunca podré agradecer toda la ilusión por mis estudios, dedicación, además de su amistad. Destaco especialmente al profesor Francisco Navarro Roldán, de la Universidad de Huelva y la profesora Nieves Abril, Universidad de Córdoba, desde aquí les doy las gracias.
– En la actualidad trabaja como supervisor de laboratorio en Minas de Aguas Teñidas ¿Cómo es su día a día?
– Soy responsable de un equipo de trabajo constituido por 29 personas. Mi día a día se resume en la supervisión del desarrollo de los trabajos que se están llevando a cabo en el Laboratorio Químico y en Planta de Preparación de Muestras: la distribución de las tareas, revisión de resultados antes de ser reportados, calibración y mantenimientos instrumentales más avanzados que aseguren el correcto funcionamiento de los equipos. Siempre que el tiempo me lo permite dedico lo posible a la formación de mis analistas y, como no podría ser de otra forma, a investigar en el desarrollo, mejoras y validación de nuevas metodologías analíticas más sensibles, reproducibles, precisas, menores tiempos de análisis. En este sentido, agradezco a mi responsable y Jefe de Laboratorio de MATSA, Antonio Morillo León, la confianza y libertad que me ofrece a dedicar parte de mi tiempo a investigación y desarrollo. Él mejor que nadie sabe que mi adaptación a la empresa privada no fue muy fácil tras dejar de dedicarle el tiempo que me gustaría a continuar con mis investigaciones en el grupo de investigación del que actualmente continúo siendo miembro. Si no recuerdo mal creo que se llevó alrededor de los cinco primeros meses en MATSA escuchándome hablar de vivencias y temas relacionados con la investigación durante el almuerzo, reflejando día a día que el cambio tan radical por el que estaba pasando en mi vida laboral no me estaba siendo fácil, en este sentido también me ayudó mucho.
– Recientemente ha sido galardonado por la Academia de Ciencias, Artes y Letras de Huelva (Acalhu), ¿Qué ha supuesto este reconocimiento para ti?
– Cualquier reconocimiento es bien recibido, en este caso quizás me sienta más halagado que con otros reconocimientos anteriores, ya que en este caso la decisión de que sea yo el merecedor del premio es el resultado de la valoración de miembros de la Academia de Ciencias, Artes y Letras, en su mayor parte catedráticos, a los que respeto y admiro por sus distinguidas aportaciones a la comunidad científica, sabiduría y con trayectorias investigadoras destacadas de nuestra provincia. Cuando recibo un reconocimiento de este tipo, incontroladamente lo primero que se me viene a la cabeza es la dedicación, constancia, responsabilidad y vivencias, buenas y malas, que he vivido durante el desarrollo de mi Tesis Doctoral, seis años inolvidables, a pesar de que apenas tenía tiempo libre ya que pasaba el máximo tiempo posible en el laboratorio. Reconozco que ya era una obsesión, pero sabía que algún día se me acabaría, quise aprovecharlo al máximo y así fue.
– Y no es el único reconocimiento que ha recibido a lo largo de tu trayectoria, el pasado año fue distinguido con el Premio Extraordinario de Doctorado en Ciencias.
– Cuando recibí este reconocimiento verdaderamente me di cuenta de que tanto esfuerzo y dedicación a la investigación durante el periodo de Doctorado estaba siendo reconocido, en ese mismo curso académico se defendieron numerosas Tesis Doctorales de muy buena calidad, no solo en química, también en otras disciplinas.
-Es de Nerva, un pueblo de la Cuenca Minera de Riotinto, ¿Ha jugado ese factor un papel importante en su trayectoria como científico?
– Irremediablemente sí, además mucho más pronunciado cuando comencé a especializarme en el análisis de metales y especies metálicas. Gran parte de mis estudios de investigación están relacionados con los efectos toxicológicos de los metales en órganos de alta actividad metabólica como hígado, riñón y cerebro, así como el estudio de perturbaciones metabólicas en fluidos biológicos, fundamentalmente plasma, suero y orina de ratones de vida libre capturados en zonas afectadas por la actividad minera. Sin duda existe un interés más especial por conocer con más profundidad los efectos o daños que puede llegar a ocasionar la actividad minera que se desarrollan actualmente en los alrededores de mi pueblo, aplicando las metodologías analíticas innovadoras desarrolladas en el laboratorio a la evaluación del efecto de la contaminación metálica causada en los entornos del Parque Nacional de Doñana y que amenazaba a los seres vivos que habitan en él, concretamente zonas afectadas por contaminación metálica tras la ruptura de las balsas de la Mina de Aznalcóllar en el año 1998, cuyo lodo contenía importantes concentraciones de números metales tóxicos y/o altamente cancerígenos.
– Además ha impartido docencia en la Universidad, ¿Qué valoración hace de esa experiencia?
– Siempre que me han preguntado esto y siempre que me lo pregunten contestaré que han sido, sin duda, una de las experiencias más destacada y enriquecedora de mi vida laboral. Impartí docencia por primera vez en la Universidad con 24 años, aun siendo becario FPU del Ministerio de Educación y no Profesor Sustituto Interino, en una de las primeras clases sentí uno de los momentos más gratificantes y enriquecedores que he vivido en mi vida, cuando en una de las explicaciones observo y valoro el hecho de que alrededor de 80 alumnos a los que les impartía en esos momentos la asignatura de Fundamentos Químicos de la Ingeniería en la titulación de Ingeniería Técnica Industrial, prestaban atención y copiaban todas y cada una de mis palabras durante mis explicaciones. Se incrementó instantáneamente en ese momento mi pasión por la docencia y la formación, me sentía privilegiado por ser becado por el Ministerio de Educación durante 4 años para el desarrollo de mi trabajo de investigación en el Departamento de Química y Ciencias de los Materiales de la Universidad de Huelva y tener la oportunidad de vivir esos momentos. Tengo que reconocer que el ser beneficiario de una de estas becas fue sin duda el primer reconocimiento que recibí ya que son pocas las plazas que se ofertan anualmente para toda España y, por lo tanto, difícil de conseguir, además fue para mí el reconocimiento más importante de toda mi trayectoria profesional pues, de no haber sido así, como consecuencia de la difícil situación económica que atravesaba mi familia, hoy en día no estaría escribiendo estas palabras.
– ¿Cuáles son sus aspiraciones?
– Una pregunta muy difícil de contestar. Soy una persona de vivir más el presente y no pensar en el futuro, motivo por el que tomé la decisión repentina de dejar la investigación más aparcada y lanzarme a descubrir mi desempeño en la empresa privada. Hasta el día de hoy, profesionalmente siempre que he cambiado de trabajo ha sido productivo y enriquecedor, me considero joven aún y mi interés más que en el futuro se enfoca en seguir formándome en diferentes áreas, así tener más claro en el futuro por cuál me decanto definitivamente. Espero seguir levantándome todos los días con ganas de ir a trabajar, seguir considerando que ser químico, una decisión que tomé con 18 años cuando ingresé en la Universidad de Huelva -como la amplia mayoría de los españoles, siendo aún un niño prácticamente- fue una de las decisiones más acertadas que he tenido en la vida, pues no me veo reflejado en otra profesión actualmente.
– ¿Quiere mandar algún mensaje a los lectores? – Por supuesto que sí, agradecerles en primer lugar el haber dedicado su tiempo a leer esta entrevista y animarlos a que se informen bien del amplio abanico laboral que ofrece la profesión de químico. Yo considero que aún no las conozco todas y me licencié hace ya más de 8 años. Por otro lado, animar a los profesores de instituto o a quien corresponda a transmitir más información de las posibles alternativas profesionales a las que puedes optar en el futuro en función de los estudios universitarios. En mi caso, me siento afortunado de haberme decantado por ser químico, pero en la mayoría de los casos el hecho de que tengamos que decidir nuestro futuro cuando nuestro interés en ese momento se centra más en videojuegos, salir con amigos. Hacer hincapié en que un porcentaje importante de nuestro tiempo de vida lo consumimos trabajando, de ahí de la importancia de esta decisión.Por último, animar a todo el que se esté dedicando o tenga pensamientos y posibilidades de hacerlo al mundo de la investigación. lo aproveche al máximo. Lamentablemente es muy difícil permanecer mucho tiempo en ella en nuestro país.
– Muchas gracias.