Cristóbal Guerrero. Hace muchos … bastantes años, que los habituales a comprar el cupón a diario seguimos reteniendo en memoria el mensaje pegadizo que de viva voz, nos dedican los vendedores del cupón, primero nos dicen el número y después nos invitan a la compra con el … llevo el premio «iguales para hoy». Transcurrida la compra, al día siguiente nos despertamos y al pisar la calle lo primero que deseamos es comprobar si nuestro número se encuentra entre los premiados, esta es la rutina que asumimos con gusto y que difícilmente podemos variar, no lo vemos en internet, deseamos dar los buenos días a la persona amiga que nos dedica su sonrisa con el «hoy no le ha tocado» verá, mañanpuede ser el día», así, de esta forma amigable, seguimos comprando el cupón por entender que nuestra pequeña aportación servirá para colaborar en una reconocida organización que tanto bien hace a la sociedad.
En los años sesenta por no remitirme a los cincuenta, el vendedor de cupones solía llevar prendido en la chaqueta o en un cartón, los números premiados, así era la información que nos facilitaban los vendedores del cupón de entonces, pasaron los años y dejando atrás el lápiz en la oreja, pasamos rápidamente del fax al ordenador y décadas después, la tecnología viral ha hecho que los vendedores de cupones ambulantes y otros con una oficina portátil urbana dispongan de una máquina que al colocar el cupón sobre la misma, emite una voz con sonido peculiar de robótica, que nos dice si hemos tenido suerte o como sucede en la mayoría de veces escuchamos el «No premiado» sin más.
Ayer, setenta y y siete años después, a solo un mes del día de Santa Lucía que es la patrona de los invidentes, «la maquinita» de la ONCE emite un sonido final de agradecimiento al comprador.. por seguir colaborando, al escucharlo, nos sentimos con mejor ánimo para comprarlo , y esta vez sin jugar todos hemos acertado y además todos salimos ganando.