Redacción. Uno de los patrocinadores de la capitalidad gastronómica que ostenta Huelva en este año 2017, Caoflor Eureka, se ha posicionado de forma clara en relación al proceso secesionista que el gobierno catalán está llevando a cabo. Lo ha puesto así de manifiesto haciéndolo público a través de su página web, chocolateseureka.com, donde se pronuncia de forma nítida sobre la iniciativa desafiante de la Generalidad.
La firma de chocolates ha determinado este pronunciamiento público como ejercicio de lo que entiende como Responsabilidad Social Corporativa o Empresarial. Su fundamento radica en que la RSC comporta también el compromiso con el cumplimiento de la legislación y en Cataluña desde los poderes públicos autonómicos se está verificando una clara vulneración de la misma.
Así, en su web expresamente destaca que ‘también es RSC actuar a favor del cumplimiento de las leyes vigentes, no ponerse de perfil ante su violación, más cuando se trata de leyes que afectan a la seguridad jurídica, derechos fundamentales y solidaridad de los ciudadanos.
Por ello también es RSC defender el orden constitucional que garantiza esos valores y derechos. El silencio ante la quiebra unilateral de las normas de convivencia, de las más elementales y básicas normas de organización democráticamente y que es legado intergeneracional, es pura irresponsabilidad social corporativa (ISC ).‘
Chocolates Eureka firmó en junio un acuerdo con el ayuntamiento onubense para patrocinar la capitalidad gastronómica y desarrollar determinadas acciones a tenor de la misma. Su director general, Enrique Páez, presentó una tableta de chocolate conmemorativa de la capitalidad gastronómica de Huelva, de la que reconoció que se considera “un hito para Chocolates Eureka”. Páez aseguró entonces que cuando les propusieron la idea de combinar el chocolate con los arándanos les pareció una idea magnífica, ya que lo convierte en un producto exquisito y muy saludable, además de utilizar un producto característico onubense”.
La fábrica de Chocolates Eureka es la más antigua de España. La primera fábrica al vapor de chocolate instalada en Madrid ya ha superado los 150 años. Su origen está en la Compañía Colonial, que dedicada al sector del cacao fue fundada por Jaime Méric a mediados del S.XIX y ha ido cambiado de dueños y nombres. Su testigo lo lleva con orgullo la institución empresarial que se ha pronunciado de forma tan contundente en relación a la deriva independentista catalana.
Según manifiesta en la web de la firma, Caoflor Eureka, ‘que en sus mas de 150 años fabricando chocolate ha visto desfilar por su historia monarquías, dictaduras y hasta repúblicas, cumple –modestamente- con su RSC y trata de sostener los valores del esfuerzo, del deporte y la sana competición. Por ello, entre otras acciones, apoya a deportistas de toda España (a través de cientos de equipos agrupados en PROLIGA ) y que representan a toda España y no solo a una parte de ella. Hace un siglo, cuando la RSC era un utopía , ya el antecedente de nuestra empresa , La Colonial, fue ejemplar en gestionar los impactos sociales. Entendemos que una empresa significa generación de valor, unión , estrategia ,visión y muchas otras cosas, según la perspectiva, que sobra enumerar.España, también en parte, es una empresa cuyo ánimo de lucro es el bienestar social, el progreso y la mejora de sus ciudadanos en un entorno de seguridad jurídica y personal.
Caoflor Eureka no guarda silencio o se pone de perfil ni tampoco se esconde en aparentes neutralidades ante la ley fundacional de la república de Cataluña que el Parlamento Catalán tiene previsto aprobar en unos días. La derogación de la legalidad constitucional en una parte de España es una forma más de empobrecimiento y violencia incompatible con una buena RSC que ha de incentivar conductas ejemplares que favorezcan el bienestar social y la solidaridad de sus ciudadanos. No olvidemos que hasta el Código Penal hace a las empresas sujetos responsables de determinadas conductas ilegales. La empresa, por tanto, no es un reducto de irresponsabilidad desde el que proclamar que política y empresa son incompatibles y otros mensajes colaboracionistas que estos días escuchamos de notables empresas con sede en Cataluña, que no catalanas pues no existe aun esa categoría salvo para expresar el lugar de su sede.’
Caoflor Eureka también dice alto y claro, como algunas empresas nacionalistas dicen lo contrario, que está en contra del referéndum de aprobación unilateral de la Ley fundacional de la República de Cataluña; que no le asustan las repúblicas sino los asaltos de una minoría privilegiada; denuncia que las empresas nacionalistas que apoyan, por activa o pasiva, la independencia ilegal quieren comer en dos platos, el del proteccionismo nacionalista y el del mercado español cuando obtienen sus beneficios en Murcia, Lugo o Santander donde no encuentran las barreras con que otros sí chocamos en Cataluña; las mismas empresas que lavan y blanquean su nacionalismo con patrocinios de la selección de España a la que sus socios políticamente desprecian.