Benito A. de la Morena. Es evidente que las nuevas tecnologías están permitiendo el mayor avance tecnológico que la humanidad ha obtenido en los últimos siglos y gracias a ellas podemos conquistar el espacio, conocer la profundidad de los océanos, hacer compras virtuales, desarrollo armamentístico de altísima precisión, disponer de robots en nuestra casa y también en nuestras empresas….
Todo ello conlleva una reconversión importante en la planificación laboral, pues las personas serán sustituidas por maquinaria inteligente dotada de sensores que permitan realizar labores complejas que superaran la rentabilidad del ser humano, por lo que la eliminación de puestos de trabajo tradicionales será, en un futuro muy inmediato, una “cruel” realidad que no estoy muy seguro contemplen los sindicatos en sus programas de defensa de derechos laborales, entre otras cosas porque para todo hay que estar preparado y los modelos antiguos ya no sirven salvo para hacer política.
El desarrollo no se puede parar, eso es evidente, pero los gobiernos deben planificar, no sólo planteando proyectos de mejora empresarial para la creación de puestos de trabajo que mitiguen el paro, también deberían estar seguros de que la educación que damos a nuestros hijos en la enseñanza reglada es la adecuada para conseguir el objetivo de formarles para afrontar el futuro que se avecina y no tener que comer del subsidio o plantearse la emigración.
España parece que está aceptando la postura cómoda de ser un país de servicios dentro de la UE. Tenemos sol, playas, buenos hoteles, carreteras adecuadas, trenes de alta velocidad y personal cada vez más cualificado para atender a la clientela nacional e internacional que viene buscando confort y cultura.
Hasta ahí todo bien, ¡¡un lujo a nuestro alcance!! Pero yo me pregunto el por qué seguimos manteniendo una estructura educativa similar a la del siglo veinte, con Facultades que imparten títulos universitarios que están condenados al paro; por qué no se potencia en las escuelas, institutos y universidades la enseñanza rigurosa, que no es lo mismo que obligatoria, del idioma que nos da de comer, el inglés; por qué no exigimos a nuestros docentes un reciclado selectivo del conocimiento que imparten, para que sea compatible con las necesidades reales e impedimos los claustros cerrados y anquilosados.
Son muchas dudas sin respuesta, pero sólo hay que pensar un poquito para observar que todo podría ser mejor si nos dedicáramos a lo que debemos y no estuviéramos perdidos en esas luchas políticas que sólo desean el poder a base de lo que sea, me da igual que se llame independentismo, que asociacionismo de grupos minoritarios que sólo buscan quitar al otro y ocupar el “poder”, condicionando la marcha regular de un país que no es capaz de sacar la cabeza del fondo del abismo, porque dispone de una clase política y sindical que busca el refugio del pesebre, salvo honrosas excepciones de todos ustedes conocidas.
Mientras tanto, nosotros, los ciudadanos de a pie, seguiremos desayunando y merendando con la información televisiva que sodomiza las voluntades y que sólo te despierta cuando tu hijo te avisa de que ya ha ingresado en el paro.
4 comentarios en «¿Está el “futuro” laboral bien planificado?»
No sé qué ha pasado este verano, que de pluma interesante, Benito de la Morena ha pasado a ser articulista al que se espera con la apetencia de quien recibe periodicamente una dosis de asombro por sus buenos planteamientos.
Yo, franciscano confeso, me encuentro con un nuevo sendero para colocar el entusiasmo ese, que tenemos tan perdido.
Añadiría, modestamente, que el bienestar, el consumo mal entendido por padres y familares, está en el meollo de esas causas provocadoras de los malos planteamientos laborales.
Conviene tener en cuenta la ausencia de motivaciones en el seno de las familias, que es donde se generan casi todos los impulsos sociales.
Convendría, desde las familias, dejar a un lado la cómoda postura de «que me lo hagan los poderes públicos», para percibir que los poderes públicos esos se aprovechan de la apatía familar y la postura cómoda de renunciar a las molestias que significan exigir «a quien corresponda» cumplir con sus deberes.
Todo esto, además de lo que dice Benito de la Morena, que pone el dedo en la llaga, en las llagas, de forma precisa y bien pensada.
Conviene tener en cuenta su trayectoria en este tema, desde su actividad laboral, sus puestos de responsabilidad, su actividad personal y su presencia admirable en Linkedin. Leanlo.
Es gratis. Solamente hay que leerlo despacio, para que dé tiempo a la reflexión.
Tema complejo, amigo Miguel, que efectivamente hay que abordar desde niños y con los padres, pero esos padres fueron tambien educados de la misma manera y habría que remontarse muy atrás para encontrar un intento de formación docente y educativa lógica y con futuro basada en la cultura del esfuerzo, pero eso no da votos «cautivos», ¡que le vamos a hacer!
No se si es del todo bueno ser un país receptor de tal cantidad de visitantes, primero por comenzar a ser incómoda la masificación que además genera conflictos con los residentes habituales, y por el poco desarrollo tecnológico que ofrece tal actividad, así estamos a la cola de casi todo.
Es cierto que nuestra clase política deja mucho que desear, salvo excepciones como muy bien apuntas amigo Benito, pero nuestra clase empresarial y algunas más la siguen muy de cerca.
El señor que fabrica bombillas que nos dice que dura 4 ó 5 años, y a duras penas llega a 1, o el otro que nos vende la lavadora que tenemos que cambiar a los 5 ó 6 años cuándo las que conocimos duraban 20 ó 25 años o el otro que… suma y sigue. Hace falta alguien con las entendederas bien equilibradas que ponga un poco de cordura a todo esto.
Para cuándo una reforma educativa en condiciones acompañada de los medios necesarios, pues con estas perspectivas para nunca.
Si cada cual hiciese bien su trabajo todo sería distinto. Pero eso no lo conoceré.
Gracias Javier, creo que yo tampoco lo conoceré…