Rosa Mora. Afirma, sin atisbo de duda, que la localizada en Beas es la pieza más importante de la provincia de Huelva en cuanto a Arte Visigodo se refiere. Aunque natural de Córdoba, Jerónimo Sánchez, doctor en Arqueología por la Universidad de Sevilla y docente en un instituto de la localidad cordobesa de Montoro, conoce bien nuestra tierra. Según cuenta a Huelva Buenas Noticias, lleva más de una década estudiando la época visigoda en Huelva, publicando gran parte de los resultados de su investigación en la revista Huelva Arqueológica.
A pesar de que ha habido hallazgos que han contribuido a arrojar un poco de luz a la hora de adentrarnos en el conocimiento de este periodo histórico en la provincia onubense, la pieza descubierta en el municipio beasino es excepcional. Conocemos más datos acerca de ella de la mano de Jerónimo Sánchez.
– Lleva más de una década investigando la época visigoda en Huelva, ¿Por qué de su interés por ese periodo histórico?
– Siempre me han gustado las historias de perdedores, de antihéroes, de los olvidados y de los momentos de transición. Todo el mundo que tenga una cultura media tiene en mente lo que son los romanos o Al-Andalus. Sin embargo, si se pregunta a la gente, muy pocos sabrían decir algo de los hispanos del final del Imperio Romano (El Imperio Cristiano se le denomina) o de los visigodos … más allá de que tienen nombres imposibles, les gustaba matarse unos a otros con cierta asiduidad o construían iglesias bastante pequeñas y más bien feotas. La realidad, como siempre, supera a la ficción o a lo imaginado. Los más de trescientos años que van desde la llegada del cristianismo al Imperio Romano con Constantino y el final de los visigodos con la invasión islámica no sólo son los siglos más desconocidos de la Historia de Andalucía, también marcan un interesantísimo periodo histórico lleno de situaciones que podrían dar para varias temporadas de Juego de Tronos. Huelva, sin duda, es una de las provincias españolas con un registro arqueológico más singular en este momento, con yacimientos espectaculares que, incomprensiblemente, no han sido investigados.
– Hablemos de la pieza encontrada en Beas, ¿Cómo supo de la existencia de la misma?
– Me enteré de la existencia de la pieza gracias a dos de las personas que más saben de la Historia de Huelva, y con las que colaboro asiduamente: el profesor de la Universidad de Huelva Juan Aurelio Pérez Macías y el conservador del Museo de Huelva, Enrique Martín Rodríguez. Ellos, que saben de mi interés, me avisaron de que había aparecido una pieza muy importante. Por suerte veraneo en Huelva desde hace años, y aproveché mis vacaciones para llegarme a ver la pieza. El director del Museo de Huelva, Pablo Guisande Santamaria, me facilitó el contacto con el alcalde de Beas. Más tarde, y en compañía del prof. Pérez Macías, pudimos ir a la localidad, donde su alcalde, Diego Becerril Pérez, nos atendió y nos facilitó toda la información que poseía sobre la pieza.
Ésta había sido hallada de forma fortuita en unas obras y salvada gracias al buen hacer de los obreros y del propietario de la casa donde apareció. Lamentablemente, todo parece indicar que fue reutilizada en un muro de una edificación del siglo XIX o del XX. Es decir, se trata de una pieza reutilizada, y no sabemos si su lugar de origen está cerca del lugar donde apareció.
– Tras su análisis, ¿Qué puede concluir de ella?
– De momento la pieza está en estudio, y pronto saldrá un artículo científico en la revista Onoba, del departamento de Arqueología de la UHU. Pero sí puedo adelantar que, a nivel artístico, es la pieza más importante de arte de época visigoda en la provincia. Se trata de un cancel, es decir, una pieza que servía de separación entre las diferentes partes de las iglesias visigodas. Sería un cancel enorme, y creo que se ha conservado en torno al 25-30% de la pieza. Estas piezas eran decoradas profusamente porque se ubicaban en los lugares más importantes de las antiguas basílicas de la época, y eran imprescindibles para el desarrollo de la liturgia antigua, muy diferente a la actual.
– En definitiva, ¿Qué hace ‘excepcional’ a esta pieza encontrada en Beas?
– Pues esta pieza es excepcional por dos motivos. Primero, a nivel artístico. No hay nada igual, ni en tamaño ni en calidad, en toda la provincia. Esta pieza, de mármol de gran calidad, ha sido realizada por artesanos expertos, y su realización está a la altura de las mejores obras de los talleres artísticos más importantes del sur peninsular, que se encontraban en Mérida y el Córdoba.
En segundo lugar, esta pieza es excepcional por la información que aporta. Me explicaré. Este tipo de piezas tienen un contexto, una funcionalidad, dentro de edificios que se dedicaban al culto. Una pieza así sólo puede estar ubicada en una iglesia cuyas dimensiones, riqueza y tamaño estén acordes con la decoración que poseía. Este tipo de piezas no se ponen en una pequeña capilla en mitad del campo. Lo que nos obliga a pensar que cerca de Beas debió existir el edificio que albergó este cancel, y que desde luego debió ser una iglesia suficientemente importante como ser decorada de esta forma. El siguiente reto en la investigación es, sin duda, averiguar dónde está esa iglesia, y se perteneció a un núcleo de población importante o a un monasterio de grandes dimensiones.
– Se da la circunstancia de que Beas está vinculada en cierta manera a la época visigoda a través del santuario de Santa María de España, ¿No es así?
– Sí, esto es muy, muy curioso. Yo no tenía ni idea de esta relación. Cuando publiqué mi estudio sobre la Huelva de época visigoda, hace más de siete años, uno de los lugares más destacados era este santuario. Allí se conserva un altar único en Andalucía, cuyo único paralelo hay que buscarlo en la Cantabria del siglo VIII-IX d.C. Es decir, que podemos pensar que se mantiene el culto cristiano ya en época omeya (algo normal, por otra parte) y que hay una fluida relación entre la zona de Huelva y el norte cristiano, hasta el punto de que hacen los altares como en Cantabria. Sin duda, debió haber una importante comunidad mozárabe en la zona. Y resulta que Beas es, desde antiguo, la comunidad que más se ha empeñado en mantener el culto en este santuario. En fin, de nuevo, otro hecho excepcional, y de nuevo Beas en el centro de la historia de Huelva en época visigoda.
– Como buen conocedor de esta época en la provincia, ¿Qué destacaría?
– Bueno, la verdad es que es complicado. Huelva siempre fue un territorio muy rico. El geógrafo andalusí Ibn G?lib, con datos de su época y anteriores, decía de Huelva que “… es el mejor país, pues reúne toda clase de beneficios y bienes. No carece de nada y encierra todas las cosas buenas de la tierra y el mar”. Un territorio tan rico debió contar con asentamientos de importancia. Además de Beas, hay lugares como la cercana Niebla, que merecerían ser estudiados de forma más intensa, ya que fue la primera sede episcopal del territorio. Luego está la zona minera que rodea todo el Santuario de la Virgen de España, debió estar en activo más tiempo del que se piensa. Almonte o Rociana son otros focos importantes, así como Manzanilla, que tienen piezas muy singulares. Recientemente se han descubierto varias necrópolis muy importantes en la propia Huelva, aunque sin duda la necrópolis más singular y mejor conservada de la provincia está en Punta del Moral, con un mausoleo único en España que, por desgracia, ha sufrido una restauración lamentable que lo ha convertido en una especie de baños públicos de playa.
En realidad, está casi todo por hacer. De momento, lo que se puede hacer es ir recabando información, ordenarla e interpretarla en función de lo que sabemos en otros lugares, mejor estudiados. Ojalá, con el tiempo, se pueda emprender algún tipo de proyecto más ambicioso, aunque lo cierto es que la situación económica es difícil para ello. Una lástima, porque los yacimientos están ahí y los indicios para saber qué pasa en esos trescientos años son muy prometedores.
-Muchas gracias.