Mari Paz Díaz. Independientemente de la estación del año en la que nos encontremos, la provincia de Huelva puede presumir de contar con muchas horas de sol. Tan sólo hay que recordar que, desde el año 2007, Huelva fue nombrada la población más soleada de España, al recibir entonces un total de 3.120 horas de sol. La cifra es aún más significativa si tenemos en cuenta que esta cifra supone más del doble que Bilbao, la menos soleada de España.
Así se desprende de los datos otorgados por el Instituto Nacional de Estadística, que señalan que, además de Huelva, rebasaron las 3.000 horas de sol ese año Málaga (3.059), Toledo (3.040), Granada y Cádiz (3.016 en cada caso).
A estos datos, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) añade que Huelva disfruta del número medio de días despejados más alto de España, con un total de 156, situados especialmente entre los meses de febrero y noviembre. La provincia también registra los máximos europeos -sólo superada por el Algarve en los meses de agosto y octubre. Es más, el número medio de horas de sol mensual es entre 2 y 5 veces la cantidad registrada en los países del norte de Europa.
Pero la luz de Huelva no sólo resalta por su cantidad, sino también por su calidad. Así se desprende de los datos recopilados por un estudio denominado ‘Profundización y Evolución del Sentido y Significado de la Marca Turística ‘Huelva, la Luz’, un informe enfocado a conocer con más profundidad este recurso natural y cómo aprovecharlo. Una memoria multidisciplinar que fue elaborada por el llamado ‘Grupo La Luz’, tal y como hemos recogido en alguna ocasión y que rescatamos de la mano del catedrático de Organización de Empresas de la Universidad de Huelva Alfonso Vargas.
Esta investigación ofrece diversas conclusiones de interés, en muchos aspectos desconocidas. Es el caso de la relación que existe entre la salud de las personas y los beneficios que les aporta la luz natural. Y es que el informe es tajante cuando afirma que «la luz se ha demostrado que es un elemento esencial para la vida, como lo es el alimento, el aire o el agua. Así la calidad de la luz, como la de los otros elementos esenciales determina el nivel de salud de los seres vivos».
Según el Instituto Nacional de Salud Mental (USA), la luz solar activa elementos bioquímicos esenciales para nuestro cuerpo, tales como el tiempo de nuestro reloj biológico y su influencia en el ritmo circadiano, la regulación del estrés y la fatiga y la prevención de alteraciones funcionales del sistema nervioso. De este modo, se ha demostrado que en países del norte de Europa, en los meses de invierno, aumenta la depresión, la sensación de fatiga, la irritabilidad y el insomnio respecto al verano.
Por este motivo, la luz es un elemento especialmente valorado en aquellas comunidades en las que este foco natural es un bien escaso. «En los sitios donde reciben pocas horas de luz se dan perfectamente cuenta de cómo cambia su vida durante los días grises de invierno y los luminosos días de verano que incitan a disfrutar de la vida con plenitud», explica el informe. Así sucede especialmente en lugares como Reino Unido, por citar algún ejemplo conocido.
Sin embargo, los científicos aseguran que los beneficios de la luz a nivel físico, psíquico y social no son tan claramente percibidos por las personas que han nacido y viven bajo sus efectos, como sucede con los onubenses. Unas posibilidades que no se limitan al hecho de poder tomar el sol en la playa durante el verano, sino que está presente durante todo el año y en cualquier rincón de la provincia.
Otro aspecto a destacar en este sentido es la posibilidad de desarrollar la vida al aire libre, un hábito que conlleva otra serie de beneficios, como luchar contra el aumento de colesterol o la obesidad. Todo ello unido al poder que tiene de modificar nuestro estado de ánimo al liberar la hormona melatonina que ayuda a un gran número de funciones del organismo, como inducir a un sueño más reconfortante por la noche. Incluso tiene efectos positivos en la glándula pineal, relacionada con el proceso de envejecimiento del ser humano.
Experimentos llevados a cabo en Estados Unidos han demostrado también que la exposición a la luz natural del sol tiene grandes beneficios para la salud de los niños al ayudarles a sintetizar la vitamina D, mejorando notablemente el estado de los nacidos de forma prematura o con bajo peso. Y lo mismo sucede con las personas mayores, a las que ayuda a asimilar el calcio, facilitando entre otras muchas ventajas el retraso de los síntomas en la enfermedad de Alzheimer.
Y para las mujeres que desean quedarse embarazadas, la luz natural también influye en la fertilidad, como quedó demostrado en un ensayo realizado en un zoológico en el Bronx de Nueva York, al aumentar las posibilidades de procreación de los animales en cautiverio.
Un recurso que, por último, es determinante en las condiciones geográficas de la provincia de Huelva, como queda patente en ecosistemas tan característicos de Huelva como la marisma o las dehesas predominantes de la Sierra, entre otros espacios.
Por todo lo anterior, esta investigación concluye que la provincia de Huelva es todo un paraíso para personas de cualquier edad. Y no sólo para los onubenses, sino que cuenta con grandes atractivos para los extranjeros, sobre todo del norte de Europa, que valoran enormemente la cantidad y calidad de la luz de Huelva. Ahora sólo resta que los onubenses la disfruten al máximo y, por supuesto, sepan valorarla como hacen todos los que visitan la provincia de Huelva.
