Redacción. La alimentación es un pilar básico en nuestro bienestar y hay que fomentar buenos hábitos desde que se es pequeño. A menudo, sobre todo para las madres y padres primerizos, una vez que su hijo termina la lactancia, se abre un mundo nuevo cuando lo sientan a la mesa con ellos. Primero de todo, conviene elegir entre todas las tronas para bebés que existen y es necesario optar por la que más se adapte a nuestra mesa y, sobre todo, a nuestro hijo. Debe ser ergonómica. Los niños se pasan mucho tiempo sentados los primeros meses, por lo que tienen que ser cómodas.
Existen distintas modalidades y, en los últimos años, las tronas portátiles se han convertido en grandes aliados para los padres y madres ya que en algunos restaurantes hay poca disponibilidad (o nula) de tronitas.
Resuelto el capítulo asiento para nuestro bebé, nos disponemos a hablar del tema de la alimentación. Existen distintas teorías de cuándo se debe comenzar con la alimentación complementaria a la leche materna. La OMS recomienda que sea a partir de los 6 meses, pero otros organismos dicen que se puede iniciar a los 4 meses con completa tranquilidad. Ante la duda, es siempre recomendable consultarlo con nuestro pediatra y que sea él quien nos marque las pautas.
Lo que está claro es que hay que ser cautos y no tener prisa. Es importante que nuestro bebé descubra los alimentos uno a uno y podamos ver así si tiene algún tipo de reacción alérgica o rechazo y, si es así, corriendo al hospital.
La verdura y las hortalizas o la fruta serán de los alimentos más comunes en la iniciación de la alimentación complementaria. También la carne y el pescado. Muchos se preguntan si es mejor preparar papillas en casa o comprar los consabidos potitos. Para gustos, colores. Es cierto que los potitos han pasado muchos controles y son totalmente beneficiosos para la salud del bebé, por lo que no se debería tener aprensión porque sean preparados.
Una vez que hayamos elegido la tronita que más se adapta a nuestra mesa y al bebé, interiorizadas las pautas marcadas por el pediatra y elegida la alimentación con la que comenzar, hay que armarse de paciencia y babero impermeable. Los tradicionales baberos toalla están pasando a la historia porque, por lo general, son menos funcionales.
Los primeros días serán una odisea dar de comer a nuestro pequeño, pero progresivamente él también aprenderá y comenzará, antes de lo imaginado, a manejar la cuchara o el tenedor él solito.
Es importante elegir alimentos suaves y ligeros, sobre todo en verano, se aconseja que éstos sean frescos y los puedan comer más fácilmente.
Es muy probable que las primeras veces escupa, se manche hasta las cejas y que nos haga pensar que es misión imposible. No es así. Casi todos hemos comenzado así. Cada familia se buscará sus propios trucos para que dar de comer a su bebé no sea un suplicio, pero lo más importante es que demos un buen ejemplo, si dejamos nuestro plato lleno, nuestro bebé, antes o después, nos hará entender que si nosotros no terminamos, ellos tampoco. A comer.