P.C.G. Si hay un paisaje espectacular y característico en la provincia de Huelva, ese es sin duda el que ofrece la zona de las minas. Las formaciones geológicas que se encuentran en esta zona, derivadas no solo de la actividad minera sino también ligadas a la propia evolución histórica y natural del río Tinto, constituyen elementos de gran belleza estética, pero a la vez un interesante aula de investigación abierta hacia el pasado, el presente y el futuro del paisaje y la explotación minera de la provincia.
En la inmensidad de ese peculiar entorno minero pueden encontrarse ejemplos como la Montera de Gossan, ubicada en el interior del Paisaje Protegido Río Tinto, en la Mina Peña de Hierro, dentro del término municipal de Nerva. Una formación geológica formada como su propio nombre indica por gossan y por lavas gossanizadas, que destaca especialmente por su color óxido rojo oscuro.
Fue declarada Monumento Natural por la Junta de Andalucía en 2009 y se encuentra parcialmente incluida en el Bien de Interés Cultural (BIC), Sitio Histórico, Zona Minera de Riotinto-Nerva. Todo ello le confieren un indudable valor natural y lo convierten en un enclave de referencia en una posible visita turística por la zona. De hecho la visita a la Montera de Gossan se encuentra dentro de los itinerarios establecidos por la Fundación para conocimiento de esta zona minera.
El profesor del departamento de Geología de la Universidad de Huelva, el doctor Reinaldo Sáez explica que el «valor de este enclave está relacionado con la evolución desde el punto de vista orgánico e inorgánico y desde el económico. Desde el orgánico porque en los procesos de formación del gossan intervienen organismos unicelulares y bacterias que oxidan la pirita original. Y en la económica porque el gossan es una fuente de riqueza. En él, diluidas en los sulfuros se concentran grandes cantidades de oro y plata».
Uno de los principales atractivos de este enclave, que es una terraza del río Tinto que debió formarse hace varios millones de años, es su valor didáctico subyacente a la naturaleza misma del gossan, que permite el conocimiento de los yacimientos de sulfuros típicos de la región, ya que se trata de un tipo de roca compuesto por óxidos e hidróxidos de hierro, solos o mezclados con otras rocas, que directa o indirectamente proceden de la meteorización de los mencionados yacimientos de sulfuro.
El gossan -palabra que proviene de las abreviaturas de los vocablos ingleses gold and silver, esto es oro y plata – se encuentra en la superficie de las minas a cielo abierto que pueblan el Andévalo onubense y proporciona información acerca de los recursos mineros, rocas y minerales que ha habido y hay actualmente en la comarca minera.
La formación de las monteras de gossan, también denominadas monteras de hierro, depende de factores como el clima, la composición inicial de los sulfuros, el nivel freático o el relieve. En el caso de la formación nervense, Sáez explica que «el río ha hecho un poco de trinchera, cortando el paisaje y lo que queda es parte del antiguo lecho del mismo».
En términos medioambientales, el profesor de la Universidad de Huelva reconoce que «encima del gossan crecen especies endémicas de gran valor natural como la Erica Andevalensis, aunque creo que lo principal son las evidencias químicas y paleoambientales del pasado que alberga esta terraza del río Tinto y que permiten conocer la evolución del río».
Y en cuanto a su valor histórico-cultural, este espacio estuvo muy vinculado a las explotaciones mineras en esta región, especialmente durante la época romana en la que ya se trabajaban estos afloramientos mineralizados de superficie y metales preciosos, precisamente oro y plata.
La minería moderna centró la actividad extractora entre finales del siglo XIX y principios del XX en los sulfuros metálicos. La mayoría de las galerías que han podido reconocerse se encontraban en la parte baja de esta formación superficial de sulfuros. De hecho, la Montera de Gossan es uno de los pocos puntos de la provincia donde aún se reconoce este tipo de formación geológica.
En definitiva, la Montera de Gossan es una muestra importante, desde el punto de vista de la investigación, de lo característico y singular del paisaje minero onubense, que a día de hoy sigue siendo objeto de estudio por parte de la NASA por las similitudes halladas con Marte.