Mari Paz Díaz. La arqueología subacuática ha dado grandes alegrías a los investigadores onubenses, dada la riqueza de restos históricos que permanecen hundidos en aguas onubenses, esperando a ser descubiertos. Una de esas aventuras que ofreció buenos resultados tuvo lugar en el río Carreras de Ayamonte, con ocasión del dragado que se llevó a cabo en esta zona. Una actuación que facilitó un numeroso material arqueológico, lo que hizo pensar a sus responsables que podrían estar relacionados con el yacimiento romano de Isla del Moral, también en Ayamonte, lo que vendría a confirmar que en la desembocadura del río Guadiana habría antaño un asentamiento dedicado al comercio marítimo de las costas atlánticas hispanas cuya finalidad sería «facilitar los abastecimientos e intercambios con las poblaciones del interior en el tráfico fluvial que aprovecha el tramo navegable de este río hasta Mértola (Portugal)».
Una reflexión que realizan los arqueólogos Jesús de Haro Ordoñez, Benjamín Cabaco Encinas y Elisabet García Teyssandier, tal y como pusieron de manifiesto durante la celebración de las XXI Jornadas de Historia de Ayamonte, donde ofrecieron públicamente las conclusiones del trabajo desarrollado en este yacimiento, en una conferencia titulada ‘Nuevos descubrimientos de arqueología romana en el Campo de Canela (Ayamonte)’. Una interesante intervención para los amantes del patrimonio y la historia de la provincia de Huelva, que queremos difundir en Huelva Buenas Noticias a través de este artículo, basado en esta conferencia. Un estudio que puede aportar nuevos datos sobre la realidad de este espacio desde el periodo romano a la Edad Moderna.
Tal y como explican De Haro, Cabaco y García, este yacimiento arqueológico se localiza en el estuario del Guadiana, entre Isla Canela y Punta del Moral, en Ayamonte, «un entorno natural muy propicio históricamente a la instalación de enclaves cuya actividad económica principal ha de estar orientada a la explotación de los recursos marinos fundamentalmente, pero también se ha de tener en cuenta las posibilidades de los mismos para dar salida comercial al exterior de las riquezas productivas de un entorno geográfico más amplio». Este hecho provocó que estos asentamientos fueran lugares de gran relevancia comercial, como sucedió con el de Canela-Punta del Moral, un núcleo que adquirió un papel protagonista en los circuitos económicos del mundo romano, fundamentalmente a partir del siglo III d. C.
Los primeros restos arqueológicos de este espacio fueron hallados en 2008 y 2010, durante el dragado de la zona de acceso de Caño de la Moharra, si bien, parte de estos restos se encuentran sumergidos bajo el agua, al estar delimitado al sur por el caño de la Moharra y al norte y este por la margen derecha del Río Carreras. A pesar de ello, los tres arqueólogos autores del estudio, detallan que este yacimiento es conocido, al menos, desde el siglo XVII, habiendo sido objeto de actuaciones arqueológicas previas, como sucedió en 1981, cuando «durante los trabajos de desmonte en Isla Canela de una duna para labores agrícolas aparecería el primer gran referente de la investigación del yacimiento. Sería la localización de un Panteón Monumental romano, datado en el siglo IV d.C. que albergaba el enterramiento de un grupo familiar en su interior. Las excavaciones fueron llevadas a cabo por el antiguo director del Museo de Huelva, Mariano Del Amo». Unos primeros trabajos que se completaron durante los años 2004 y 2005 con la restauración de este mausoleo y la intervención en nueve enterramientos en el entorno del propio Panteón. Una campaña que estuvo dirigida por el arqueólogo Miguel Ángel López, de la empresa GIRHA, SC.
A partir de aquí, como hemos apuntado, fue en 2008 cuando se realizaron nuevas actuaciones con motivo del citado dragado del Caño de la Moharra, donde «los resultados de las prospecciones subacuáticas que se realizaron revelaron la presencia de abundante material cerámico (principalmente ánforas) que nos evidenciaron la existencia de un fondeadero de época romana, junto con materiales de edificaciones antiguas, que en la actualidad se encuentran sumergidas, debido a la erosión por las corrientes marinas dominantes en la zona», apuntan De Haro, Cabaco y García. Luego, a raíz de un nuevo dragado en Punta del Moral y en el río Carreras, se llevaron a cabo nuevos controles, esta vez a cargo de la empresa Ánfora y el arqueólogo Diego González Batanero, que vendrían a aportar más datos de la llamada «ciudad sumergida». Una intervención arqueológica, por cierto, de la que se hizo eco Huelva Buenas Noticias y que puedes recordar en el siguiente enlace:
La misteriosa isla de la época romana que permanece sumergida bajo las aguas del río Carreras
Como se puede comprobar, la riqueza histórica y arqueológica de esta zona del litoral onubense cuenta con un enorme interés, de ahí que los investigadores hayan querido seguir indagando en los restos que se conservan. Así lo han hecho precisamente entre octubre de 2015 y julio de 2016 los tres arqueólogos autores del estudio que estamos siguiendo, Jesús de Haro Ordoñez, Benjamín Cabaco Encinas y Elisabet García Teyssandier, que intervenían en la zona con motivo de la reforma llevada a cabo en la carrera de acceso a la aldea de Punta del Moral. Trabajos dirigidos por estos tres científicos, en un equipo al que también se incorporaron las arqueólogas Paula García Díaz y Carmen Quintero Cristóbal.
Las intervenciones, que se desarrollaron en una superficie de 2 kilómetros en paralelo a la actual carretera, no suponiendo ningún retraso en los plazos de ejecución de las obras, consistieron en la intervención en dos sectores: Área I, referida a la zona de la necrópolis del Panteón conocida desde los años 80, y el Área II, en el entorno del ‘Cerro de las Piedras’, muy próximo a Punta del Moral. Dos espacios en los que se han encontrado importantes restos y nuevos hallazgos que han llamado mucho la atención.
En concreto, en el Área I, «se han documentado nuevos enterramientos de inhumación, correspondientes a la necrópolis de inhumación ya conocida por las intervenciones previas realizadas desde la década de los ’80 y en 2004-2005 (…), destacando el descubrimiento de una necrópolis de incineración, inédita hasta la fecha, que nos habla por primera vez de la existencia de áreas funcionales en el interior de este espacio sacro y cuyo máximo exponente será la aparición de un nuevo monumento funerario. Se trata de un hallazgo de singular y de gran importancia histórica dentro del contexto general de conocimiento relativo al mundo funerario del periodo romano de la provincia de Huelva», exponen los arqueólogos. De planta circular, el nuevo monumento apareció junto al lado de la carretera, en cuyo entorno aparece un área de cremación para la acometida de los rituales asociados a los enterramientos de incineración, disponiendo, además, de depósitos funerarios.
Una necrópolis que se completa con diversos depósitos funerarios «registrados ahora con los restos de las cremaciones de los difuntos, dispuestos en fosas individualizadas excavadas en las arenas del entorno, conformando plantas elipsoidales o circulares. Fosas de enterramientos en donde aparecen elementos de ajuares personales en homenaje a los difuntos», entre otros elementos, como apuntan los arqueólogos responsables de la excavación. Todo ello hace de esta necrópolis, que se encuentra en un óptimo estado de conservación, un lugar idóneo y con mucho potencial para futuras investigaciones.
En cuanto al Área II del yacimiento llama la atención el alto potencial del ‘Cerro de las Piedras’ en diferentes etapas históricas, desde el periodo romano (siglos I al V d.C.) al mundo moderno (siglo XVIII). Por ejemplo, en el primer caso, los arqueólogos destacan «el hallazgo inédito de construcciones históricas asociadas directamente al asentamiento habitacional del Yacimiento de Canela-Punta del Moral (…) Se trata del hallazgo de toda una serie de Almacenes industriales, construcciones que representan edificios de planta cuadrangular de en torno a los 20 o 25 m2, elaborados en fábricas de pizarras y que presentan un gran estado de conservación, a pesar de no haber conservado a coronación las cubiertas originales. (…) Una serie de edificaciones distribuidas en el reborde norte del Cerro de las Piedras en su declinar hacia la actual marisma continentalizada y antigua salida hacia el océano, destinadas al almacenamiento de la producción industrial del asentamiento en sí de Punta del Moral y de su hinterland de influencia, que hubo de abarcar toda la producción de los asentamientos del entorno y la ribera del Guadiana hacia el interior». Edificios que, por el momento, no han sido excavados en su totalidad, lo que abre una nueva línea de investigación futura.
Pero, además, en el ‘Cerro de las Piedras’ también ha aparecido otro hallazgo inédito: una nueva necrópolis de inhumación asociada a la fase de abandono de los anteriores almacenes. Como exponen los científicos, «se trata de la localización de enterramientos complejos caracterizados por tumbas estructurales revestidas de mortero con estucado exterior sobre cama y cuerpo de pizarras. Su detección y características constructivas y espaciales plantean sin duda la apertura de nuevas y múltiples líneas de investigación». Todos son, sin duda, interesantes descubrimientos para este equipo de arqueólogos que trabaja en la conservación de este yacimiento, de ahí que, tras la redacción de las Memorias Científicas, han decidido trasladar a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, «la necesidad de proceder, de manera firme y decidida, al establecimiento de un adecuado y coherente tratamiento y revisión de las normativas de protección existentes en la actualidad para el Yacimiento de Canela-Punta del Moral. Un hecho que pasa por la Declaración del Yacimiento como BIC, de Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica«.
Es decir, que la declaración como BIC de este yacimiento como Zona Arqueológica de Isla Canela-Punta del Moral sería la mejor fórmula para su protección, puesto que se tendrían en cuenta los hallazgos más recientes, pero también los conocidos con anterioridad, como el Mausoleo Romano restaurado. Una declaración que también podría completarse con otras actuaciones, como el fomento de la investigación, conservación, puesta en valor y difusión del yacimiento, al tiempo que se trabajaría en su integración definitiva, pudiendo, además, formar parte de un Itinerario Cultural, que trascurriría en paralelo a la carretera de acceso desde Torre Canela a Punta del Moral. Un recurso turístico que vendría a sumar a este rico entorno natural nuevos valores históricos.
En definitiva, lo que parece claro es que nos encontramos ante un yacimiento de enorme trascendencia histórica, donde no descartamos que surjan nuevos hallazgos. Un espacio que ha revelado numerosos datos de los habitantes que nos precedieron en la zona más occidental de la provincia de Huelva y cuya puesta en valor puede tener numerosos beneficios desde el punto de vista histórico y cultural, pero también económico, si tenemos en cuenta su explotación turística. Una oportunidad de recuperar nuestro pasado a través de su declaración como Bien de Interés Cultural.