Y llamé a tu puerta y tú no estabas….
y sentí el pavor de la desdicha
al no hallar el auxilio que esperaba,
perdiendo en el vacío la plegaria
por salvar de la miseria y la perfidia
el buen nombre de mi grupo y de mi casa.
Y llamé a tu puerta y tú no estabas….
y pensé que la venda con que cubres tu mirada
no es de fina seda, ni es de gasa,
ni la espada que sujetas con firmeza
es de acero con raíces toledanas,
ni siquiera la balanza es calibrada,
pues llamé a tu puerta y tu no estabas,
reclamando tu apoyo a mí esperanza,
por la injusticia que ensucia a los hombres y a sus almas.
Sentí ganas de llorar, pero no pude,
pretendí gritar sin conseguirlo
y en la tristeza serene mi sed de venganza.
Humana eres y al castigo de los hombres clamo,
humana eres y en el espíritu del bien remansa mi paz
humana eres y al recurso de la “resurrección” pliego mis armas.
1 comentario en «Fallo de Ley»
Me faltaba conocer esta vena romántica de Don Benito.
Ya está.
Pero la constante permanece: La Reflexión.
Esta vez, la Reflexión se enfrenta a la inevitable realidad. Y aquí es donde solo cabe el recurso que sugiere el Sr. de la Morena: La Esperanza en un «lugar» en el que no convivan intereses y contubernios.
Espero estar sentado a tu lado cuando llegue ese momento, amigo.
Aunque a veces tengo mis dudas.
Como siempre, gracias por estas «píldoras» con que nos obsequias.