Mari Paz Díaz. Es probable que pocos de nosotros hayamos oído hablar del Centro de Investigación de Nanomateriales y Nanotecnología (CINN), un centro mixto de investigación creado en Oviedo en el año 2007 por iniciativa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Gobierno del Principado de Asturias y la Universidad de Oviedo. Sin embargo, su actividad es de enorme relevancia, dado que esta entidad realiza estudios de competencia internacional dirigidos, sobre todo, a la creación de nuevas empresas de base tecnológica. Un espacio de enorme prestigio, que cuenta con un equipo de 35 científicos y técnicos, 20 de la Universidad de Oviedo y 15 del CSIC, y 4 personas pertenecientes al equipo de gestión del propio CSIC. Características que lo convierten en un destino ideal para cualquier investigador.
Un sueño que ha sido alcanzado por un onubense, por Manuel Fernández Márquez, un joven de 26 años natural de Moguer. Un moguereño que logró el pasado año 2016 entrar a formar parte de este prestigioso equipo de investigadores. Una experiencia que está viviendo con mucha ilusión y con la satisfacción de saber que este trabajo es el reconocimiento a una trayectoria académica cargada de logros. En concreto, después de acabar la carrera de ingeniero químico en el año 2013, Manuel hizo un Máster en Formulación y Tecnología del Producto. Una formación que se vio complementada con una beca Erasmus, que realizó en Trieste (Italia) durante el curso académico 2011/2012, además de hacer prácticas profesionales en CEPSA, tanto en la Refinería ‘La Rábida’ como en CEPSA Química.
Posteriormente, al terminar la carrera, este joven químico estuvo trabajando durante un año en el Centro Tecnológico Fundación Innovarcilla, situado en Bailén (Jaén). Un paso previo que le llevó el año pasado a entrar a formar parte del Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología, CINN (El Entrego, Asturias). Una experiencia muy enriquecedora a nivel personal y profesional, que ha querido compartir con los lectores de Huelva Buenas Noticias a través de esta entrevista.
-Manuel, ¿cómo conseguiste entrar a formar parte de este organismo?
-Llegué a este centro por medio de uno de los contratos de investigación que saca el Sistema Nacional de Garantía Juvenil. Entre las diferentes posibilidades que tenía, me decanté por este centro como mi primera opción debido a mi anterior experiencia con nanomateriales.
-El CINN es un prestigioso centro adscrito al CISC. ¿Qué importancia tiene esta entidad?
-El centro combina investigación interdisciplinar con actividades de demostración científico-tecnológicas. A nivel interno, se estructura en tres departamentos de investigación: Nanotecnología, Nanomateriales y Nanomedicina. Así mismo, cuenta con un departamento de innovación y de diferentes laboratorios, que presta servicio a los grupos de investigación del propio centro y a otros grupos externos.
-¿Cuál es tu labor en el mismo?
-Dentro del personal del CINN, formo parte del grupo de investigación en Nanomateriales Multifuncionales y Nanocompuestos. Mi labor consiste principalmente en la sintetización de nuevos materiales y su posterior caracterización para comprobar si sus propiedades son las que se intentan conseguir en función de sus futuras aplicaciones.
-¿Tenéis alguna línea de investigación concreta?
-El proyecto en el que estoy colaborando estudia productos de sustitución y regeneración ósea con el que se pretende desarrollar productos diseñados para sacar partido a las propiedades de un material biocompatible y biocida. Se trata, en concreto, de productos de regeneración de tejidos, innovadores para distintos sectores, como pueden ser el maxilofacial y dental.
-¿Qué utilidad o aplicación tiene este trabajo?
-Debido a sus interesantes propiedades mecánicas, su módulo de elasticidad próximo al del hueso natural, así como su capacidad de integración ósea, hacen de este material un candidato ideal para el diseño y desarrollo de productos biomédicos implantables en los que se pueda evitar la infección originada por estos dispositivos, que tiene como consecuencia la pérdida del implante y la necesidad de regeneración ósea mediante la utilización de altas dosis de antibióticos. Por otro lado, sus propiedades de material reabsorbible unido a sus propiedades biológicas y antimicrobianas hacen que, sin lugar a duda, pueda constituir la mejor solución para el tratamiento de sustitución y regeneración ósea que existe en la actualidad pudiendo incluso combinarse y potenciar la eficacia de los materiales sintéticos de fosfatos cálcicos desarrollados hasta el momento actual.
-¿Qué te gustaría conseguir? ¿Te has marcado algún objetivo?
-Me gustaría que los objetivos que se consigan con esta investigación lleguen a tener realmente una aplicación en el día a día y supongan adelantos en temas de salud, de los que todos nos podamos beneficiar.
-¿Tienes algún otro proyecto previsto?
-Estamos trabajando en materiales cerámicos con coeficiente de expansión térmica negativo o próximo a cero, que son utilizados cuando se requiere alta estabilidad dimensional. Estos nuevos materiales pueden tener aplicaciones en sectores como la microelectrónica, la óptica de precisión y el sector aeronáutico. Cuando trabajas en este tipo de centros salen proyectos de vez en cuando. Pero claro…, suelen depender de financiación externa, por lo que son pocos los que se terminan desarrollando.
-A nivel personal, ¿qué te ha supuesto vivir en Asturias? ¿Cómo es la vida allí?
-Vivo en Oviedo, que aun siendo la capital, es una ciudad bastante tranquila. Una ciudad manejable y con todas las comodidades de una gran urbe. Además, es la ciudad más limpia de España, lo que hace que pasear por pleno centro sea algo agradable. Asturias tiene la suerte, como Huelva, de tener prácticamente de todo, playa, montaña, bosque… Eso sí, no siempre el clima te deja disfrutarlo, aunque cuando «hace bueno» los paisajes son impresionantes.
-¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?
-Además de mi gente, familia y amigos, como es normal, se echa bastante de menos los días de sol… Eso de que llegue mayo y prácticamente te despreocupes de mirar el tiempo hasta octubre…, y es que no sabemos lo que tenemos en Huelva hasta que se echa en falta. Aquí se mira el tiempo varias veces al día.
-¿Sueles venir mucho a Moguer?
-Menos de lo que me gustaría. Debido a la distancia, intento bajar siempre en avión, que es lo más cómodo, por lo que tengo que cuadrar vacaciones con fechas de vuelos y precios asequibles.
-¿Cómo te planteas el futuro?
-Como todo el que trabaja fuera. Me planteo ir acercándome a casa poco a poco. Trabajando siempre en temas relacionados con mi profesión, ya sea en investigación como hasta ahora o en temas más industriales.
-Para terminar, ¿nos despedimos con un mensaje a los onubenses?
-A todos aquellos que se encuentren en Huelva, ya sean onubenses o no, les diría que aprovechen todo aquello de lo que alguna que otra vez nos solemos quejar cuando vivimos allí, y que se acaba echando de menos cuando salimos.
De la misma forma, aprovecho para animar a todos aquellos que tengan una posibilidad de salir a trabajar o estudiar fuera a que lo hagan. Son experiencias que te ayudan a crecer en muchos sentidos.