Mari Paz Díaz. Las 29 estatuillas de los conocidos ídolos hallados en la zona del Seminario de Huelva, en el área del Plan Parcial número 8, demuestran que Huelva es la ciudad más antigua de Occidente, dado que estas esculturas poseen unos 5.000 años de antigüedad. Y es que estas figuras están fechadas entorno al tercer milenio antes de Cristo, lo que confirmaría el origen de la ciudad de Huelva en la Edad del Cobre y, por tanto, mucho anterior a la civilización tartésica.
El hallazgo de estos vestigios tuvo una enorme repercusión en su día, dada su importancia científica, lo que convirtió al yacimiento de La Orden–Seminario de Huelva en un lugar emblemático de la capital cuando se habla en clave arqueológica. Al margen de la destrucción de parte de este enclave en enero de 2016, lo que motivaba la aparición de diversos grupos que apuestan por la defensa del patrimonio onubense, nos llama la atención que los restos aparecidos en este yacimiento, en realidad, fueron estructuras funerarias, localizadas en dos sectores, en las mesetas Suroriental y Nororiental.
Una necrópolis que ofrece datos sobre la vida de aquellos primeros pobladores onubenses, que habitaron en una zona situada entre dos ríos, un estuario que fue aprovechado por sus habitantes para alimentarse principalmente de moluscos bivalvos, como almejas y navajas. En general, su posición fue estratégica, al estar cerca de la marisma, con una tierra rica para la agricultura y un punto geográfico único para el comercio.
Es más. En la zona de La Orden-Seminario también se han encontrado evidencias de las primeras prácticas del cultivo de la vid del Occidente europeo en el I milenio a. C., es decir, hace 3.000 años. Un cultivo que era muy valorado en la ciudad de Huelva, no sólo para el consumo propio, sino también para el comercio. Se trata, por tanto, de un gran hallazgo científico que demuestra la existencia en Huelva del sistema agrícola más antiguo de la Europa Occidental.
Una cuestión que nos lleva a hacernos esta pregunta: Si en La Orden-Seminario estaba la necrópolis y la zona agrícola, ¿dónde se encontraba el núcleo urbano principal? ¿Qué punto de la ciudad era la parte habitada? No en vano, los historiadores aseguran que las pruebas evidencian la existencia, en lo que hoy es Huelva, de un poblado completo y habitado de manera continuada por diferentes culturas, en diferentes épocas. Pero, ¿dónde estuvo el primer poblamiento de la capital?
Realmente, la pregunta no parece fácil de responder. Pero, quizás, la respuesta la podamos hallar en la Geología. En concreto, hemos querido preguntarle por este tema al doctor en Geología y profesor titular del área de Estratigrafía de la Universidad de Huelva Juan Antonio Morales González, que se ha acercado a esta temática en diversas investigaciones, además de conocer la presencia de diferentes civilizaciones milenarias en Huelva, tal y como ha plasmado en numerosos estudios y en sus dos novelas, tituladas ‘Ira de Plutón’ y ‘Más allá de las columnas de Hércules’.
Un investigador que nos muestra su punto de vista como geólogo, que podría explicar el hecho de que el núcleo central de la ciudad habitada por los primeros onubenses y, por tanto, primera ciudad de Occidente se podría encontrar bajo los sedimentos de la actual Ría de Huelva debido fundamentalmente al cambio de la línea del litoral desde hace 5.000 años hasta nuestros días. Una idea justificada científicamente, tal y como nos cuenta en esta entrevista.
-Juan Antonio, en una reciente conferencia ofrecida en Mazagón, comentó que el primer núcleo urbano de Huelva no se ha encontrado porque posiblemente esté bajo los sedimentos de la Ría de Huelva. ¿En qué se basa para realizar esta afirmación?
-Hay que tener en cuenta que las evidencias encontradas en el Plan Parcial 8 de Huelva demuestran que este espacio urbano estaba ocupado en el tercer milenio antes de Cristo. Sin embargo, en esta zona arqueológica se encontraron sólo evidencias de actividad agrícola y no del propio núcleo urbano. Teniendo en cuenta que la existencia de un espacio agrícola se hace necesaria para abastecer a un núcleo urbano que no ha aparecido, se plantea entonces el interrogante: ¿dónde se encontraba el núcleo urbano de esa época? Para responder a esa pregunta, hay que observar la localización de los espacios urbanos de épocas posteriores y éstos siempre estuvieron a la orilla de la ría, ya que, en parte, su economía estaba ligada a las actividades acuáticas. Es entonces lógico suponer que el poblado calcolítico estaría situado también en las orillas. Sin embargo, bajo la actual ciudad de Huelva, en las zonas cercanas a la ría no se han encontrado tampoco evidencias de asentamientos de estas edades.
-¿Qué elementos concretos nos hacen pensar en la presencia de restos urbanos bajo los sedimentos de la Ría?
-Aunque hace 30 años se pensaba que el nivel del mar llegó a su posición actual hace unos 6000 años, los datos geológicos más recientes demuestran que el nivel del mar estaba en ascenso durante el Calcolítico, encontrándose en el tercer milenio antes de Cristo unos metros por debajo del nivel actual. Esa subida del nivel del mar continuó hasta hace 4500 años y debió inundar los núcleos urbanos haciéndolos migrar hacia zonas más altas. Posteriormente, la sedimentación del estuario, que supera los 3 milímetros por año, lo enterraría definitivamente.
También hay que tener en cuenta que en torno al año 2500 antes de Cristo, justo en el momento en que el nivel del mar alcanzaba su máximo, existen evidencias de la llegada a esta costa de un enorme tsunami que debió destruir los últimos restos de estos asentamientos costeros. En las capas de tsunami encontradas en el interior de la ría del Tinto han aparecido escorias de fundición de cobre, lo que demuestra que existían labores de fundición de metales en estos asentamientos costeros.
-¿Hay alguna posibilidad de que salgan a la luz estos restos?
-Para que salieran a la luz este tipo de evidencias sería necesaria una intensiva campaña de labores geofísicas subacuáticas. En este sentido, la Autoridad Portuaria de Huelva lleva años invirtiendo dinero en campañas de geofísica llevadas a cabo por empresas privadas, como el grupo Ánfora, para acometer esa tarea. Quizá alguna de ellas deje resultados en breve.
-¿Sería posible realizar algún trabajo de tipo submarino para buscar esa ‘ciudad perdida’?
-El tipo de trabajo que se requiere para la prospección sería puramente de geofísica marina. Sólo los perfiles sísmicos de alta resolución pueden ofrecer un registro de los elementos enterrados en el fango o la arena. Si apareciera alguna anomalía enterrada bajo sedimentos del estuario de nuestra ciudad, existiría una enorme dificultad técnica para las labores arqueológicas posteriores, ya que cualquier zanja se inundaría inmediatamente de agua. Si estos hallazgos tuvieran lugar bajo sedimentos del fondo de la ría sí que existiría una dificultad real añadida para realizar labores arqueológicas, dada la naturaleza cohesiva del sedimento arcilloso. Lamentablemente, ningún equipo arqueológico de esta Universidad ni de la Junta de Andalucía dispone de los conocimientos ni de los medios técnicos, y económicos, para acometer todas estas labores de una forma integrada.
-¿Qué tipo de vestigios cree que podría encontrarse bajo la Ría? ¿Es posible saberlo?
-No creo que sea un geólogo la persona más apropiada para contestar una pregunta así. Muchas de las capas de edades susceptibles de contener material arqueológico han sido ya dragadas y desmanteladas y, aún así, cualquier dragado en esta zona acuática requiere la presencia de un arqueólogo a bordo, porque la Ría se ha demostrado como una fuente inagotable de material arqueológico. Estoy seguro de que hay mucho por descubrir, porque las capas de estas edades se encuentran en una zona más profunda a la que ninguna actividad portuaria ha accedido. Para mí, resulta difícil imaginar los elementos urbanos que podrían encontrarse, aunque seguro, estarían acompañados de útiles cotidianos semejantes a los ya encontrados en otros yacimientos situados más al interior.
-¿Ha cambiado mucho la línea del mar en el litoral de Huelva?
-Eso sí se conoce bien. El nivel del mar comenzó a subir cuando empezaron a derretirse los polos tras la última glaciación, hace unos 12000 años y estuvo subiendo durante unos 7500 años. Actualmente, se estima que hace unos 6000 años se encontraba unos 5 metros por debajo del nivel actual. Fue entonces cuando comenzó la actividad económica en esta zona, fundamentalmente basada en la metalurgia del cobre. La última subida del nivel del mar, para llegar a su posición actual hace unos 4500 años significó la inundación de todas las riberas de la ría de Huelva, para dejarla convertida en una especie de golfo interior sin marismas que es como se encontraba durante el periodo tartésico. A partir de ahí, la sedimentación hizo su trabajo, de tal forma que en el periodo romano ya este estuario se presentaba como una zona palustre que quedaba emergida en marea baja. Fue entonces cuando el oleaje construyó nuestras playas y barreras arenosas como Punta Umbría, Punta Arenillas o Isla Saltés, que cerraron parcialmente el estuario.
-¿Qué nos enseña la Geología en el tema de Huelva como la ciudad más antigua de Occidente?
-La Geología no puede aportar pruebas sobre la magnitud de los asentamientos humanos ni su edad, aunque sí podemos reconstruir la geografía de determinadas épocas a través de datos geológicos, como las tasas de erosión o sedimentación. En este sentido, se han realizado reconstrucciones de la costa que confieren un marco geográfico a nuestros periodos calcolítico, tartésico y romano y que pueden ser usadas por los arqueólogos para un mejor entendimiento del entorno de los yacimientos que estudian. La Geología también aporta pruebas de que esta ciudad ha sido destruida varias veces por la acción de tsunamis. En este sentido, la colaboración entre geólogos y arqueólogos se muestra necesaria.
-¿Somos conscientes los onubenses de nuestra riqueza geológica e histórica?
-No todos los onubenses son conscientes de nuestra riqueza. Afortunadamente, la existencia de asociaciones, como los Amigos del Museo Onubense, o de movimientos ciudadanos, como la plataforma Huelva te Mira, demuestran que es cada vez más, no sólo el interés que nuestra historia despierta en los onubenses, sino del papel cada vez más activo que los ciudadanos de Huelva están tomando para reclamar el conocimiento y la defensa de nuestro patrimonio histórico y cultural.
-¿Tiene previsto difundir este tema?
–De momento, el tema de los tsunamis históricos está ya publicado en Quaternary Science Reviews, aunque mi intención es seguir publicando con respecto a los eventos más antiguos de los que hay menos evidencias. El tema del ascenso del nivel del mar requiere la publicación de una curva de movimientos del nivel marino válida para el suroeste de Iberia y, de momento, estamos en ello.
-¿Algún mensaje a final?
-Animo a los ciudadanos a conocer nuestra historia y a ser críticos y no conformarse con lo que nos contaron de pequeños, ya que cada vez más descubrimientos están haciendo que nuestra historia y nuestro patrimonio adquieran enteros en su valor. Los animo a que luchen por conservar lo nuestro porque bastante hemos perdido ya. Reclamo a los poderes políticos una mayor inversión en conocimiento, ya que éste acaba repercutiendo en la sociedad no sólo económicamente, sino en el concepto que los ciudadanos tienen de sí mismos y de lo que pueden hacer por su comunidad.