M. P. D. La vida de Luis Benítez, como la de la mayoría de las personas, no ha sido fácil. Pero, con sus aciertos y sus dificultades, encontrarse con este onubense es garantía de serenidad. Una filosofía que ahora imprime desde la presidencia del Teléfono de la Esperanza, un cargo que ostenta desde hace unos dos meses, si bien su vinculación con esta organización social se remonta décadas atrás. En concreto, fue en el año 1990 cuando Luis Benítez entró a formar parte del Teléfono de la Esperanza en Huelva, una labor voluntaria que ha compaginado con su actividad profesional en la Notaría del Paseo Santa Fe, donde ha estado trabajando durante más de cuarenta años.
Ahora, después de 27 años formando parte del Teléfono de la Esperanza, es la primera vez que se pone al frente de esta entidad social, porque, según nos cuenta, «nunca me había planteado estar de presidente, porque me gusta estar por detrás, pero, realmente ahora, había llegado el momento de echarme para adelante y, por eso, tomé esta decisión», nos comenta Luis Benítez, que afronta esta nueva etapa «muy ilusionado, porque me gustaría relanzar la misión, la actividad del Teléfono de la Esperanza».
Nacido en El Perrunal, aunque residente en Huelva capital desde los 14 años, este onubense es consciente de que la tarea que tiene por delante no es fácil, teniendo en cuenta que «la sociedad es un lugar de frustraciones, de sufrimiento, de desesperanza, pero también es un lugar de esperanza, de explosión de vida, de disfrute, de darle sentido a la vida. Todo el mundo tiene algo que aportar».
Con este objetivo, Luis ha comenzado a trabajar como presidente del Teléfono de la Esperanza. Una presidencia en la que intentará dejar atrás una de las asignaturas pendientes que, en su opinión, tiene esta organización social, como es conectar más al Teléfono con la juventud que tanto necesita ser escuchada en su búsqueda de valores y de dar sentido a sus vidas. Según nos explica, “generalmente se piensa que el Teléfono de la Esperanza es sólo para las crisis. La mayoría de la gente se acerca a nosotros cuando tiene una cierta edad, cuando ha tenido algún problema y está hundido. Sin embargo, en el Teléfono ayudamos a la gente a que se de cuenta que cada individuo dispone de grandes recursos, y que al igual que podemos ejercitarnos a nivel físico lo debemos hacer también a nivel psíquico, y que podemos hacer una buena labor en ese aspecto
Entre los temas que suelen provocar más consultas y llamadas al Teléfono de la Esperanza se encuentran las rupturas emocionales importantes, una pérdida, sentimientos de soledad y pérdidas del sentido de la vida. «A partir de aquí, debemos tener en cuenta que el ser humano tiene mucho dentro, por lo que, a veces, en los grupos te encuentras con personas que están bastante mal, que, gracias a nuestra labor, cuando salen, se percatan que hay otra forma de entender la vida. Por eso es muy importante la labor que podamos hacer con los jóvenes, por ejemplo, en cuestiones tan frecuentes como la falta de autoestima», concreta Benítez. En este aspecto, por ejemplo, la entidad organiza un programa de autoestima, que se dirige especialmente al colectivo joven. Sin embargo, existe la dificultad para que la gente participe, para que acuda a este taller, quizás porque no se dan cuenta de la importancia que tiene el actuar en este sentido, a pesar de ser algo fundamental para nuestras vidas.
Para Luis Benítez, “el poder que hemos otorgado a la mente, casi siempre de manera inconsciente, es tan poderoso, que ésta nos puede conducir a través de los pensamientos negativos, a una vida llena de miedos, angustias e inseguridades o por el contrario nos puede acercar con una actitud positiva, a abrirnos a experiencias enriquecedoras, armoniosas y estimulantes, que nos acerque a la búsqueda de la complitud. Por este motivo, en el Teléfono también trabajamos el tema del pensamiento, para que las personas puedan adaptarse a todo lo que pueda ocurrir. El cambiar la perspectiva de la vida es importante. Tenemos que hacernos conscientes de nuestros pensamientos negativos para no dejarnos arrastrar por ellos. Por ello, debemos tener la capacidad absoluta de hacer frente o adaptarnos a lo que venga. Esa debe ser la actitud en nuestro interior. Porque todo está dentro de nosotros mismos. Nuestra actitud es fundamental en nuestro bienestar, tenemos que transmitirlo.
Por este motivo, la labor que realiza el Teléfono de la Esperanza está dirigida a conseguir el bienestar de los onubenses, sobre todo, porque sus orientadores son personas que están preparadas para ello. No es fácil hacerlo, de ahí que reciben una preparación especial para enseñar a la gente cómo resetear, cómo conocerse mejor a sí mismo y cómo comenzar de nuevo, a ver las cosas de un modo distinto. «Uno expresa, transmite, lo que tiene dentro de sí mismo. Y hay mucha gente que si no sabe gestionar la experiencia vital, puede estar triste casi toda su vida. No tiene en cuenta que realmente podemos cambiar nuestra forma de ser, nuestra forma de ver las cosas y nuestro modo de expresar lo que sentimos», concreta.
En cifras, el pasado año 2016, el Teléfono de la Esperanza en Huelva recibió unas 2.000 llamadas, realizando más de 400 intervenciones en la sede, como entrevistas de psicología, intervención en estados de crisis 0 terapia familiar y de pareja, entre otras. Además, unas 90 personas recibieron formación en salud emocional en distintos cursos y talleres presenciales. Todo ello sin olvidar la organización de charlas, conferencias, las jornadas sobre la familia, sobre el suicido o la escuela, etcétera.
Con todo ello, el mensaje final del nuevo presidente del Teléfono de la Esperanza se refiere a «la grandeza del ser humano, porque somos seres extraordinarios. Y, cuando realmente nos comprometemos, podemos ver que dentro de nosotros mismos tenemos mucho que ofrecer, estamos cargados de sentimientos. Todos tenemos la capacidad de conocernos. Realmente, nosotros somos los responsables de nuestra vida y tenemos la posibilidad de cambiarla, podemos dar un nuevo enfoque a nuestra vida». Siendo así, todas las personas que deseen dirigirse al Teléfono de la Esperanza en Huelva pueden hacerlo en el número 959-281515.
