R.M. Muchas son las bondades que hacen singular a la provincia onubense. Sus delicatessens gastronómicas, sus parajes naturales, sus playas, su historia, el ser Huelva la población más soleada de España… Y si todas estas no fueran ya de por sí suficientes para convertir en único a este enclave privilegiado, a ellas hay que sumar su mimo por las tradiciones y amplio bagaje cultural y musical, destacando su especial sensibilidad hacia el flamenco. A este respecto Huelva presume orgullosa de ser conocida más allá de sus fronteras como cuna del fandango: palo flamenco, junto a las sevillanas, por el que muchos jóvenes comienzan a interesarse por este arte tan universal y andaluz al mismo tiempo.
Arcángel, Rocío Márquez o Argentina son solo algunos de los artistas onubenses cuyo talento los ha encumbrado a la cima del éxito. En nuestras ciudades y pueblos existen, sin embargo, muchas otras personas que, unidas por una profunda pasión por la música, contribuyen con su trabajo diario a engrandecer la cultura del flamenco. En este sentido, nos detenemos este domingo en la figura del guitarrista Antonio Del Carmen Domínguez. Natural de Beas, cuenta a Huelva Buenas Noticias que comenzó a conocer el flamenco de la mano de sus paisanos y aficionados Fernando Bando, Manuel Prudencio y de los cantaores beasinos Paco Marín y Sebastián Cruz, a quienes con el tiempo ha tenido el privilegio de acompañar a la guitarra en diversas actuaciones.
Sus primeros recuerdos relacionados con la música los sitúa en una casa cercana al hogar de sus padres donde solía ensayar el ya extinto Coro Fe Clarinera. «Allí, escuchando sevillanas y fandangos, fue donde me empezó a llamar la atención de la guitarra», nos explica Antonio Del Carmen.
Consciente ya desde una edad temprana de su vocación, comenzó a formarse con tan solo 8 años edad junto al profesor Ángel Villanueva en una academia beasina. Seguidamente, continuó su formación con los maestros Ezequiel Carrasco y Paco Cruzado.
Al hablar de su periodo de aprendizaje destaca también a más personas que han ejercido sobre él una enorme influencia en su forma de entender el mundo flamenco. «Mi maestro y amigo Antonio Detely fue quien me ha enseñado el camino, y el que me ha inculcado lo que es la guitarra flamenca. Gracias a él he conseguido aprender casi todo lo que sé. Asimismo, le tengo mucho cariño a un maestro que tuve durante mi estancia en la Fundación Cristina Heeren de Sevilla, Eduardo Rebollar, con el que aprendí mucho en la parte de acompañamiento al cante. Por otro lado, hay muchos guitarristas que, aunque no he tenido la suerte de dar clases con ellos, he estudiado con detenimiento el trabajo que han desarrollado: el gran Paco de Lucía, Tomatito, Niño Miguel, Antonio Sousa, Rafael Rodríguez «El Cabeza», El Perla, entre otros».
En la actualidad, el guitarrista onubense trabaja en la Escuela de Cante Antonio «el Jaraqueño». Empleo que le está permitiendo además «aprender de cante y de cómo acompañar al cante», nos cuenta.
De las actuaciones que recuerda con un cariño más especial, el guitarrista señala aquellas en las que ha acompañado a Paco Marín «por el cariño y aprecio que le tengo, así como a Sebastián Cruz por ser el cantaor ahora mismo más importante que he podido acompañar, y por todo lo que hemos vivido juntos y la profunda admiración que le tengo», explica.
En referencia a la afición al flamenco que existe en Beas, Antonio del Carmen señala que «los aficionados de verdad al flamenco no son muchos, si bien es cierto que se trata de un pueblo donde hay mucha afición especialmente por las sevillanas, rumbas y fandangos destacando en estos cantes muchos hombres y mujeres, especialmente en fiestas y romerías».
En relación a los proyectos actuales, el beasino se encuentra ultimando actuaciones y concursos de cante a los que asistirá durante todo el verano. A largo plazo desea seguir aprendiendo en el campo del acompañamiento al cante, «que es lo que me gusta y es a lo que quiero seguir dedicándome», sentencia el guitarrista beasino.