Mari Paz Díaz. Avanzar en la mejora de tratamientos es el objetivo de la Fundación Andaluza Beturia para la Investigación en Salud (Fabis), una organización onubense sin ánimo de lucro orientada a fomentar la investigación en cuestiones biomédicas, promocionar y desarrollar innovaciones tecnológicas en el campo de la medicina y prestar apoyo a la formación continuada de los profesionales de la salud, mejorando la asistencia de la sanidad pública. Una entidad, con sede en el Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva, que concede cada año el Premio al Mejor Residente de Huelva, con el fin de estimular y reconocer la labor de los residentes formados en los centros de atención primaria y hospitales del sistema sanitario público andaluz de la provincia.
Un reconocimiento que se entregaba hace unos días durante el acto de despedida de los 48 profesionales que han completado su formación durante este año en los centros de salud y hospitales de la provincia. Un evento donde fue reconocida la labor del médico José Daniel Ortega Molina, un malagueño de 30 años, que llegó a Huelva en mayo de 2013. Y, desde entonces, reconoce que está viviendo una etapa de crecimiento profesional y personal.
«Llegué a Huelva porque necesitaba un cambio de aires, además de que quería hacer la especialidad de Familia. Así que fue la mejor opción que encontré. Y me siento muy satisfecho con la decisión», nos comenta el propio Daniel, que siempre, desde los 14 años, tuvo claro que quería estudiar Medicina. No sabe si en esa determinación le influyó que su madre es enfermera y que tiene familiares lejanos en este sector, pero lo que tenía claro es que quería ser terapeuta. Y así lo hizo. Así que estudió Medicina en la Universidad de Málaga.
Tras acabar la carrera recaló en Huelva, donde ha estado trabajando en el Centro de Salud de Los Rosales, realizando guardias en el Hospital Infanta Elena, donde hizo las rotaciones de los hospitales, al formar parte del Distrito Sanitario Huelva-Costa. Una etapa muy satisfactoria, que ahora continúa desarrollando, puesto que, tras acabar la Residencia, ahora es adjunto, estando contratado en el Infanta Elena con una sustitución en la Puerta de Urgencias. Lugar en el que lo podrán encontrar los pacientes que acudan al centro.
«Me gustaría quedarme en Huelva, por lo menos durante un periodo de tiempo. Estoy muy contento aquí», afirma Daniel Ortega, que, de su etapa de residente, destaca la relación que ha mantenido con los compañeros y amigos que ha hecho aquí, sin olvidar las experiencias tan enriquecedoras que he podido vivir en el trato con los pacientes. Y es que, tal y como recuerda, a veces,»te enfrentas a situaciones complicadas, a retos difíciles que no te esperas. Te sorprendes de hasta dónde puedes llegar. En mi caso, soy una persona tímida y no me imaginaba las cosas que he podido hacer en este tiempo».
Desde el punto de vista profesional, lo que más valora este malagueño de la Residencia en Huelva es «el trato con los pacientes y el trabajo en el equipo, cualidades que he encontrado tanto en el centro de salud como en Urgencias. Son dos áreas muy diferentes, porque, en el primer caso, acompañas al paciente en un proceso más largo y con actividades preventivas durante ese tiempo, mientras que en Urgencias en ocasiones tienes que enfrentarte a dar noticias más o menos malas para los enfermos y familiares».
Un trabajo que, en todo este tiempo, ha estado compaginando con diferentes tareas de investigación, especialmente gracias a que fue becado por la Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria (Samfyc). Su proyecto consiste en un ensayo clínico sobre obesidad, que está realizando entre pacientes obsesos a los que «les propongo una dieta y les voy revisando con el objetivo de observar cuáles son los grupos que pierden más peso. Todo ello con la finalidad de mejorar la calidad de vida de los pacientes». Un interesante estudio, a pesar de que reconoce que «en la universidad no me dediqué mucho a la investigación. Ha sido a partir de mi llegada a Huelva cuando he sentido interés por estos temas, acudiendo a congresos y demás». Tareas que ha completado con la realización de diferentes cursos que eran propuestos por su Unidad Docente, lo que le ha permitido complementar sus estudios gracias a estas clases.
Todo ello forma parte del perfil de un residente que ha destacado por la labor desarrollada. Un hecho que no ha pasado desapercibido para la Fundación Fabis, que ha querido reconocer el trabajo de Daniel Ortega Molina con uno de los dos accésits otorgados en el marco del Premio a Mejor Residente. Un galardón que compartió con Eva Nadejda Gutiérrez Cortizo, elegida Mejor Residente, y con Christian Leyva Prado, que recibió otro accésit por la calidad curricular de los candidatos. La concesión del accésit conlleva una dotación económica de 500 euros, la obtención de un plan personalizado de captación de financiación en el ámbito de la investigación y programas de recursos humanos para potenciar la carrera investigadora de cada uno de los galardonados.
Un galardón que para este médico fue toda una sorpresa. Según nos cuenta, «no esperaba para nada este premio, tanto que estuve a punto de no ir a la gala. Me presenté porque me animaron a hacerlo, pero realmente no me lo esperaba. Así que estoy muy contento y satisfecho». Un premio que lo dedica a «todos los que me han ayudado, a mis compañeros, a la Unidad Docente y a mi familia, que siempre me ha apoyado en todo».
Experiencia y reconocimiento, dos conceptos que están marcando su vida en Huelva, una provincia a la que este malagueño ha aprendido a querer y de la que se queda con «la sencillez de su gente y, por supuesto, con sus playas, que son excelentes». Siendo así, sus palabras finales se dirigen a sus pacientes, «que espero que hayan quedado contentos, agradeciéndoles especialmente a todos los que han participado en el proyecto de investigación, a los que espero seguir viendo para continuar el estudio». Así sea.