Manuel Garrido Palacios / ANLE Nueva York 2017. Paco Huelva acaba de publicar un libro de cuentos: Los otros que me habitan. Parece querer mostrar los recovecos del alma por donde deambulan sus otros, que son él mismo mirándose en espejos interiores, aunque vea otras caras, otros gestos. Hermoso libro, valiente en el planteamiento, justo en la ejecución. Síntesis de treinta y pico de relatos, que quedaron al final en la esencia de doce.
Podría ser este el meollo de la noticia, y lo es por ser el autor un escritor de vocación, de voraz lectura y aprendizaje, un buscador de sí mismo a través de la palabra y, felizmente, de un claro ascenso en la forma de tratarla. Desde sus lejanos inicios al libro que ofrece hoy, se aprecia el salto positivo de varios tramos de la escalera que él sube, seguro de quererla subir, convencido de cada peldaño.
Ese sería el meollo, pero hay más alrededor del verbo: una explosión repentina, formidable, milagrosamente humana, provocada por la puesta en marcha de una editorial, que se asomó al zaguán literario a ver qué había y abrió de golpe la puerta que ayer controlaba en exclusiva el Sanedrín de la Mesa Camilla, dejando tanta obra buena en el aire de “vuelva usted mañana”, con el atrevimiento de asumir que poseía un criterio inequívoco para decidir si el libro tal o cual se publicaba o no.
Rafael Pérez, director de la Editorial Niebla ha roto el hechizo, el malojo que se padecía. En pocos años, muy pocos, ha construido un fondo de catálogo que pasa de doscientos títulos, lo que significa un movimiento literario jamás visto en estas tierras, una salida a tantos proyectos durmiendo el sueño casi eterno,una asistencia sorpresiva a presentaciones y, también esencial, un aprecio de todos a su labor. Parte de sus publicaciones se han referenciado en Paris y en Nueva York, por citar algunas. Su producción editorial será a veces así y otras asó, valoración que irá cribando el cedazo del tiempo. De inicio, la expresión de cada cual se refleja en el papel libremente, luchando por merecer estar, lejos del círculo angustioso, en los anaqueles de toda librería que se precie.
Decía del libro de Paco Huelva, quinto de su narrativa, ilustrado por Víctor Pulido, presentado en la Casa Colón por Manuel Moya y José Fiscal. Y ante un salón pleno de afectos hacia el autor y su obra, sentía flotar la sensación de estar allí para algo más que para dar la bienvenida a la obra nueva de un escritor y amigo. Quizás para ver navegar un gran proyecto largamente esperado, siempre deseado, que no es poco.