Mari Paz Díaz. Natural de Huelva capital, de la calle San Sebastián, Francisco Vázquez Bayo estudió en el C. P. Reyes Católicos, el Instituto Clara Campoamor y el Ciclo Medio de Gestión Administrativa y el Superior de Mantenimiento de Equipos Industriales en el Instituto Técnico de La Rábida. Tras finalizar esta formación, sus padres y su hermana mayor pensaron que lo más idóneo para completarla era salir fuera de España para aprender inglés. Así que, ni corto ni perezoso, en el año 2011, este onubense se mudó a Australia. En principio, la estancia estaba prevista para seis meses, pero acabó quedándose casi un año y medio.
Fue una experiencia vital tan importante para él que cuando acabó tenía claro que no quería volver de forma definitiva a España, al menos en ese momento, cuando el país estaba en plena crisis económica. Su primera opción entonces fue Canadá, un país que le llamaba mucho la atención para seguir perfeccionando su inglés. Sin embargo, en aquel momento se le cruzó en su vida Santiago de Chile, una ciudad que le ha atrapado de tal forma que ya lleva en ella cuatro años. Una experiencia intensa, que ha querido contarnos como ‘Onubense por el mundo’ en esta entrevista, ya que, en total, lleva seis años fuera de nuestro país.
-Fran, ¿cuáles fueron tus motivaciones para marcharte fuera?
-Decidí irme para aprender inglés. Una razón muy simple. Pero sí puedo contarte porqué decidí quedarme fuera de España. Yo me enamoré de viajar, de conocer otras culturas y países. Te enriqueces tanto como persona y ser humano…
Además, laboralmente, en Latinoamérica, por lo general, los jóvenes españoles tenemos mejores oportunidades, estamos muy bien valorados, mucho mejor que dentro de España. Y eso nos ayuda a adquirir experiencia y nos da un rayo de esperanza para algún día volver a España, teniendo un puesto de condiciones dignas. Por cierto, es una pena que a los jóvenes nos valoren más fuera que dentro, ¿no creen? Aunque nadie es profeta en su tierra dicen…
-¿Cómo fue tu experiencia en Australia, tu primera residencia en el extranjero?
-Nunca lo olvidaré. Me cambió la forma de ver las cosas. Conocí brasileños, colombianos, alemanes, árabes, coreanos, japoneses…, me cambió la vida y la forma de ver las cosas.
-¿Cuál era tu nivel de idiomas al llegar?
–Mi nivel de idiomas cuando me fui de España a Australia era muy básico, por no decir nulo. Ninguno de mis amigos se creyó que mi iría a Australia hasta que tomé ese avión. Yo me fui con un cuaderno escrito por mí y por mi hermana con las frases típicas para sobrevivir fuera y poder orientarme y preguntar cosas. Con suerte decía: “Hello. My name is Francisco, how are you?”. Y ahora trabajo todos los días en inglés. Increíble… Así que, si yo pude hacerlo, cualquiera puede.
-Ahora estás en Santiago de Chile. ¿Cómo es vivir allí?
-En Santiago, la vida es diferente, pero, al fin y al cabo, es un país latino y es fácil adaptarse. Seguramente, el cambio cultural es más duro si te mudas a vivir a Asia o Norte América.
-¿Cómo es esta ciudad?
-Vivo en una casita antigua, pero muy linda y bien ubicada, es muy acogedora. La ciudad, en general, no es bonita, no tiene grandes centros históricos que visitar o un gran río que la cruce, pero es una ciudad muy cómoda para vivir. Las zonas residenciales están muy bien hechas y son seguras, la zona financiera es espectacular, tienes grandes edificios y rascacielos, tanto que, si teletransportan ahí, nunca dirías que estás en Chile.
Hay que entender que Chile es ahora mismo, -y desde hace tiempo-, el mejor país de Latinoamérica para vivir. Tiene estabilidad política y, por tanto, económica. Yo tengo la suerte de conocer muchas capitales de Latinoamérica y, si tuviese que volver a escoger, me quedaría con Santiago o, en su defecto, con Buenos Aires.
-Y sus habitantes, ¿cómo son?
-El chileno, en general, es una persona muy conservadora en todos sus sentidos, tanto de pensamiento como de costumbres. Y, a su vez, muy correcto. El chileno se destaca por su honradez y solidaridad.
-¿Cuál es la imagen que tienen de España?
-España es un modelo a seguir. Durante unos años perdimos un poco de impulso como país debido a la crisis. La marca España se ha visto muy debilitada por la mala gestión política de la crisis, pero, en Latinoamérica, los países miran mucho hacia España como referencia. Les puedo asegurar que en España la sanidad funciona, porque aquí, si no tienes dinero, te puedes morir frente a un hospital. En España, una persona como yo, de clase media, va a un colegio público. Tiene la opción de poder luchar y llegar tan lejos como quiera. Pero, aquí, la educación cuesta muy cara. No está al alcance de todos. Y, a nivel social y de infraestructuras -carreteras, trenes, autovías-, están a años luz.
-¿Cuál es tu balance de la experiencia?
-Mi experiencia ha sido brutal. Además, cuando uno sale de su círculo de confort, descubres nuevas cosas de ti mismo, creces como persona y aprendes a valorar más los pequeños detalles de la vida. Recomiendo a todos aquellos que quieran irse y a los que tienen dudas, que salgan sin miedo. Hay gente maravillosa en el mundo y se hacen grandes amigos, porque todos los que están fuera de sus casas se convierten en tu familia.
-¿Qué estás haciendo en estos momentos?
-Ahora mismo estoy en mi habitación, con Netflix puesto, viendo ‘Velvet’ y pensando qué me voy a llevar en la maleta, porque mañana parto para Lima a unas reuniones durante toda la semana.
-¿Te has marcado algún nuevo objetivo?
-Sí. Más que un objetivo, tengo un compromiso. Yo entré en la empresa donde trabajo cuando era una start up. Trabajábamos sólo tres personas: la dueña, una persona que se encargaba de finanzas y yo, que entré para desarrollar el área comercial. A día de hoy, tres años después, ya somos más de 10 trabajadores en plantilla. Tengo una relación muy cercana con Clara, la dueña. Siento que soy parte de esta empresa, he trabajado y trabajo mucho por sacarla adelante. Recientemente, nos hemos abierto a trabajar fuera, a países como Perú, Argentina, Ecuador y Colombia. Mi objetivo, laboralmente, pasa por posicionar la empresa con un nivel de cuota de mercado igual o superior al que tenemos aquí en Chile. Luego, queremos replicar el negocio en España y espero volver.
-Por tanto, ¿cuáles son tus planes futuros?
-Por ahora, en uno o dos años, creo que me voy a quedar por aquí. Estoy tratando de ahorrar para comprarme una casa en España o montar mi propio negocio. Mi idea, por supuesto, es volverme y montar algo por mi cuenta o con algunos socios. Tengo varios modelos de negocio que he visto fuera que en Andalucía no están.
-¿Qué piensa tu familia de tu aventura?
-Mi familia me apoyó en todo momento. Saben que estoy bien y que esto ahora mismo es lo mejor para mí. Yo creo que, para mis padres, fue duro, porque me fui muy joven y soy el más pequeño, pero ya están acostumbrados.
-¿Y tus amigos?
-La mayoría piensa que tomé la decisión correcta. Me ha ido muy bien, más de lo que yo pensaba. No fue fácil, pero ha merecido la pena. Ellos lo saben… Muchos ya no se van, porque tienen obligaciones y no tomaron la decisión en el momento oportuno. Otros se fueron y ya volvieron a España.
-¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?
–Huelva es un paraíso, un diamante en bruto que estamos puliendo poco a poco. Yo echo de menos todo, su gente amable y risueña, que, a pesar de enfrentar momentos tan complicados como los que hemos pasado con la crisis, siempre son capaces de poner buena cara y tener una palabra amable. Su luz, ese sol que brilla, que nos da vida -parecerá una tontería, pero los que han vivido en Londres o Lima que me lean, donde siempre está nublado y no ves el sol, lo sabrán-. El sol es vida. Las playas kilométricas sin que sean masivas. Eso es otro lujo que muchos no saben apreciar… Y, por supuesto, la gastronomía. Como se come en Huelva, en ningún sitio. ¡Qué nivel! Aprovecho para felicitar a Acanthum y a todos los restaurantes y personas involucradas, que han hecho posible que seamos Capitalidad Gastronómica.
-¿Recomiendas a todo el mundo que viva un tiempo fuera de España? ¿Por qué?
–Claro que sí lo recomiendo. Te abre la mente y te enriquece como persona. En España, por lo general, somos muy cerrados a nuestras costumbres y la manera de ver las cosas. Salir fuera da flexibilidad a tu mente para adaptarte y entender los tiempos que corren hoy en día y las cosas que pasan.
-Para terminar: un mensaje a los onubenses.
-Los onubenses tienen que aprender a valorar lo que tenemos en Huelva. Existe un movimiento de gente que se nota que está luchando por colocar Huelva al nivel que se merece. Pero, muchas veces, he escuchado a gente de la cuidad tirar nuestra reputación por los suelos. Desafortunadamente, Huelva tiene fama de cuidad fea y contaminada entre los andaluces, una reputación a la que nosotros mismos hemos contribuido. Y yo opino que no es cierta en su totalidad… Hay que empezar a admirar donde vivimos, valorar lo que tenemos y saber vendernos mejor al exterior.