José Miguel Jiménez / Zalamea. Las calles del centro de Zalamea se llenaron de los aromas de las juncias, mastranto y otras plantas aromáticas, que sirvieron de alfombra al paso del cortejo del Corpus que partió tras la misa desde la Iglesia de la Asunción.
La procesión realizó varias paradas en los altares o descansos que hermandades y particulares instalaron durante el recorrido.
La Hermandad de San Vicente Mártir instaló su parada en la Calle de la Plaza, instalando en el descanso un altar con un cuadro de San Vicente de principios del siglo XX y las imágenes de San José y la Asunción que se encuentran habitualmente en el retablo de la ermita.
Varias paradas por las calles Fontanilla y Tejada hasta llegar a la Plaza de Talero donde en una de las casas señoriales de este entorno, se ubica el altar más antiguo del Corpus con una antigüedad cercana a los doscientos años. La Agrupación de Fieles de la Divina Pastora instaló su altar en la Casa Parroquial,donde la Agrupación de Fieles de la Divina Pastora .
Antes de entrar en el templo, el altar instalado por la Real Hermandad de Penitencia, sirvió de punto final al recorrido, para esta ocasión la cofradía la imagen del Santísimo Cristo de la Sangre, que este año celebra el 75 aniversario de la llegada al pueblo de la imagen.
La Banda de Música Don Justo Ruiz, que acompañó al cortejo , interpretó la marcha «Triunfal» a la entrada de la custodia en el templo.