Miguel Mojarro.
Se acerca el tiempo en el que la fotografía se convierte en agradable compañera de rutas y testigo de recorridos y visitas. Eso está bien, que para eso somos propensos a disfrutar de los recuerdos.
Pero solemos caer en un error de apreciación. Cuando estamos cerca de algo con interés, es frecuente que dejemos para luego o para otro día algo que goza de nuestra estima y valoración, pero la cercanía lo convierte en “no urgente” y lo vamos dejando para otro día, defecto muy de nuestro Sur.
Si interesante es tener imágenes de nuestras visitas a otros lugares, no menos valiosas son las que inmortalizarían nuestra presencia “diaria” en nuestro casino. Porque nosotros somos la mejor reseña de nuestro presente. Las imágenes de nuestra presencia aquí son el mejor reclamo futuro para el disfrute.
No olvidemos que solamente nosotros somos testigos de un entorno que no estará escrito en los libros de actas, porque ninguna institución o entidad lo tiene en cuenta.
Hace unos meses, en la emisora en Huelva de Radio Nacional, decíamos en nuestro pequeño programa semanal, lo siguiente:
“La fotografía es un recurso para el ocio, para el arte y como referente de lo que está ocurriendo. Todas estas perspectivas son atractivas. Pero una de ellas es especialmente adecuada para incorporar a los casinos un valor extraordinario en su historia.
Los investigadores de la historia, de la antropología y de la arqueología, dedican su afán a la búsqueda, organización y divulgación de datos que expliquen cómo han sido las cosas en tiempos que ya han pasado.
Pero gran parte de lo ocurrido jamás podrá ser descubierto y conocido, porque no hay huellas de ello. El tiempo y otras circunstancias han hecho desaparecer multitud de datos preciosos para una futura investigación sobre nuestro patrimonio.
Incendios, traslados, derrumbes, deterioros no evitados, … , han causado la destrucción de datos que explicaban el pasado. Y la desaparición de personas, que tenían en su memoria recuerdos que eran testimonio de sus pasadas realidades.
Los casinos son un patrimonio social y antropológico de impresionante valor (Aunque muchos se empeñen en ignorar este aspecto). Los patrimonios pueden ser materiales e inmateriales. De hecho, los organismos nacionales e internacionales mantienen esta tipología como referente para el mantenimiento y protección de valores y patrimonios que deben protegerse. Y entre estos valores, materiales e inmateriales, están los casinos.
Se puede dejar constancia de la existencia de los casinos, tanto con sus libros de actas, como con documentos impresos, digitales o visuales, que posibilitan un pasado lleno de datos riquísimos sobre la realidad actual de los casinos.
Sólo se necesita eso que llaman «voluntad política» de los responsables y de los socios, para que se convierta en realidad la construcción de un archivo fotográfico, que reseñe la existencia de nuestro casino en la forma actual, fechado y documentado con cuantos datos estimemos adecuados.
Cada casino tiene recursos propios (y baratos), para desarrollar esta labor de testimonio gráfico, de creación de bagaje de información propia, tan sólo con planificar acciones que lo permitan. No se trata de tener un reportaje riguroso de todos los Casinos de Huelva (que eso ya está hecho en el libro de dicho título), sino de tener una colección de fotografías dignas, del hoy de nuestra sociedad casinera.
Pasados los años, alguien agradecerá esta herencia y muchos se sentirán orgullos del pasado de su casino.
Los casinos también tienen historia y valores propios. Los casinos somos nosotros mismos.”
Grupo Azoteas
www.azoteas.es
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1 comentario en «Fotografía y casinos»
Una de los mejores archivos de fotografía historica de la Comarca de la Sierra la posee Santiago Glez Flores de Zufre, un excelente archivo que fué publicado en una muy pequeña parte en un libro de coleccionsta hace unos años, este señor posee además uno de los fondos documentales sobre la Provincia de Huelva más interesantes…con libros del Siglo XVI al XIX.