S. D. Sergio Cruzado se retiró hace unos días como jugador del Club Balonmano Pedro Alonso Niño de Moguer para pasar a engrosar las filas de los balonmanistas inolvidables del equipo amarillo. Más de una década siendo ejemplo de profesionalidad y espectáculo le han granjeado el cariño y admiración de compañeros de equipo, técnicos, directivos, amigos y aficionados, cuyos testimonios conforman el retrato colectivo de alguien que es un sólido referente, un zurdo de oro deja huella en la retina, un ejemplo a seguir para presentes y futuras generaciones por su liderazgo y humanidad. Cuando queda constatado que no cuesta trabajo encontrar a muchas personas que hablen bien de él, se entiende que su legado ha trascendido las pistas donde ha sido tan grande.
Comenzando por sus entrenadores, Julio Bermúdez, que fue técnico de Cruzado durante varias temporadas, tanto en la etapa de formación como en el primer equipo, recuerda que “desde siempre destacó por su superioridad física y su explosividad en el lanzamiento exterior”, además de ser “un gran trabajador y un líder desde que fue muy joven”. No dudó al afirmar que “quizás sea el mejor lateral derecho que ha tenido en su historia el PAN Moguer en sus 45 años de historia”, que además “con el paso de los años también ha sido un gran referente del trabajo táctico. Podemos decir de él también que ha sido un gran ‘central’ jugando en el lateral derecho zurdo”.
Fernando Castelló, que en dos etapas ha dirigido con éxito al PAN Moguer, subrayó que el capitán ha sido “sostén” del equipo en los últimos años. “Como jugador quiso y supo crecer. En lo físico, aún lo recuerdo con su plan de pesas y su dieta para ganar músculo cuando estudiaba en Sevilla y fue compañero de viaje en los primeros años”, detalla y añadió que “quiso crecer en todas las facetas del juego, escuchando a los compañeros y a este ‘pesado’ de entrenador. Fue un jugador que, siendo un lanzador determinante, quiso ser algo más”. Resaltó su “pundonor, entrega, sacrificio… el objeto de gran parte de los palos de las defensas rivales”.
Recalcó que “no pocas veces jugó lesionado” y que antes de la fase de ascenso a División de Honor Plata “nos debatíamos entre una operación de codo y la rehabilitación y sufrió, trabajó y, de nuevo, ganó. Fue mejor jugador de la fase de ascenso”. En lo humano, hizo hincapié en su evolución “de jugador díscolo en sus primeros años a papá con los jóvenes en estos últimos”. Añadió que “siempre está omnipresente en todas las facetas y es de una ayuda inestimable para el entrenador, colaborando, siendo crítico cuando había que serlo y, finalmente, siendo un poco entrenador, además de líder”. Como apostilla recordó que “un compañero de equipo en mi primer año en el PAN me preguntaba ¿tú crees que este zurdo, con esta cabeza…? Ya tenemos la respuesta”.
José Flores, técnico amarillo durante varias temporadas y que condujo al equipo a dos fases de ascenso, destacó del que fuera su jugador “su capacidad para asumir responsabilidades en momentos complicados y cómo se echaba el equipo a las espaldas”. También hizo referencia a su “profesionalidad a la ahora de cuidarse fuera de la pista. El trabajo físico y el cuidado de las lesiones siempre lo ha hecho todo con mucha seriedad y para mí ha sido una satisfacción muy grande trabajar con un jugador de su calidad y carisma por esa capacidad de liderazgo”. Además le deseó “suerte” en su etapa de entrenador. “Está realizando un trabajo extraordinario y seguro que la cantera de Moguer va a dar resultados en poco tiempo”, dijo.
Un gran capitán anterior a Sergio Cruzado fue Guillermo Sierra, que compartió varios años vestuario con él. “Siendo más joven que yo, ha estado en los momentos decisivos de mi carrera deportiva y ha colaborado en gran medida en alcanzar los éxitos del club”. Resaltó que ha sido “uno de los deportistas más completos del club y en los últimos años el más determinante”. Valoró que “físicamente es de los que se machacan y sabe que estando en forma todo es más fácil. Cuesta estar a un buen nivel y él sabe cuánto”. En lo personal recordó como hace unos meses “lo pasamos muy bien en su boda, donde pudimos ver de nuevo que detrás de esa pinta de serio hay un tipo al que le gusta pasarlo bien con sus amigos y en el fondo, aunque no lo aparente, todos sabemos que está un poco loco. Como le he dicho siempre, los zurdos son muy raros”.
David González ‘Cuca’, extremo sevillano que dejó huella en el club como parte del equipo del ascenso, fue durante años compañero de habitación de Sergio. Afirmó que “más que un amigo para mí es un hermano y aunque ahora estemos más distanciados le sigo queriendo como tal”. Han compartido “todo tipo de experiencias: partidos, entrenamientos, fiestas, confidencias, habitación, risas llantos, escapadas, encierros y como no, locuras. Y es que no hay nada mejor que encontrar a alguien que esté tan loco como yo”. En su nueva etapa le deseó “suerte”, aunque está seguro de que le irá “de lujo, pues la suerte es algo que le aparece a quien la busca”. Apostilló que espera que no le dé “mucha caña” a sus discípulos, aunque “hay que putearlos un poco, que eso te encanta. Estaré a un whatsapp o una llamada para lo que necesites”.
El portero de Dos Hermanas, José Francisco Martín, que disputó dos fases de ascenso con el equipo amarillo, tiene claro que su ex-compañero fue “una pieza clave en el equipo, un jugador rápido, fuerte, con muy buen lanzamiento y una buena amplitud de miras en el juego táctico. Su aportación, en el ataque sobre todo, era fundamental y sus goles marcaban la diferencia entre ganar un partido o no”. Como persona es para él “muy buen amigo. Mantenemos el contacto porque es una persona cercana y nos llevamos muy bien y la verdad que tenemos una relación muy buena. Me alegro mucho de que hayamos coincidido en el mismo tiempo y lugar”.
José Jiménez, actual pivote del Cajasur Córdoba y durante años del PAN, dijo de su ex-compañero que “no puede perder a nada que le guste”, que es “el jugador que le gustaría tener todos los equipos” y que además “te enseña a interpretar el balonmano y está haciendo muy buen trabajo en los niños”. Para él ha sido “un gran compañero de equipo y de clase durante cuatro años. Le tengo mucho aprecio al ser con quien más tiempo he compartido desde que llegué a Moguer. Se le echará de menos, aparte de sus cabreos momentáneos, y le deseo mucha suerte. Para mí fue un verdadero placer jugar a su lado y poder seguir teniendo su amistad pese a la distancia”.
Si hay una especie de heredero de Cruzado en el PAN es el extremo Dani Podadera, que aseguró que “todo lo que nos ha enseñado aquí ha sido increíble en estos cuatro años. Ojalá no se retirara. Es un grande y un referente en Moguer y siempre lo va a ser”. Para él, siendo zurdo, ha sido alguien en quien fijarse. “Destaco su liderazgo y como se echa el equipo a la espalda en cualquier momento. Tiene mucha calidad y su zurda y su salto son increíbles. Cuando él quería tenía esa autonomía para decir me echo al equipo a la espalda y lo conseguía”. Resaltó que “es un referente personal desde que llegué aquí y me ha enseñado un montón de cosas. Le doy las gracias y seguro que va a seguir aportando en el balonmano. El PAN es una familia muy grande y lo voy a tener siempre como un gran amigo”.
José Guerrero, delegado del primer equipo en las tres últimas temporadas, tiene claro que “hablar del ‘capi’ y no repetir elogios es difícil. En mi opinión ha sido y es el jugador franquicia del PAN. Ha sido el jugador más decisivo de la categoría con diferencia durante muchas temporadas. Cuando se apagaba la luz se la dabas al zurdo y todo solucionado”. En lo personal para él es “un niño grande, un gran chaval que continuará transmitiendo los valores que ha aprendido en este club a las categorías inferiores. Sin duda perdemos a un grandísimo jugador pero ganamos un gran gestor de club”.
Igual opinó el moguereño Lauro Márquez, que defendió como portero junto a Sergio Cruzado la camiseta del PAN y ahora es entrenador de porteros. Para él como jugador su compañero es “el de más potencia con el que entrené, jugué y vi. Le ganaba a Víctor Tomás en el salto”. Como persona es “trabajador, cabezota y consigue todo por lo que lucha”.
El portero de presente y futuro en Moguer es Emilio Guerrero, que ve en su compañero “el referente ofensivo del PAN durante una década. Su calidad en la pista y potencia física le hacían imparable. Tenerle en el equipo era sinónimo de empezar 8-0 los partidos, ya que te aseguraba al menos esa cifra goleadora”. Además identificó en él “un ejemplo para todos los niños, ya que ha conseguido compaginar sus estudios con el deporte, algo sobre lo que se está haciendo especial hincapié en el club”. A pesar de sus “cortocircuitos de zurdito”, le agradeció “lo bien” que se ha portado con él. “En mi primer año me ayudó a adaptarme a un vestuario, cosa que no es nada fácil. A ‘Sergi’ se le echará de menos en la pista, aunque afortunadamente estará cerca de nosotros”.
Gonzalo Álvarez es uno de los jóvenes veteranos del equipo actual y que, en ausencia de Sergio, ha ejercido de líder desde su posición de central. Considera “una suerte” compartir vestuario con el capitán. “Como ya le he dicho a él le debo mucho de lo que he aprendido en este deporte. En Moguer he crecido mucho como jugador y en gran parte es gracias a él, que me ayudaba en cada entreno a mejorar y corregir mis errores. Es y será un referente en este gran club”. Igualmente apreció sus enseñanzas a la hora de dirigir los equipos de base, dándole “pautas y consejos”. “Es mucho lo que le ha dado a este club y a mí y se lo agradezco de corazón”, resaltó el antequerano, que ve también en Cruzado “más que un compañero un amigo, que sé que cuando lo necesite va a estar ahí, como ha hecho desde que llegué”.
Cruzado tiene en el grupo de whatsapp ‘el Sanedrín’ a buenos amigos como consejeros: Enrique Sierra, Javi Ollero, Juanma Garrido y Máximo Gutiérrez. Éste último ha sido como técnico gran artífice de la reacción del equipo, que pasó de estar hundido a ser competitivo. “Sergio Cruzado es mi apoyo. Ha sido mi segundo entrenador, mi consejero en el equipo y en el club desde que es director de cantera”. Como persona apreció en él “un tío muy inteligente y con sus chispazos raros de zurdo cerrado”, y como jugador es “el único en este club que he visto que tiene un piso en el aire, donde iba a tomar café cada vez que iba a lanzar”.
Javi Ollero, ex-jugador y miembro del cuerpo técnico amarillo y ahora segundo en el Ángel Ximénez de Asobal, dejó claro que “Sergio es un inconformista-competidor, en el deporte y en la vida. Le gusta las cosas bien hechas y el perder estará hecho para otros que no son como él”. Agregó que es una persona que “enmascara al niño que lleva dentro y el amigo que puede llegar a ser si te ganas su confianza”. Expuso que es “un zurdo que ha jugado muy bien a la pelotita, aunque algunos lo dudaran. Es un capitán que echaré de menos”.
Enrique Sierra no dudó en afirmar que para él el lateral moguereño es “uno de los jugadores de mayor relevancia en la historia del PAN. Potencia, inteligencia y sobre todo amante del balonmano. Se pierde un excepcional jugador pero se gana un entrenador de futuro. Y para mí gano un gran amigo gracias al balonmano. ¡Qué grande es este deporte!”.
Juanma Garrido utilizó las letras del nombre de Sergio para definirlo como “sensible y claro y por ello se le nota perfectamente cuando esta? a gusto”, “espectacular dentro y fuera de la pista”, “responsable y trabajador y por eso sus logros como jugador y esperemos que también como entrenador”, “gracioso y liante. Cada día me sorprende más”, “imaginativo y creativo, como buen zurdo” y “obsesivo por la perfección”. A estas definiciones añadió cualidades como ser “alegre, sociable, participativo, responsable y se esfuerza en realizar su trabajo. Curiosamente es atento y a la misma vez despistadillo”. Como anécdota recordó que sea en la mesa de trabajo o en la del bar mismo “poco a poco va moviendo todas las cosas para tenerlas a su gusto y llevando un orden. Para fastidiarlo cuando me doy cuenta empiezo a cambiarlo todo”, dice Garrido, que aseguró que “perdemos a un gran jugador, pero ganamos a un gran educador”.
El mayor exponente salido de la cantera moguereña es José Manuel Sierra, todo un campeón del mundo, que aunque no ha jugado como Sergio Cruzado lo considera “un gran jugador”. “Últimamente me ha llamado para colaborar con las categorías inferiores del club y ves que es una persona muy querida por sus compañeros y por los niños con los que está trabajando ahora. Eso no se gana de un día para otro y demuestra la calidad humana que tiene”. Además resaltó de él que como coordinador de las categorías de base está haciendo “un trabajo extraordinario, siendo el mayor activo que tiene el club hoy en día” en materia de formación.
Manuel Morales, presidente en la temporada del equipo en División de Honor Plata y que trajo a Sergio de nuevo a Moguer cuando estaba en Sevilla, afirmó que se trata de un jugador “al que nuestro club tardará en olvidar. Ha marcado un antes y un después. Su constancia, su entrega y su capacidad de sacrificio deben ser un referente para nuestra cantera”. Como aficionado reconoció que “tengo que darle las gracias por los muchos momentos que nos ha hecho disfrutar viéndole soltar esa zurda después de ese salto tan impresionante. Sin duda ha sido un jugador espectáculo”.
El presidente actual, Enrique Cumbreras, expuso que ha sido “el mejor jugador de la categoría con diferencia” y que en su papel de coordinador de la cantera “su trabajo está siendo excelente. Su motivación y trabajo constante pone a prueba a la directiva continuamente, no nos deja respirar. Su entrega, nivel de exigencia hace que estemos desarrollando un proyecto deportivo ilusionante para el club”. Como persona le ve como “más que exigente, sobre todo con él mismo, pero lo mejor es que reconoce sus defectos, algo que ayuda mucho a apreciarle y apoyarle en todo lo que nos es posible. Me ha tocado la parte buena del zurdo”.
Teresa Ollero, que fue delegada y presidenta y hoy vicepresidenta del club, es otra buena amiga que ha compartido mucho con el capitán. “Después de algunos intentos de retirada, por desgracia llega la definitiva y llega junto a un descenso, quizás de la manera más triste e injusta, porque Sergio es un ganador nato”. Recordó que “en las diferentes etapas de su vida en las que he convivido y sufrido con él, he descubierto que tras ese carácter, que ha ido puliendo con los años, se esconde un corazón que no le cabe en el pecho. Su valía como jugador es incuestionable, pero mucho más como persona”.
Al respecto aclaró que “ese zurdo que ha sido capaz en la pista de meter goles imposibles, de saltar por encima de sus adversarios, de cabrear a entrenadores y compañeros, ha demostrado que lo mejor de su carácter es su compañerismo y su afán de superación”. En su opinión se ha retirado “uno de los mejores jugadores no sólo del PAN sino de la Primera Nacional, uno de los artífices del ascenso, el responsable del nuevo auge de nuestra cantera, pero sobre todo me quedo con la satisfacción de la gran amistad que nos ha dado nuestro paso por el balonmano”. Es por ello que le dice “gracias”.
Manuel Morales, fisioterapeuta y nutricionista del club, aseguró que Cruzado es “quizás el jugador con el carácter y la genética más atlética con el que haya coincidido, recto en el trabajo físico, en la readaptación de lesiones, en los cuidados alimenticios y todo ello le ha ayudado de manera clave a saborear el éxito deportivo”. Opinó que lo mismo le ocurre como persona y en su vida diaria, pues piensa que se trata de alguien con “unos pilares claros y muy bien estructurados y que conseguirá todo lo que se proponga”. Esta temporada, “al igual que para todos, ha sido dura, muy irregular, y en la que el ritmo y la constancia de la que antes hacia referencia costó mucho más llevarlos a cabo desde un principio” y aunque el final no ha sido deseado por “el triste desenlace”, Morales está convencido de que “en la memoria de los que amamos el balonmano de Moguer quedarán los cañonazos de Sergio desde el lateral como uno de los baluartes de la época más exitosa de este club”.
José Manuel Domínguez, conocido como ‘Ozewe’, es un directivo muy cercano a la pista. No dudó en afirmar que deportivamente Cruzado “ha sido la referencia ofensiva del club de los últimos 10 años, un jugador de categoría superior, que ha podido disfrutar el PAN. Es potencia física con una zurda de oro”. Personalmente ve en él “un tío que ha madurado muchísimo en el club. Persistente en el trabajo, amante del deporte, con los objetivos claros y en el que se puede depositar la confianza”.
En un círculo de amistad especial, mantenida desde la infancia durante muchos años, se encuentra María Romero, que ha fotografiado y filmado las acciones más espectaculares del capitán. “Se ha ido como sólo se van los grandes, con el público en pie. Le he visto gritar de alegría, también de dolor, abrazar a los suyos para celebrar que se cumple un sueño o porque se sufre un mazazo”. Recordó que conoció a un niño que “no paraba de imaginar travesuras, ¡tantas!, para convertirse en un hombre de los pies a la cabeza, pero que nunca dejó de ser mi gran amigo, mi gran apoyo”.
Recalcó de él que ha defendido “como nadie” el escudo que “siempre lleva cerca del corazón, con su sangre amarilla y azul y con su casa en el Zenobia. Es el esfuerzo, sacrificio, lealtad y amor incondicional a unos colores que durante meses dejó de llevar en la camiseta pero que nunca se desprendieron de él y su vuelta la deseábamos como agua de mayo”. Afirmó que “desde hace veinte años le he visto recorrer tantas pistas de esas que te despellejaban las rodillas como pabellones con cientos de localidades. Es obvio que tu hueco será difícil de llenar en lo deportivo y en lo personal. Ha llegado a ser fundamental en el vestuario por su constancia y buen hacer a lo largo de tantos años”. “Siempre te estaré agradecida por todo”, le interpeló.