Mari Paz Díaz. Enclavada a orillas del río Chanza, la ciudad hispanorromana de Turobriga, en Aroche, es uno de los espacios arqueológicos onubenses más atractivos, dado que es el único lugar de esta tipología visitable en la provincia de Huelva. En concreto, este yacimiento data del siglo I d.C., teniendo su declive en el siglo III d.C., no volviendo a ser ocupado hasta época medieval, con la construcción de la ermita de San Mamés, que además de lugar de culto funcionó como área funeraria. Su descubrimiento científico data de los años 70, a través de los trabajos de José María Luzón Nogué. Está inscrito como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2008.
La existencia de este yacimiento puede enmarcarse dentro de la romanización de la zona de Aroche, siendo citada en la Naturalis Historia de C. Plinio como oppidum de la Baeturia Celtica, en el Conventus Hispalensis. Entre los elementos más significativos del yacimiento se encuentran el forum de la ciudad y las termas, un edificio construido en la parte más alta de la ciudad. Todo ello sin olvidar un gran edificio cuadrangular descubierto, que ha sido identificado como un Campus Martius, consagrado a Marte. Atractivos más que suficientes para atraer cada vez a un mayor número de personas. Es más, para difundir el enclave, se ha institucionalizado el Festival de Diana, cuya tercera edición se celebró el pasado mes de agosto de 2016. Sin ir más lejos, el pasado año visitaron este yacimiento más de 12.000 personas, estando previsto un incremento en esta cifra ante la puesta en valor de otros vestigios.
Así sucederá dentro de un mes, cuando se abran al público los restos de una nueva vivienda romana, que fue descubierta en el año 2004, aunque no ha sido hasta ahora, en 2017, cuando se ha podido investigar y poner en valor, tras los trabajos llevados a cabo en el marco de una nueva investigación arqueológica. Un proyecto que se puso en marcha en 2015 con un plazo de ejecución de seis años, desarrollado conjuntamente entre el Ayuntamiento de Aroche y la Universidad de Huelva bajo la dirección del arqueólogo onubense Javier Bermejo y de Nieves Medina, arqueóloga municipal. Según revela el propio Bermejo, «mi papel es encargarme de la dirección científica de los trabajos, mientras que el Ayuntamiento de Aroche se dedica a la conservación y puesta en valor. Un binomio de colaboración que está posibilitando que el yacimiento esté en un estado excepcional, lo que se traduce en el hecho de que el número de vistas cada vez sea más importante«.
En concreto, las excavaciones se han desarrollado en la llamada Casa de la Columna. «Es cierto que anteriormente se había trabajado en la zona del patio y en las habitaciones de esta vivienda, pero sólo se conocía de forma parcial, sobre todo, su planta. Así que en esta segunda actividad del proyecto se planteó la actuación de la Casa de la Columna como una prioridad, de ahí que se haya llevado a cabo la excavación en esta zona y esto haya permitido perfectamente conocer la planta de la casa», nos concreta Javier Bermejo.
La apertura de la Casa de la Columna viene a completar la oferta para el público del área doméstico-residencial del yacimiento, donde destaca la conocida Casa Norte, hasta ahora, la única vivienda de Arucci/Turobriga de la que se conocía su planta, que ahora se completa con la planta de esta casa. Hay que recordar que la Casa Norte es un edificio rectangular, que ocupa una manzana completa, articulada en torno a un atrio o patio central, desde el cual se accede a todas las habitaciones, destinadas a comedor (triclinium), dormitorios (cubiculum) o cocina (culina), sin olvidar dos tabernae o tiendas de acceso independiente desde la calle principal. Este área del yacimiento se hizo muy conocida hace unos años debido a que en su interior se hallaron 376 monedas de plata, denarios romanos que reposaban en una pequeña olla, encontrados fruto de una campaña arqueológica realizada en 2014, un descubrimiento de enorme valor.
La Casa de la Columna es de menores dimensiones a la Casa Norte, siendo una vivienda pequeña en la que se han planteado diferentes fases de ocupación. La primera de ellas se funda en el siglo I d. C. y perdura hasta el siglo III d. C. Entre sus peculiaridades más llamativas se encuentra el hecho de que en esa última fase de ocupación aparece la instalación de un horno de cal, así como la transformación de las habitaciones en almacenes de mármoles y otros enseres constructivos destinados al aprovechamiento de material de la ciudad, respondiendo así al momento tardío de la ciudad.
Entre los descubrimientos realizados en esta nueva fase de excavación también se ha encontrado la aparición de una calle porticada, con pilares, que, según Bermejo, «revelan la existencia de un pórtico en la zona para protegerse de la lluvia y el sol, un área que no se conocía con tanta certeza como hasta ahora». Así mismo, también han aparecido muchos materiales, que se encuentran todavía en fase de estudio, como pueden ser herramientas del campo, como rastrillos, cucharas e, incluso, una tinaja con restos de cal para la venta.
Otra línea de actividad de estos nuevos trabajos arqueológicos se ha dirigido a realizar otra prospección geofísica, realizada con georadar en diferentes puntos del yacimiento, tanto al norte como al sur, que ha tenido el objetivo de detectar nuevas áreas con restos. Un estudio que ha dado lugar a unos resultados muy llamativos, por cuanto «en la zona norte de la ciudad se ha revelado la existencia de gran parte de la necrópolis, donde se documentan hasta cinco recintos funerarios, así como numerosos puntos que indican la posibilidad de cerramientos y nuevas complementaciones en el campus urbano. Por su parte, en el sur, se ha podido delimitar la planta de la terma», comenta el director del proyecto, que se muestra muy satisfecho con estos hallazgos, puesto que «esperábamos encontrar nuevos datos, pero no que fueran tan sorprendentes como los que nos ha revelado esta prospección, porque es increíble la cantidad de estructuras que están aún enterradas en Arucci«. Todo ello revela una monumentalidad muy importante en el área de la necrópolis, lo que es indicativo de la riqueza económica de la población de la antigua Aroche y, por tanto, su importancia dentro del mundo romano.
Son algunas de las conclusiones de esta campaña arqueológica de investigación, que finalizará en un par de semanas, si bien, continuará en el futuro, porque la idea es que durante el próximo año se estudien los materiales, los planos de geofísica y se analice la posibilidad de encontrar nuevos restos. Una cuestión de enorme interés que puede dar lugar a muy buenos resultados, como ha sucedido ahora con la futura apertura al público de la Casa de la Columna.
En total, en esta campaña han estado trabajando nueve arqueólogos, incluida la arqueóloga municipal, Nieves Medina, y, el resto, de la Onubense, así como otro tanto de obreros, que han sido facilitados por el Ayuntamiento de Aroche, sin olvidar varios estudiantes de la Licenciatura de Historia de la Universidad de Huelva, que han colaborado en este proyecto, al ser un campo de formación.
Datos que cuentan con un enorme interés. Y, de hecho, Javier Bermejo ofrecerá el próximo miércoles 17 de mayo una conferencia en el Museo de Huelva, en el marco de la ‘Pieza del Mes’, donde analizará un tema diferente, pero no por ello menos relevante, al centrarse en un conjunto de bronces jurídicos de la época romana conservados en el Museo de Huelva, que contiene leyes municipales y diplomas militares. Una charla en la que este arqueólogo mostrará al público la singularidad de esta colección tan llamativa, de ahí que el propio Bermejo, para finalizar, se queda con este mensaje: «animo a la gente a que nos acompañen en esta nueva cita con el Museo de Huelva».