A.R.E. Vivimos en un mundo acelerado, en el que a veces es casi imposible parar para disfrutar del camino. Corremos sin saber muy bien hacia dónde, a veces con el deseo de poder parar un tiempo que se nos escapa para poder reflexionar. Pero lo peor de todo, es que ese ritmo, esa manera de vivir a trompicones, se la estamos inculcando a las nuevas generaciones, no siendo éste precisamente el mejor legado.
La ilustradora onubense Desirée Acevedo se dio cuenta de esto cuando se quedó embarazada. Su mundo dio entonces un giró y empezó a plantearse muchas cosas, encontrando su verdadero camino es ese lapso que le regaló la maternidad. «Decidí trabajar desde casa para estar con mi bebé, y así llegué a lo que realmente quería hacer: escribir e ilustrar cuentos«, afirma la profesional.
Desirée, natural de Huelva capital, había hecho la Diplomatura en Magisterio, aunque ya desde pequeña lo que realmente le encantaba y hacía feliz era dibujar. Por eso, decidió echar toda la carne en el asador y apostar por conseguir sus sueños. Cuando se mudó a Sevilla, hace cinco años, comenzó a pintar por encargo e hizo varios cursos de ilustración en La Galería Roja.
De hecho, fue tras realizar un curso sobre el proceso creativo del álbum ilustrado impartido por Raquel Díaz Reguera, cuando supo que justo aquello era lo que quería. «No era un camino fácil, pero yo siempre he creído que la constancia y el amor que se le ponen a las cosas dan sus frutos«, reconoce Acevedo.
Y así ha sido. Gracias a localizar finalmente qué era lo que deseaba hacer y a reflexionar sobre su planteamiento vital tras quedarse embarazada, nació Awi y el mar (Metáfora Ediciones), un cuento infantil ilustrado con el que la autora introduce a los niños en la necesidad de disfrutar del día a día y en la enseñanza de valores.
Se trata del primer álbum ilustrado que la onubense ha publicado -tiene otros tres terminados- y que ya ha presentado en Sevilla y Cádiz. El 5 de mayo lo hará en la librería Puzzle en Lepe y el 6 en La Dama Culta en Huelva. También pasará en los próximos meses por Córdoba y otros enclaves, pues su objetivo es visitar cada provincia andaluza.
Hablamos con la autora para conocer cómo se gestó Awi y el mar:
– Desirée ¿qué te ha animado a sacar tu primera publicación?
– Muchas cosas. Tanto mis ganas de vivir de lo que me gusta, como mi maternidad, han sido dos pilares fuertes para que tomara estas decisiones. Es mi primer libro y espero que no sea el último, donde voy, Awi es bienvenida y atrapa a los peques, eso es una gran recompensa para mí después de todo el trabajo que tiene hacer un álbum ilustrado.
– ¿Siempre te gustó el dibujo y escribir o es una afición que has ido adquiriendo con los años?
– Siempre me gustó. No recuerdo mi infancia sin un lápiz en la mano. Cuando comencé a leer más, porque en mi casa había muchos libros a mi alcance, me animé con la escritura. Escribía relatos, poemas y canciones, me fascinaba hacer ambas cosas.
– ¿Por qué un libro infantil?
– De esto podría escribir un artículo completo. Hay varias cosas que me animaron. Los libros infantiles son muy importantes, yo ya los compraba antes de ser madre porque, en su conjunto, son una obra de arte. Otro factor es que estos libros serán los que hagan a buenos lectores el día de mañana. Son sus primeras lecturas, por lo que deben ser libros divertidos, y dentro de esa diversión, que haya algo que aprender siempre. Si tienes la costumbre de leer con tus hijos, y les gusta, es muy probable que cuando vayan creciendo y en casa vean el hábito de leer, ellos crezcan leyendo. A mí me pasó así, por eso creo que es necesario que en casa haya una pequeña biblioteca para toda la familia. Por último, y lo más importante que me animó a crear estos libros, fue mi hijo Hani. Quería contarle cuentos inventados por mí, pero finalmente decidí compartirlos con el mundo.
– ¿A niños de qué edades va dirigido?
– Ésta es una pregunta curiosa, porque como he dicho yo compraba ya libros infantiles siendo una persona adulta, y me consta que hay más personas mayores de 18 años que los compran, conozco a muchos y a muchas que lo hacen.
Pero si me centro en la pregunta, diría que entre dos y siete años, aunque hay lectores de ocho y nueve que también disfrutan con Awi.
– Háblanos de Awi y el mar.
– Quería transmitir una idea simple pero a la vez compleja. Hay una frase en el libro que resume muy bien su mensaje «Lo más importante del destino es lo que vives en el camino». Awi y el mar es una crítica a las prisas que hoy día tenemos, a los objetivos que nos fijamos sin mirar todo lo que nos perdemos durante el trayecto. Awi es una gota de lluvia casi idéntica al resto, pero tiene algo que la hace única: nunca ha caído en el mar. Y como todas las demás gotas le cuentan maravillas del océano, ella desea con todas sus fuerzas caer en él. Varias veces llueve durante la historia, y cae en distintos lugares también preciosos, pero no los valora porque ella sólo quiere caer en el mar.
Como todo cuento infantil tiene final feliz, pero hace algo muy importante: aprende a vivir.
– ¿Cómo se te ocurrió esta historia?
– Añoro el mar de Huelva, es de las cosas que más echo de menos, y tenía que estar presente en la historia. El agua en general es un tema que me encanta, quizás en otra vida fui un pez o una gamba, ¡quién sabe! Así que, elegida la temática, escogí las gotas de lluvia, que también hacen el ciclo del agua tan difícil de entender por los peques, se unieron todos estos factores y nació Awi.
– ¿Quiénes son los compañeros de aventuras de Awi?
– Awi tiene muchas amigas gotitas, pero en el camino se encuentra con una flor, un caracol y un pájaro. Todos le enseñan algo importante a nuestra protagonista.
– ¿Qué valores enseña Awi a los niños?
– Awi enseña a tener paciencia, a ir sin prisa y disfrutar de la vida. Enseña que el tiempo pone todo en su sitio y hay que estar tranquilo.
– ¿Habrá más historias de Awi o tienes otros personas o libros en mente?
– Puede haberlas, aunque ahora mismo estoy con otros proyectos. Ahora estoy acabando un álbum ilustrado para adultos que se llama 53 pecas y estoy con otro álbum ilustrado infantil llamado La cazadora de estrellas fugaces. También llevo un año escribiendo una novela ilustrada, El cuaderno perdido de Raquel Montaner, que aún tiene mucho trabajo por delante, pero va viento en popa. Además, estoy ilustrando dos textos de otros autores, uno de Carlos Arribas y otro de José Carlos Román.
– ¿Qué hay de Awi en Desirée y viceversa?
– Voy a contar un secreto: Awi soy yo. Siempre me tomaba la vida con prisas, me marcaba objetivos e iba a por ellos concentrada, sin mirar a los lados. Por esto me perdí muchas cosas que debía haber vivido. Me parece tan importante aprender a vivir y disfrutar de lo que te brinda el mundo, que quería reflejarlo en un cuento.
– ¿Cuál era tu objetivo con Awi?
– Mi objetivo era que se publicara, verlo en formato físico y palparlo. Ése es un momento maravilloso, pero cuando ya ves el resultado, que tiene buena acogida y que los peques disfrutan tanto con el cuento, todo el esfuerzo vale la pena.
– Has presentado a Awi en centros educativos. ¿Cómo han reaccionado los niños?
– Lo he presentado en un centro educativo, el CEIP Jardines del Valle (Sevilla), aunque estoy programando más visitas a otros centros, tanto colegios como guarderías. Los niños han reaccionado genial, hemos pasado un rato muy especial entre todos. Awi les gusta. Los dibujos que hacen cuando inventan gotitas son espectaculares. Cuando salí del cole simplemente sonreía, era imposible no sonreír.
– Si deseas añadir algo más Desirée…
– Deseo añadir una cosa muy importante: hay que regalar cultura en general, no sólo libros. Llevemos a nuestros hijos a cuentacuentos, teatros… a actividades culturales en general. Tenemos que darles herramientas para que abran sus mentes y sean críticos, que conozcan y encuentren su camino en el mundo. Y por último, que si alguien decide regalar Awi, le mando un GRACIAS, así, en mayúsculas, porque sólo de esa manera podré seguir creando libros.
El libro ilustrado de Desirée Acevedo está disponible en Amazon, en La Dama Culta en Huelva, y en varios puntos de Sevilla: Rayuela, Metáforas, Librería San Marcos, Un Gato en Bicicleta, Mamafante y Papaposa y Casa Tomada.