Redacción. Magnífico acto el vivido en la tarde ayer en la Casa de la Hermandad del Rocío de Huelva, en una Capilla a rebosar en la que se había instalado al efecto una Cruz con sudario, flanqueada por sendos candeleros, y perfumada de incienso, en la que el exaltador, José Antonio Vieira, supo ensalzar y poner en valor la Saeta con su elegante prosa y bellos versos.
La cantaora, Regina, deleitó a los presentes con su dominio de la oración cantada, interpretando tres majestuosas saetas que hicieron vibrar a los Hermanos, demostrando el altísimo nivel que atesora en dicho cante. Y a esto se sumó el solemne acompañamiento musical del Trío de Capilla de la Banda de Música de Ntra. Sra. De la Consolación, ejecutando diversas piezas musicales con gran maestría.
Tras la presentación del exaltador por parte del Presidente, en el que hizo una breve reseña de su amplio currículum en estas lides, y una brillante interpretación del Ave María de Caccini por parte del Trío de Capilla, tomó la palabra José Antonio Vieira.
Perfectamente estructurado en tres bloques, en los que exaltador, saetera y Trio de Capilla fueron intercalando sus intervenciones dándole especial dinamismo y fluidez al acto, Vieira comenzó haciendo un breve repaso histórico por los orígenes y el desarrollo de la Saeta, haciendo mención de algunos de los primeros que interpretaron este difícil palo del flamenco y su evolución hasta llegar a nuestros días.
En los siguientes bloques, el exaltador recorrió los lugares destacados de nuestra ciudad en los que históricamente la Saeta tuvo especial protagonismo en nuestra Semana Santa, destacando el Altillo de Jesús de la Pasión y el Barrio San Sebastián, la Calle Miguel Redondo, el Barrio Obrero, y el Comercial.
A su paso, Vieira quiso homenajear a algunos de los grandes saeteros y saeteras que ha dado nuestra tierra, y a su vez, poner en valor la actual hornada de buenos cantaores y cantaoras que cada Semana Santa siguen poniendo voz a este rezo cantado tan típico de nuestra tierra.
Y entre tanto, Regina nos sedujo con el poderío y la dulzura de su voz, interpretando tres saetas de diversos estilos, como la Saeta por Carcelera, que estuvieron dirigidas a Nuestro Padre Jesús de la Pasión, Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Esperanza.
Cabe destacar la gran afluencia de Hermanas de la Hermandad que quisieron sumarse al acto ataviadas con la mantilla que, flanqueando la capilla a ambos lados, ofrecían una instantánea de gran belleza.