Redacción. La Concejalía de Educación del Ayuntamiento de La Palma, dentro de la conmemoración del Año Cervantino en el que está inmersa la ciudad, ha puesto en marcha una iniciativa muy singular que consiste en reescribir El Quijote por parte de todos los ciudadanos que lo deseen. Será una transcripción de los primeros 52 capítulos
Esta actividad ya se ha iniciado y lo ha hecho la corporación municipal que ha comenzado, como no pude ser de otra manera, con el primer capítulo. Así el alcalde, Manuel García Félix, es el que ha dado el pistoletazo de salida a este manuscrito con el tan popular “En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme….” Ahora todos los ciudadano que lo deseen podrán continuar esta obra universal de Cervantes.
Los capítulos han sido fragmentados para que los ciudadanos elijan el párrafo que quiera reescribir. Muchos de estos fragmentos serán llevados a los centros escolares para que los estudiantes también participen en el mismo. Los infantiles podrán participar elaborando dibujos que formen parte de esta edición, porque además no sólo se pide que se reescriba sino que los que tengan habilidades dibujando pueden ayudar a ilustrar esos capítulos.
Todo el que desee participar deberá acudir la Biblioteca Municipal Manuel Siurot en horario de nueve y media de la mañana a una y media de la tarde. O de cuatro a ocho de la tarde.
Esta actividad se va a desarrollar durante todo este año. Al final quedará un ejemplar del Quijote realizado por todo el pueblo de La Palma, de su puño y letra. La edición palmerina del Quijote.
El concejal de Educación, Carlos Soriano, ha dicho que el resultado será un libro que ha emanado de las manos de todos los palmerinos.
El alcalde, Manuel García Félix, ha manifestado que El Quijote es el libro más social que existe, el más publicado después de La Biblia, y que “reescribiéndolo de forma manual, con la aportación de todos los palmerinos, ese carácter de social y convivencial se acentuará aun más”. El alcalde ha añadido que la aportación de todos supondrá “tener un Quijote hecho a mano, elaborado a pulso, que cuando se ejecute en su integridad tengamos como resultado un libro hecho por todos los palmerinos”.