Mari Paz Díaz. Cuando pensamos en los científicos e investigadores de Estados Unidos nos imaginamos a personalidades muy ajenas a nosotros, cerebros privilegiados a los que, en muchos casos, les debemos algunos de los grandes avances de nuestro tiempo. Por eso, cuando comprobamos que algunos de estos estudiosos pueden ser muy cercanos, nos sorprende. Y mucho. Así sucede con Eloy Bejarano Fernández, un onubense nacido en Galaroza hace 37 años, cuyo ejemplo y profesionalidad son dignos de reconocimiento.
La trayectoria de más de quince años de formación e investigación de este prestigioso biólogo celular y molecular se inició tras licenciarse en Ciencias Biológicas por la Universidad de Sevilla en el año 2002. Ya entonces tenía claro que quería continuar su carrera profesional investigando. Y lo consiguió. Lo logró a través de una beca del Ministerio de Ciencia y Tecnología, con la que pudo unirse al Departamento de Biología Celular de la Facultad de Biología, donde estuvo cinco años hasta defender su tesis doctoral, dentro del programa de Biología Celular y Molecular, en octubre 2007.
El doctorado fue un punto de inflexión, porque, poco después, se marchó casi un año a París a trabajar al Instituto Curie, uno de los centros líderes en Biología Celular y Oncología, en el que desarrolló un proyecto de bioinformatica. Así hasta que en julio de 2008 se fue a New York, al Albert Einstein College of Medicine, una prestigiosa academia de investigación estadounidense.
Y, desde allí, hace un año, se mudó a Boston para trabajar en un Centro de Investigación de Nutrición Humana sobre el Envejecimiento (HNRCA), considerado el principal organismo del mundo destinado al estudio de la relación entre nutrición y envejecimiento. Una experiencia que Bejarano Fernández ha querido contarnos a través de esta entrevista en la que nos muestra el trabajo que está desarrollando en Estados Unidos, pero también nos narra cómo recuerda su tierra, Huelva, a la que le gustaría volver.
-¿Cómo surge su interés por la biología y la investigación?
-Temprano, muy temprano. Podría decir que ya en mis primeros años de EGB sentí la vocación por la Biología. Creo que le debo gran parte de esa vocación a Don Emilio Beneyto y a Don Rafael Galán, excelentes docentes en el colegio y en el instituto, respectivamente, que me enseñaron a entender la biología y que me motivaron para seguir por este camino.
-Tras una intensa actividad formativa, ¿cómo le surgió la oportunidad de marcharse a Estados Unidos?
-Me encontraba trabajando en el Instituto Curie (París) en 2008 cuando decidí que quería ganar experiencia en el campo del envejecimiento. Allí, en París, tuve la oportunidad de entrevistarme con una líder en el campo, con la Dra. Ana María Cuervo, que estaba buscando a alguien con mi perfil para reforzar su laboratorio. Ella me ofreció unirme a su grupo en el Albert Einstein College of Medicine de New York. Y unos meses después estaba rumbo a Estados Unidos.
-¿Cuál es el balance de esta experiencia?
-Extremadamente positiva. No todos los días tiene uno la oportunidad de trabajar a las órdenes de una de las mayores expertas en el mundo y, por cierto, española. A nivel laboral fue muy productivo, sin duda, pero también lo fue a nivel personal. Dicho laboratorio era y es muy prestigioso, con la presencia de miembros de diferentes países -Japón, India, Rusia, Brasil, Dinamarca, Italia, Chile, USA, etcétera-, lo que me ayudó a entender diferentes formas de pensar y actuar. Y vivir en New York también fue una maravillosa aventura.
-Tras Nueva York, desde hace un año, se encuentra en Boston.
-Sí. Hace un año me trasladé a Boston, donde me ofrecieron una posición de investigador en un Centro de Investigación sobre Nutrición Humana en Envejecimiento -en el Jean Mayer Human Nutrition Research Center on Aging (HNRCA)-, donde estoy trabajando en diferentes aspectos de la nutrición y las enfermedades relacionadas con la pérdida de visión.
-¿Cuál es su labor?
-Mi investigación pertenece al campo de la biología celular y molecular, tratando de identificar cómo diferentes tipos de azúcares que tomamos en nuestras dietas pueden ser más o menos beneficiosos. En concreto, buscamos modificar mecanismos moleculares implicados en el mantenimiento de la funcionalidad de la retina. Estos mecanismos pierden ‘efectividad’ cuando envejecemos y es una de las causas a nivel molecular de la pérdida de visión.
La idea es prevenir o retrasar dichas enfermedades. ¿Cómo? Mediante una dieta saludable. Por ello, en este centro investigamos para definir qué dietas son más beneficiosas para un envejecer con éxito.
-¿Tiene algún otro proyecto para el futuro?
-Ahora mismo estoy totalmente centrado en la investigación y los proyectos futuros dependerán de los resultados que obtengamos. La investigación que hacemos hoy nos muestra los pasos a seguir. No depende de mí.
-¿Algún sueño?
-Volver. El sueño del que se marcha siempre es volver. Sin embargo, hasta ahora, no se han dado unas mínimas condiciones para pensar en mi vuelta.
-Hablemos de Huelva. ¿Qué es lo que más echa de menos de su tierra?
-Familia y amigos es lo que más echo de menos. Pero también nuestra forma de pensar y vivir. Y yo, que soy de la Sierra de Aracena, echo mucho de menos el otoño, las setas y el mosto, unas buenas carnes de cerdo ibérico en la candela, rodeado de buenos amigos hasta que llegue el alba, y se acabe cantando por fandangos (risas). Se echa de menos simplemente LA TIERRA, CON MAYUSCULAS.
-¿Cómo se siente un serrano en EEUU?
-Lejos, aquí nos sentimos lejos. Y triste por no poder regresar y ver que los mejores años de mi vida profesional se los estoy dando a otro país, al que estoy muy agradecido, pero que no es el mío, aunque ya he pasado aquí casi una década.
1 comentario en «El biólogo onubense Eloy Bejarano investiga en un prestigioso centro de Boston cómo afecta nuestra alimentación al envejecimiento»
TRISTE QUE LA INVERSIÓN EN CONOCIMIENTO QUE HACE ESPAÑA SE REGALE DESPUÉS A OTROS PAÍSES. LOS FORMAMOS Y NO LOS APROVECHAMOS, POR CORTEDAD DE MIRAS DEL GOBIERNO Y ESCASA TRADICIÓN DE APOYO AL RESPECTO DE LAS EMPRESAS Y FALTA DE INCENTIVOS