Redacción. El Ayuntamiento de Huelva, a través de la Concejalía de Urbanismo y Patrimonio Municipal, exigirá a los propietarios del número 4 de la calle Palacio el mantenimiento de la fachada, a pesar de que el Consistorio se ve obligado a reiniciar el caducado expediente de ruina de este edificio, “que presenta graves daños estructurales, con carácter irreversible”.
En estos términos, el concejal del ramo, Manuel Gómez Márquez, ha explicado que “tras tantos años de desacuerdo entre los titulares del inmueble y la anterior corporación municipal, este edificio histórico ha sufrido un deterioro que fuerza su declaración de ruina”.
“No obstante -ha señalado el edil- al tratarse de una construcción inscrita en el Catálogo de Edificios Protegidos del Casco Histórico de Huelva, la propiedad está obligada a conservar y rehabilitar la fachada de estilo regionalista-neomudéjar, obra del arquitecto Francisco Monís que data del año 1906”.
En palabras del concejal, “nuestra obligación ineludible como Ayuntamiento es velar por la protección del patrimonio y la recuperación de todo lo recuperable. No podemos invertir el tiempo y evitar tantos años de abandono, pero con independencia de la declaración de ruina, la parte más emblemática y singular del edificio, su fachada, se debe mantener como elemento señero en la trama peatonal del centro histórico de la ciudad. Ya se ha dejado pasar demasiado tiempo, consumido en el conflicto con los propietarios, que están, a su vez, en desacuerdo entre ellos, y todos debemos ser corresponsables para proteger este importante seña de identidad de la arquitectura residencial onubense de principios del siglo XX”.
Los azulejos de la farmacia de la calle Concepción. Por otra parte, habida cuenta de que en el número 4-D de la calle Concepción -pese al requerimiento anunciado la semana pasada por el Ayuntamiento- los azulejos de la histórica farmacia se han visto afectados por el anclaje de los andamios, el Consistorio exige a los propietarios la reparación inmediata de los posibles daños causados en unos elementos singulares del siglo XIX que, al igual que toda la fachada, van a ser catalogados para su protección, como ya se anunció.