HBN. Se expresa sobre la felicidad con la franqueza de su generosa sonrisa. Ana María Gutierrez Álvarez, dentista que recala en Huelva hace veinte años, justo cuando inició sus estudios universitarios en Sevilla. La ruleta de la vida la trajo aquí cuando su padre llegó destinado tras un amplio periplo que para ella se inició en Ceuta, donde nació hace treinta y ocho primaveras. Se considera afincada en Huelva por amada elección. Arraigada con un hijo de cuatro años y afianzada su posición en el mapa consiguiendo, incluso, que su marido natural de Bilbao ya tenga carnet del Recre.
Onubense se adopción y de corazón por tanto, con voz dulce y segura, Ana admite el sentido de la celebración del Día Internacional de la Felicidad, porque, ‘al fin y al cabo, es lo que todos buscamos‘, aunque matiza que ‘lo adecuado sería que todos los días se conmemorase esta búsqueda’, que cada día del año se hiciese patente.
Su definición personal de la felicidad se sustenta en el alcance de pequeñas cosas -aparentemente pequeñas, pero realmente grandes- como ‘pasar tiempo con la familia, con los amigos, disfrutar del entorno’ -de nuestro maravilloso entorno-. Piensa que la felicidad se encuentra en el propio recorrido de su búsqueda.
Le preguntamos si cree que la felicidad es una cuestión de expectativas. Ana cree que si, ‘porque cada uno se crea sus propias expectativas‘. Ella personalmente se establece metas alcanzables pero afirma que hay gente que le rodea que se crea expectativas que conducen a la infelicidad o a menos felicidad. En el trabajo en general, nuestra protagonista entiende que ‘hay que buscar la felicidad, hay que intentar hacer algo que a uno le guste‘ porque el tiempo que normalmente se destina a trabajar es muy amplio.
En la actividad de clínica dental que ella desarrolla junto al equipo que dirige, Ana confiesa que le aporta mucho en su felicidad. Con su trabajo en Stylo Clínica Dental, intenta ‘conseguir que los pacientes recuperen la sonrisa‘, y cuando realizada la tarea regresa a su casa lo hace con inmensa satisfacción al alcanzar ese objetivo. Le hace feliz, por ejemplo, que ‘un anciano que tenga problemas para comer tras su intervención pueda desarrollar una vida normal; o que alguien que antes escondía su sonrisa, una vez tratada en su clínica pueda mostrarla con confianza y satisfacción‘.
Tiene muy claro, y se lo transmite a sus colaboradoras, que el trato personal es fundamental, máxime cuando los pacientes con sus distintos problemas lo natural es que lleguen nerviosos a ser atendidos por el dentista. ‘Podemos contribuir a la felicidad de los demás con acciones que no suponen esfuerzo, con un gesto, con una sonrisa’.
En ese sentido, nos indica que estar al día en las técnicas más avanzadas para atender a sus clientes también le hace feliz, en la medida de que optimiza los resultados de sus tratamientos y, en definitiva, contribuye a la felicidad de sus pacientes.
Cuando le preguntamos por algún momento de felicidad especial que haya vivido en el desarrollo de su trabajo, Ana nos cuenta con entusiasmo que es precisamente ahora cuando se siente en su mejor momento profesional. En paralelo o, quizá, precisamente por ello, está poniendo a punto unas nuevas instalaciones para la clínica que han sido el sueño por alcanzar durante muchos años y que ahora, a dos o tres meses de su culminación, está a punto de cumplir.
Muchas felicidades, Ana, y que tus sueños sigan haciéndose realidad.