Mari Paz Díaz. No por ser un hecho conocido debe olvidarse la importancia de la Necrópolis de La Joya, considerado uno de los yacimientos más espectaculares de la Península Ibérica. Situado en pleno corazón del centro urbano de Huelva, este conjunto arqueológico tartésico, enmarcado en el período Orientalizante, abarca una etapa cronológica situada entre finales del siglo VIII y la segunda mitad del siglo VI a. C. Un espacio que, debido a la profusión de elementos hallados, está considerado uno de los enclaves más importantes para el estudio del mundo tartésico, siendo el mejor ejemplo del proceso de mestizaje entre el mundo indígena tartesio y la posterior aportación de los fenicios, que se asentaron desde el siglo IX a. C. en el solar donde hoy se levanta Huelva y cuyos restos son testimonio de la temprana presencia de los pueblos mediterráneos en el suroeste peninsular.
Una necrópolis, con un total de 19 tumbas excavadas, que fueron estudiadas en los años sesenta y setenta por el arqueólogo Juan Pedro Garrido Roiz, cuyo equipo pudo comprobar cómo en esta zona predominaron las incineraciones sobre las inhumaciones, destacando varias ‘tumbas principescas’, en las que se encontraron numerosos objetos rituales de bronce, oro, plata, marfil, alabastro y cerámica, en su mayoría de raigambre oriental, que conviven con materiales de origen indígena, como es el caso de cerámicas a mano. Unos elementos conservados en el Museo de Huelva, que evidencian la calidad de estos ajuares funerarios, prueba de la próspera economía onubense, basada en las relaciones entre Iberia y el Próximo Oriente mediterráneo, teniendo como focos principales la isla de Chipre y la ciudad de Tiro.
Para dejar constancia de la trascendencia de las piezas arqueológicas recuperadas en este yacimiento arqueológico de Huelva tan sólo hay que recordar que algunos de estos objetos fueron expuestos recientemente en el Museo Metropolitano de Nueva York, donde permanecieron durante cuatro meses con motivo de la exposición ‘De Asiria a Iberia en los albores de la Era Clásica’, sobre la evolución de las principales civilizaciones en el I Milenio a. C., en cuyo discurso los dos jarros de Huelva jugaron un papel determinante. Una exhibición que concitó un enorme interés, recibiendo la visita de 143.641 personas de todo el mundo. En concreto, en Nueva York se mostraron dos jarros zoomorfos de bronce hallados en esta Necrópolis de La Joya, uno zoomorfo de la tumba nº 18 y otro con decoración floral de la tumba nº 17.
Sin embargo, a pesar de la enorme importancia histórica este yacimiento arqueológico onubense, hasta ahora, nunca se había estudiado de forma global, sino que sólo había sido objeto de investigaciones parciales, no existiendo ninguna publicación de todo lo que significa esta necrópolis. Una cuestión que parece impensable, pero, realmente, desde las excavaciones del arqueólogo Pedro Garrido de los años setenta no se ha hecho nada en este sentido, a excepción de pequeñas intervenciones que se llevaron a cabo en los años noventa. Una situación a la que ahora se le ha puesto solución a través de un proyecto inédito que se está desarrollando en la Universidad de Huelva, que pretende dar a conocer mucha información oculta con la finalidad de poner en valor esta Necrópolis de La Joya.
Una ambiciosa iniciativa a la que se ha sumado el catedrático de Arqueología de la Universidad de La Laguna (Tenerife), Antonio Tejera Gaspar, que, recientemente, estuvo en Huelva para ofrecer en el Museo la conferencia ‘La necrópolis de La Joya: descubrir lo descubierto’. Tejera, una de las voces más autorizadas en el mundo tartésico, reflexionó sobre la voluminosa documentación que a lo largo de los años ha ido generando este yacimiento, al que considera el hito arqueológico más relevante de la etapa tartésica onubense, conocida como Orientalizante.
Antonio Tejera acaba de incorporarse como un colaborador más a este proyecto de investigación de la Onubense, «que cuenta con un enorme interés, de ahí que quiera tratar de analizar cuestiones de tipo antropológico, culturales, religiosos o míticos, que, de alguna u otra forma, están vinculadas al ámbito funerario del mundo tartéssico y fenicio, no sólo a nivel arqueológico, sino también con una interpretación relacionada con los rituales funerarios que, aunque son temas conocidos, se han difundido muy poco».
Por este motivo, tal y como comentaba a Huelva Buenas Noticias este prestigioso investigador, «lo novedoso de esta propuesta es tratar de aunar e interpretar el cúmulo de análisis que se ha ido realizando desde las excavaciones que llevaron a cabo en La Joya Juan Pedro Garrido y su esposa hasta hoy, revisando estos documentos para conocer los restos, ya sean óseos, conchas, metales, cerámicas, etcétera. Y, con toda esa información, hacer un análisis desde el punto de vista científico de los hitos de este yacimiento de Huelva. Porque es fundamental conocer si fue una necrópolis indígena del tartesio antiguo, si era fenicia o, como creo personalmente, se produjo un mestizaje cultural entre la población local y la fenicia, de ahí que ahora se trate de interpretar lo mejor posible los restos arqueológicos con esa visión global, comprobando su contexto cultural. Ese es nuestro objetivo para los próximos años». No en vano, más de un 90% de los datos que fueron recabados por Juan Pedro Garrido en los años setenta ni siquiera están publicados.
Así lo expone este catedrático canario, que estuvo vinculado a Huelva entre 1976 y 1979, años en los que estuvo impartiendo clases de Prehistoria en el Colegio Universitario de La Rábida, además de tener una vinculación personal desde hace años con el catedrático de Arqueología de la Universidad Juan Manuel Campos, «que, como estoy recién jubilado, me pidió que volviera a mis orígenes y me incorporara a este bonito proyecto de investigación, que me ha parecido una oportunidad estupenda».
Para Tejera, «lo más importante de la Necrópolis de La Joya es que existen evidencias arqueológicas clarísimas que demuestran la tradición cultural, en este caso religiosa, de la población onubense anterior a la llegada de los fenicios, como se puede ver en las tumbas 17 y 18, donde aparecen objetos que podrían pertenecer a las élites o aristocracias sociales, como sucede con los famosos carros funerarios, que se muestran en la planta baja del Museo de Huelva. De hecho, creo que el valor del yacimiento de La Joya se encuentra en que es el único lugar del ámbito Mediterráneo Occidental en el que coincide ese mestizaje con una base indígena, que no aparece en ningún otro lugar. Detalles que iremos desgranando en este proyecto».
En este aspecto, «hay otras necrópolis fenicias en el área mediterránea, pero son diferentes a Huelva. Quizás haya otro sitio donde se produjo ese proceso de mestizaje cultural antes de la llegada de los fenicios, pero, hasta el momento, no está documentado. Es muy importante que esté presente esa perspectiva indígena, que asimilaran ese contacto con el Mediterráneo como algo nuevo, asumiéndolo sobre todo entre las élites de la sociedad», apunta este arqueólogo, que considera «muy llamativo ese contraste entre lo indígena y lo nuevo, de ahí que vayamos a revisar los trabajos arqueológicos previos con las nuevas aportaciones existentes, dado que han pasado muchos años desde esas excavaciones de los años sesenta – setenta hasta la actualidad».
Un estudio que se enmarca en una cronología situada entre los siglos VII – VI a. C., e incluso de finales del VIII a. C., una fecha que coincide con la fundación de la nueva ciudad de Cartago, un punto fundamental para el mundo mediterráneo.
Por todo ello, Antonio Tejera lanza un mensaje a los onubenses para que sean conscientes de la importancia de «la Necrópolis de La Joya, un yacimiento con unas características espectaculares por muchos motivos, de ahí que los onubenses tienen que asumir que debe ser la Universidad de Huelva la que ponga en valor ese conocimiento, para que pueda divulgarse y se conozca su relevancia».
Precisamente, con el objetivo de difundir este estudio pionero, el Museo de Huelva tiene previsto organizar una exposición sobre la más rica de las 19 tumbas halladas en la Necrópolis de La Joya, como es la tumba número 17, dado que, por ahora, de toda la riqueza recuperada en la zona, tan sólo se expone una selección de estas piezas en cuatro vitrinas en la sala permanente del Museo. La muestra, que se inaugurará a finales de este año 2017 o principios de 2018, contará con elementos inéditos, como los objetos de bronce de la decoración del famoso carro funerario.
El propio director del Museo de Huelva, Pablo Guisande, ha comentado a Huelva Buenas Noticias, que «hemos pedido a los artífices de este proyecto de investigación sobre la Necrópolis de La Joya que comiencen los trabajos en la Tumba 17. Porque es uno de los restos más atractivos de una iniciativa muy ambiciosa, además de novedosa, a pesar de que resulte paradójico que sea la primera vez que se realiza un estudio global de este yacimiento tan rico, que cuenta con un material espectacular, pero del que disponemos de una información muy limitada por ahora».
Según explica Pablo Guisande, «esta investigación es inédita, porque lo primero que están haciendo los investigadores es analizar toda la documentación existente sobre esta necrópolis desde el año 1973, dado ni siquiera sabíamos cuántos muertos había en las tumbas o si han quedado elementos por descubrir en la zona. Por este motivo, a raíz de los datos obtenidos podremos poner en pie los materiales conservados, que en su mayoría están restaurados, y recabar otros elementos, como restos de incineración, óseos, pistas de ceremonias e, incluso, materiales líquidos. Todo ello le otorga mucho interés a este proyecto, porque se conoce muy poco sobre estas excavaciones y ahora tendremos la oportunidad de saber muchos detalles del yacimiento desde el rigor científico«.
Los resultados obtenidos se mostrarán en esta exposición del Museo de Huelva, cuya fecha definitiva dependerá de los plazos de la investigación, así como de otros detalles organizativos, puesto «creemos que la parte tecnológica será una pieza clave en esta muestra sobre La Joya. Queremos realizar una reconstrucción virtual en 3D de la Tumba 17, por lo que es probable que necesitemos financiación externa. Será un vídeo muy completo en el que se explicará al visitante cómo era la Huelva de aquel momento, puesto que se verá todo el territorio que entonces ocupaba la ciudad desde el aire, permitiendo hacer un zoom hasta llegar al mar, donde se podrá ver la llegada de los barcos fenicios a Huelva y, desde ahí, dirigirse a algún taller, donde se desarrollaba la actividad metalúrgica, para subir luego hasta El Conquero para recrearse la tumba y el ritual funerario. Queremos mostrar de la manera más fiel posible la realidad de aquel momento», puntualiza el director del Museo de Huelva.
Una iniciativa, por tanto, que suena muy atractiva, de ahí que ya sean muchos los onubenses los que estén deseosos de poder disfrutarla. En cualquier caso, será el primer paso de una planificación muy ambiciosa que puede desarrollarse durante varios años. Estaremos pendientes.
2 comentarios en «Un estudio pionero pondrá en valor la necrópolis del Cabezo de La Joya de Huelva, uno de los enclaves tartésicos más importantes del mundo»
MUY BUENA LA INICIATIVA, PERO DEBERÍAN RECABARSE FONDOS EUROPEOS PARA PONER EN VALOR EL YACIMIENTO Y HACER UNA RECONSTRUCCIÓN IN SITU DE UN POBLADO TARTÉSICO, LO QUE SERÍA UN PROYECTO CULTURAL Y TURÍSTICO DE CALIDAD
TAMBIÉN PODRÍAN (DEBERÍAN) INVOLUCRARSE LAS EMPRESAS QUÍMICAS Y ENERGÉTICAS, EJERCIENDO ASÍ SU RESPONSABILIDAD SOCIAL Y ACTUANDO DE MECENAS, REVIRTIENDO A LA SOCIEDAD PARTE DE LO QUE RECIBEN DEL TERRITORIO DONDE SE UBICAN. AYUNTAMIENTO, DIPUTACIÓN, JUNTA, ESTADO, UNIVERSIDAD, TODOS JUNTOS Y A POR ELLO