Redacción. Mediante la celebración de unas jornadas participativas, el Ayuntamiento de Huelva sigue trabajando en la adhesión de la capital onubense a la Red de Ciudades Amigables con las Personas Mayores, una iniciativa que se está desarrollando desde la Concejalía de Políticas Sociales e Igualdad. Entre 30 y 40 representantes de los distintos colectivos del Consejo Local del Mayor integran la Comisión de Trabajo creada para la elaboración de un plan de acción destinado a hacer de Huelva un entorno urbano más integrador y accesible que fomente el envejecimiento activo.
Divididos en cuatro mesas de trabajo rotativas, para que todos participaran en las distintas áreas, se ha llevado a cabo una lluvia de ideas sobre ‘Uso del Tiempo libre’: ocio, cultura y deporte; ‘Espacios’: medioambiente, transporte y accesibilidad; ‘Papel Social’: participación y apoyo familiar; y ‘Calidad de Vida’: salud, servicios sociales y actividades.
El objetivo es, como ha señalado Alicia Narciso, concejala de Políticas Sociales e Igualdad, “abordar de manera integral los aspectos que afectan al día a día de nuestros mayores, promoviendo la participación de los propios interesados, para tener en cuenta sus necesidades, percepciones y opiniones a lo largo de todo el proceso de adhesión”. En este sentido, entre los trámites se incluyen una investigación inicial para el diagnóstico de la situación, la elaboración de un plan de acción y su posterior implementación, seguimiento y evaluación de resultados.
La Red Mundial de Ciudades Amigables con las Personas Mayores es un proyecto promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) destinado a crear entornos y servicios que promuevan y faciliten un envejecimiento activo y saludable. En España, desde 2012, el Imserso, a través de un Convenio de Colaboración con la OMS, es el organismo encargado de promocionar y apoyar este proyecto, mediante la creación de una Red Española de Ciudades Amigables con las Personas Mayores.
Este proyecto se dirige a todos los ayuntamientos interesados en promover el envejecimiento activo, mejorando sus entornos y servicios e incorporando esta perspectiva en la planificación municipal. Entre los beneficios que conlleva formar parte de esta red se incluyen la estrecha relación con las ciudades participantes y la Organización Mundial de la Salud; el intercambio de información y buenas prácticas para mejorar las intervenciones; y el apoyo técnico y capacitación.
Una ciudad amigable con el envejecimiento apuesta por políticas, servicios y un entorno físico y social diseñado y reorganizado para apoyar y permitir a las personas mayores vivir dignamente, disfrutar de una buena salud y continuar participando en la sociedad de manera plena y activa.
“En definitiva, -ha señalado Narciso- una ciudad amigable con las personas mayores reconoce la diversidad, promueve una cultura de inclusión compartida por todas las edades; respeta sus decisiones y opciones de vida; y se anticipa y responde de manera flexible a sus necesidades y preferencias relacionadas con el envejecimiento activo”.