Rosa Mora. Los efectos de la música en la salud son a día de hoy incuestionables. En esta sentido, la relación entre bienestar y música se ha convertido en los últimos años en una fuente inagotable de investigaciones científicas, cuyas conclusiones vienen a corroborar el hecho de que, independientemente del género del que hablemos, el estar en contacto con cualquier tipo de melodía provoca en nosotros una determinada reacción en nuestro cuerpo, y qué decir de en nuestro estado de ánimo.
En la actualidad existen profesionales que emplean la musicoterapia: el manejo de la música y sus elementos – sonido, ritmo, melodía y armonía- en pacientes. Si bien, son muchas otras las veces en las que nosotros mismos, sin intermediarios, nos refugiamos en canciones concediéndoles el ‘poder’ de transformarnos. En relación a este tema, hoy nos centramos en la historia del triguereño José Manuel Abreu Santos, conocido en la localidad como DJ Lepero -por ser su padre del pueblo costero de Lepe-, y que representa todo un ejemplo de coraje y superación.
Con ocho años de edad, los médicos detectaron a José Manuel diabetes tipo 1, enfermedad que suele afectar a personas a una edad temprana y que se diagnostica cuando el cuerpo produce poca o ninguna insulina, hormona cuya principal función es controlar los niveles de glucosa en sangre. El riesgo de que esta patología pueda llevar a los pacientes que la padecen a sufrir problemas de salud como apoplejía, enfermedades del corazón o ceguera, entre otras, está ahí…, aún así, confiamos en que siguiendo el tratamiento adecuado nada de esto llegue a afectarnos.
La vida de José Manuel Abreu dio un giro dramático de 360º cuando contaba con 23 años de edad. «Recuerdo que, cuando desperté y mi padre me dijo que abriera los ojos, ya no veía. Había sufrido una subida de azúcar y perdí por completo la visión», nos cuenta el onubense.
Aunque aficionado a la música como cualquier otro joven de su edad, José Manuel reconoce a Huelva Buenas Noticias que antes de quedarse invidente jamás había pensado en dedicarse de forma profesional al mundo de la música electrónica. En este sentido, nos explica que su inmersión en este campo tuvo lugar a raíz de lo que le sucedió. «Recuerdo perfectamente cómo cuando me quedé ciego mi padre me dio 40.000 pesetas, dinero con el que me compré una mesa de mezclas. El perder la visión fue un golpe muy duro para mí ante el que reaccioné refugiándome en mi habitación y en la música, momento en el que, de forma autodidacta, me fui formando como DJ».
En un principio, recuerda DJ Lepero, fueron fiestas de cumpleaños sus primeros shows, para, con el tiempo, ser contratado en diferentes locales de diveros pueblos de la provincia: desde Aracena y Valverde del Camino, hasta Punta Umbría y Huelva capital. De todas sus actuaciones, ser uno de los artistas que formaron parte del Summer Festival 2008, teniendo la oportunidad de ofrecer su espectáculo junto a DJs internacionales y ante las miles de personas que se congregaron en el Estadio Olímpico de Sevilla, es algo que el triguereño, nos confiesa, no olvidará jamás. De igual modo, el DJ onubense ofreció un espectáculo en Ecuador, país en el que sonaron sus temas en radios locales.
Actualmente, el DJ y productor se encuentra trabajando en la creación bases de rap para su sobrino, el joven rapero, Rubén ELE K.
Durante la conversación telefónica José Manuel Abreu insiste en que él no es un invidente «corriente». Aficionado a la Semana Santa, sale como costalero en la Hermandad del Cautivo de la capital onubense, así como en las hermandades del Jueves y Viernes Santo de su localidad natal, Trigueros. Asimismo, nos explica cómo ha participado en varios talleres con jóvenes a los que les ha enseñado las claves de su trabajo evitando que muchos de ellos «terminaran en las calles».