Ramón Fdez. Beviá. Sería injusto quejarse con el destino, porque esta provincia en muchos aspectos puede considerarse una privilegiada, pero es verdad que los hechos en el desarrollo de infraestructuras y sus consecuencias económicas y sociales tienen, como con acierto ha manifestado en numerosas ocasiones el profesor Juan José García del Hoyo, catedrático de la Universidad de Huelva, un escandaloso déficit comparándose tan solo con provincias limítrofes como Sevilla y Cádiz. De alguna forma, desde los presupuestos públicos, parece que estamos relegados, para la eternidad, a estar situados en el fondo del saco. En tal escenario secular surge el año pasado la gran noticia de que por una vez, por primera vez, esta provincia, a través de su puerto, le ‘toma la delantera’ a la hermana de Sevilla, en un aspecto concreto: la futura evolución del tráfico de contenedores.
Frente a este posicionamiento objetivo, la presentación a concurso -y concesión- para la explotación de la parcela ferroviaria de Majarabique por parte del puerto de Huelva, las autoridades sevillanas, a sabiendas de que no están asistidos por la razón, se resisten con tenacidad a admitir las reglas de mercado y la legalidad vigente para seguir manteniendo una realidad ineficiente que nadie puede cuestionar, la explotación del puerto de Sevilla en los términos pretendidos.
Hay tantísimos aspectos económicos y, por supuesto, de desarrollo de infraaestructuras, en los que Sevilla supera a Huelva que resulta casi insultante que en la provincia hermana los poderes se escandalicen porque haya algo en lo que no puedan dominar en su entorno comprovincial. A Huelva le beneficia el desarrollo de Sevilla, pero también es verdad que con frecuencia su proximidad ha limitado las posibilidades de crecimiento para nuestra provincia. Un ejemplo básico es el tradicional argumento de no aeropuerto para Huelva porque tenemos a cien kilómetros el de Sevilla.
En estos días, una vez confirmado el acierto del puerto de Huelva a través de la adjudicación de Majarabique, las autoridades sevillanas insisten en un acuerdo para la co-gestión, y en ello tienen enredada a la Junta de Andalucía que, sin competencias, trata de mediar suponemos que con una extraordinaria presión, inevitable en la centralidad de la capital autonómica. La cuestión es que en realidad no debería haber nada que mediar. Por eso, en paralelo, surgen voces en Huelva, entre ellas la del citado profesor universitario, invitando al puerto de Huelva para que avance en lo que le corresponde en derecho y no desaproveche una oportunidad única, como nunca antes se había producido, para que sin cortapisas -y siempre dentro de la ley y la ética, por supuesto- trate de conseguir el máximo tráfico comercial para sus instalaciones, de forma que ello genere economía y desarrollo para una provincia tan necesitada como la nuestra.
¿Qué eso se puede hacer en un marco de colaboración con el puerto de Sevilla? no está muy claro como podría ser sin perjudicar el potencial de crecimiento de Huelva, pero si fuese posible pues estupendo, sin limitar un ápice el posible desarrollo derivado de la explotación que en justicia le corresponde al puerto onubense al haber ganado en buena lid el concurso referido.
El presidente del puerto de Sevilla y otras autoridades admitían que la rentabilidad del puerto de Huelva y las pérdidas del de Sevilla habían dado lugar a esta situación. Aludían, de una forma un poco despectiva, que todo se debía a ‘un dinero que le sobra al Puerto de Huelva por sus cuantiosos ingresos gracias a los tráficos de graneles líquidos como el petróleo y el gas natural’. Esa es la clave según nuestra opinión. Desde siempre nuestro puerto se ha limitado a este tipo de tráfico (máxime tras el desplome del sector pesquero), algo que se relaciona, además, con la insuficiente configuración industrial en el sentido de que en Huelva se producen materias con baja elaboración y mínimo valor añadido. Es más, con unas servidumbres en materia medioambiental que no ha padecido nunca Sevilla.
Esa insuficiencia endémica que ha reducido la estrategia de desarrollo en Huelva a las commodities, sin complementarla con niveles industriales de eslabones superiores de elaboración, es una de las que pueden ir desapareciendo precisamente con el desarrollo de los otros tipos de tráfico que Majarabique favorecerá.
Majarabique no es una cuestión anecdotica y sectorial. Este nombre desconocido para muchos onubenses antes del embrollo ya constituye una bandera que simboliza el ‘basta ya’, el penúltimo tren efectivo que puede contribuir en si mismo con una valiosísima aportación al desarrollo económico de Huelva y, sobre todo, un punto de inflexión para en vez de quejarnos, aprovecharlo como paradigma de como se deben hacer las cosas para alcanzar las cotas que en justicia se merece la comunidad onubense. El Puerto de Huelva, que tan acertadamente ha actuado, respaldado en términos de opinión pública e institucional por el conjunto de Huelva debe seguir dando pasos adelante sin aceptar corsés de Sevilla aunque, por una vez, esta vaya a ser bajada de uno de sus podiums económicos (le quedan muchos, todos realmente).
4 comentarios en «Majarabique: Huelva no puede dejar pasar este tren, con todos sus vagones»
Sí, Huelva no puede dejar pasar este tren, ya hemos perdido demasiados. La Autoridad Portuaria debe abrir los sobres y ejecutar su proyecto, olvidándose de las presiones de los sevillanos, que llevan dos meses «horribles»: lo del museo de Málaga, lo del no al dragado del Guadalquivir, haber bajado de 700.000 habitantes, perdiendo financiación y perdiendo el marchamo de «gran ciudad» y, encima, Huelva ya no les ríe las gracias. Pues ajo y agua, no hay más.
AVANTE TODO A TODA MÁQUINA
NI UN PASO ATRÁS
Pues claro que hay que permitir la colaboración sevillana , con una única y exclusiva condicion : Que ello represente un mayor beneficio para el Puerto de Huelva. Jamás ni siquiera el más mínimo perjuicio. Y en cuanto a la Junta……..¡ mejor no se meta en nada !.
Ya está bien del centralismo político rancio de autarquía medieval de Sevilla y Madrid en cuanto a abandono de Huelva y provincia, los políticos provinciales tienen y deben de luchar mucho más por la ejecución rápida de infraestructuras en general y de inversión en todos los géneros, Huelva y provincia cada vez más abandonada, menos charlas y proyectos y más acción de ejecución. La ciudadanía está harta de carteles y bla, bla, bla y presupuestos bananeros en BOE y BOJA para esta provincia. Sevilla forma parte de Andalucía indudable y la queremos y respetamos, pero Andalucía no es sólo Sevilla.