Rosa Mora. Dice tomarse los logros cosechados con «alegría y con calma», una respuesta que ya deja entrever muchos rasgos de la personalidad de este joven onubense. Hijo, hermano y sobrino de aficionados a la música, José Manuel Gómez Sares confiesa que no fue hasta los diez años de edad cuando descubrió su pasión por los acordes.
Natural del municipio onubense de Isla Cristina, sus comienzos fueron, como no podía ser otra forma, en la banda de música isleña de la que ya entonces formaban parte un buen amigo del joven, y su tutora en el colegio, Inmaculada, a quien José Manuel Gómez quiso imitar interesándose en un primer momento por el clarinete, instrumento que, finalmente, no llegó a tocar.
En esta línea, el isleño comenzó sus estudios musicales en la especialidad de trompeta en la Escuela de Música de la Banda de Música de Isla Cristina, bajo la dirección artística de Francisco Andrés de la Poza Curiel, donde en el año 2011 participó en el I Seminario de Jazz impartido por Javier Ortí -saxofón-, Carlos G. Bermudo -guitarra-, Julián Sánchez -trompeta- y Borja Delgado -contrabajo-. La siguiente escala en su formación fue en el Conservatorio Profesional de Música de Huelva ‘Javier Perianes’, pasando posteriormente al Conservatorio Profesional de Música ‘Ángel Barrios’ de Granada.
La valía del onubense quedó manifiesta al ser reconocido en 2015 con el Premio Extraordinario por poseer el expediente con las mayores calificaciones de los graduados andaluces en Enseñanzas Profesionales de Música. En lo que a formación se refiere, José Manuel Gómez destaca el hecho de haber recibido clases y asistido a cursos de trompeta y música de cámara impartidos por maestros de la talla de Fernando Ciancio, Denis Konir, David Llácer, Allen Vizzutti, Esteban Batallán, Manuel Moreno Valero, Benjamín Moreno, Manuel Hernández Silva -clase magistral realizada en la Joven Orquesta Sinfónica de Granada- y Manuel Blanco.
A pesar de su juventud -tiene 22 años- a lo largo de su trayectoria ha recibido un gran número de distinciones como el primer premio en el Certamen Internacional de Bandas de Música de Valencia en la sección tercera con la Banda de Música Isleña de Isla Cristina en el año 2009; el primer premio y Mención de Honor en el I Certamen Regional de Bandas de Música de Mota del Cuervo, Cuenca, en 2014, con la Asociación Musical ‘Emilio Cano’ de Membrilla, Ciudad Real; el primer y segundo premio en el Concurso de Solistas del CPM ‘Ángel Barrios’ de 2013 y 2014, respectivamente, y el segundo premio en el X Concurso ‘Música Viva’ -VI edición nacional- del año 2016 de Roquetas de Mar, Almería, con el quinteto Organum Brass.
En el ámbito orquestal destaca su labor en la Joven Orquesta Sinfónica de Granada desde 2014 y en la Orquesta de la Universidad de Granada, a la que fue invitado durante la temporada 2014/2015 y de la que es miembro colaborador de viento desde 2015. De la misma forma, en cuanto a música de cámara se refiere, tiene una intensa actividad con el quinteto Organum Brass, el cual ha colaborado con el Coro Manuel de Falla de Granada.
Huelva Buenas Noticias ha tenido la oportunidad de conversar con José Manuel Gómez, joven que ha tenido la oportunidad de actuar en destacados escenarios como el Auditorio Manuel de Falla de Granada, el Palau de la Música de Valencia o el Auditorio de Zaragoza, entre otros.
– ¿Cómo fueron tus inicios con la música?
– Aunque es cierto que en mi familia hay muchos músicos: mi hermano, mi padre, varios primos y tíos, la verdad es me inicié en la música cuando tenía diez años. Mi entonces tutora del colegio, Inmaculada, y un amigo, Felipe, tocaban el clarinete y el saxofón, respectivamente, en la Banda de Música de Isla Cristina y, por envidia infantil [ríe], quise tocar yo también.
– ¿Y tu interés por la trompeta en particular?
– Curiosamente, cuando empecé en la Banda quería tocar el clarinete como mi maestra Inmaculada, pero el director de entonces, Francisco Andrés de la Poza Curiel, me dijo que ya contaban con muchos clarinetistas en la banda. Como alternativa elegí el oboe y la flauta travesera, pero Francisco Andrés me ofreció tocar la trompeta, puesto que había pedido una nueva para la Banda y además, según me dijo, tenía unos labios fuertes y grandes para poder tocar un instrumento de viento metal.Yo acepté la trompeta y ahora se ha convertido en una compañera de por vida.
– ¿En qué momento decidiste dedicarte de lleno al mundo de la música?
– Cuando era un niño y me preguntaban qué quería ser mayor, respondía astronauta, arqueólogo o matemático, entre otras profesiones. En Secundaria asenté la idea de cursar alguna Ingeniería, ya que mi hermano estudiaba ingeniería mecánica, y además siempre me gustó la ciencia. No fue hasta segundo de Bachillerato -cursando ya segundo de Enseñanzas Profesionales- cuando decidí dedicarme a la música de lleno y dejar las ciencias ya que siempre estaba pensando en la música. Recuerdo, por ejemplo, cómo dediqué el día previo a un examen de física a escuchar sinfonías de Mahler, descubriendo que estudiar música no me resultaría ninguna obligación ya que disfrutaba investigando sobre los compositores y sus obras, mientras que estudiar la teoría que necesitaba para los exámenes del instituto requería mucha fuerza de voluntad por mi parte. Ese día fue cuando decidí dedicarme a la música.
– El pasado año, tras acabar las Enseñanzas Profesionales obteniendo el Premio Extraordinario por poseer el expediente con las mayores calificaciones de los graduados de Andalucía, pasaste a ser alumno del RCSM ‘Victoria Eugenia’ de Granada, ¿Cómo lo viviste?
– Me tomé estos dos logros con mucha alegría y calma, pues siempre se puede y se debe mejorar tanto profesional como personalmente, y de cada logro y fracaso trato de obtener el máximo aprendizaje.
– A pesar de su juventud, has recibido numerosos reconocimientos, ¿Los más especiales?
– Todos son especiales, pero destacaría el primer premio en el Certamen Internacional de Bandas de Música de Valencia en la sección tercera con la Banda de Música Isleña de Isla Cristina en el año 2009, por ser un certamen tan prestigioso y tratarse de la banda con la que comencé mi carrera musical, y el segundo premio en el X Concurso ‘Música Viva’ (VI edición nacional) del año 2016 de Roquetas de Mar, en Almería, con el quinteto Organum Brass. Solo el nombre del quinteto me parece especial y cada uno de los conciertos que ofrecemos, pero el haber conseguido aquel premio después de tantísimo esfuerzo fue algo realmente emocionante, además de ser un quinteto muy joven, sin llegar a tener dos años de antigüedad desde que se formó.
– ¿Quiénes son tus referentes musicales?
– En cuanto a trompetistas suelo tener como modelos a Reinhold Friedrich, Gäbor Tarkovi, Håkan Hardenberger, Maurice Andrè o Pacho Flores. También destacaría Canadian Brass -quinteto-, German Brass y Stockholm Chamber Brass. He nombrado a formaciones y artistas de viento metal pero realmente a quienes suelo escuchar para imitar con la trompeta son a los cantantes de ópera. Entre mis preferidos se encuentran Renée Fleming, Cecilia Bartoli, Joyce DiDonato, Philippe Jaroussky, Plácido Domingo, Luciano Pavarotti, Kurt Moll o Juan Diego Flórez. Creo que los músicos debemos cantar o frasear con nuestros instrumentos de igual manera que lo hacen los cantantes, por eso mi predilección por escucharlos.
– En el ámbito orquestal destaca tu labor en la Joven Orquesta Sinfónica de Granada y en la Orquesta de la Universidad de Granada, ¿Qué supone para ti formar parte ellas?
– Formar parte de ellas supuso lograr unas metas pero a la vez el comienzo de otras nuevas, como por ejemplo seguir creciendo para llegar ser el trompetista de orquesta que quiero. Les tengo mucho que agradecer y mucho cariño por todo lo que me han aportado.
– Tiene además una intensa actividad con el quinteto Organum Brass…
– Sólo escuchar la palabra ‘Organum’ se me dibuja una sonrisa en la cara por lo especial que me resulta. Yo diría, con todos los respetos a cada uno de los profesores que tanto me han aportado, que con mis cuatro compañeros de quinteto es con quienes más he aprendido en mi vida en lo referente a la música, por eso creo que le tengo tanto cariño a Organum Brass. Realmente, pienso que algo semejante pueden decir mis compañeros respecto al quinteto, pues la responsabilidad y exigencia que se requieren en esta formación musical son máximas. Nuestra actividad musical abarca desde conciertos expresamente del quinteto a conciertos didácticos, pasando por interpretaciones con otras formaciones como un coro, o concursos. Asimismo, estamos activos en la página Organum Brass compartiendo contenido para mantener al público al día de nuestras noticias. Como anécdota, aludiendo a nuestra constante actividad, solemos recordar que en los primeros conciertos de la pasada temporada salíamos a los escenarios muy nerviosos, hasta que llegamos a junio y en cada actuación teníamos delante del público la misma tranquilidad que teníamos en nuestras casas [ríe].
– Y además has ejercido como docente.
– Sí. Ser el ‘profe’ de niños pequeños fue algo muy enriquecedor e instructivo. Eso de que la mejor manera de aprender es enseñando lo viví en mis propias carnes. Además, el contacto con los niños me encantó porque tuve la suerte de que eran muy cariñosos -casi todos corrían hacia mí para abrazarme cuando me veían por los pasillos y a veces me decían que tenían ganas de tocar la trompeta conmigo-. Por otro lado, el tiempo que estuve con ellos me hizo reflexionar sobre el disfrute en la educación: es nuestra responsabilidad como docentes hacer que los niños se diviertan mientras aprenden ya que de lo contrario no les interesaría asistir a clase debido al aburrimiento. Esto hizo plantearme mi manera de estudiar y modelarla de una forma que me resultara divertida y estimulante, siempre adaptada al nivel de estudio que requiero, es decir, cuando estudio, me las ingenio de manera que me divierta igual que lo hacían mis alumnos pequeños, y esto trato de aplicármelo a cada actividad que realizo. Dicho de otro modo, intento que estudiar sea una manera de jugar.
– Eres de Isla Cristina, ¿sueles tener presente tu tierra?
– Bastante. Cuando digo que soy de Isla Cristina la gente contesta de dos maneras, diciéndome las cosas que conoce de mi pueblo, a lo que yo añado más detalles que deberían conocer, dándoles razones para volver, o bien mostrando su desconocimiento, y es cuando yo explico lo maravillosas que son sus playas, su clima, su gastronomía, etcétera.
– ¿Cuáles son tus aspiraciones?
– Viajar por el mundo con la música.
– Muchas gracias.
